Teniendo como marco el azul profundo del mar de Cortés Océano Pacífico, y como inspiración las tradiciones y cultura del Estado de Michoacán, el majestuoso hotel JW Marriott Los Cabos presentó su 8a edición del festival Relish The Heritage, el cual resulta un verdadero deleite para todos nuestros sentidos. Te contamos todo lo que vivimos, comimos y bebimos durante 3 días en este magnífico festival.
Durante 3 días Relish The Heritage reúne lo mejor de la gastronomía y la cultura de un estado al que se honra a través de su cocina y bebidas tradicionales, música, danza, y un menú de 5 estrellas en el que el Chef anfitrión Thierry Blouet crea en colaboración con él o la chef invitado para la cena de cierre. Además a estas actividades se unen otras para deleite de todos los invitados.
Relish The Heritage, la manifestación del arte en todas sus formas
Ya son 8 años de unir todas las formas del arte en un festival donde la comida, las bebidas tradicionales, vinos nacionales e internacionales, la música, la danza y en ocasiones hasta con la participación de artistas plásticos, se manifiestan a través de diferentes actividades en los que podemos disfrutar de la cultura de un estado como el de esta edición 2024 en la que se hizo un homenaje Michoacan.
Teniendo como aliado al chef Thierry de Café des Artist – que se encuentra dentro del hotel JW Marriott Los Cabos – se crea una nueva idea para mostrar lo mejor de la cultura y tradiciones de los rincones más bellos y deliciosos de nuestro México. Y para esta edición Michoacán fue dignamente representado por la Chef Mariana Valencia del restaurante Cocina M localizado en Uruapan.
Para el primer día, arrancamos con una bellísima y suculenta muestra gastronómica con platillos elaborados por el chef ejecutivo Pablo Hildebrando y su equipo que comenzó al atardecer y este fue pintando los espacios de esos colores que tanto representan a Michoacán como: el naranja, rojos y ocres.
Aquí pudimos degustar platillos tan tradicionales como las corundas, las famosisimas carnitas para hacernos tacos, tamales y para la parte dulce una larga mesa con panes de muertos – tan representativo de Michoacán por el Día de Muertos – dulces típicos y otras delicias. En cuanto a bebidas, las aguas frescas tuvieron su espacio de protagonismo, al igual que la muy típica Charanda y Mezcal.
El Patio Amat fue decorado con Mariposas Monarca de todos tamaños y flores de color naranja, blanco, rojo y coloridos tonos, dándole a espacio un toque festivo y muy alegre.
Para el segundo día nos tenían preparada una sorpresa que incluyó un paseo en Catamaran saliendo desde la exclusiva Marina Puerto Los Cabos. Durante este recorrido nos apapacharon con mimosas, vinos, cocteles y bocadillos, mientras gozamos de un paseo de más de dos horas en los que admiramos el paisaje y tuvimos oportunidad de ver ballenas que nos ofrecieron un lindo espectáculo.
Por la noche, nuevamente fuimos agasajados por el Chef Hildebrando y su equipo con una cena en Nak Grill & Bar con platillos inspirados en los ingredientes de La Baja y Michoacan. Al llegar nos recibieron con una degustación de mezcal y licores de Casa Tarasco, mientras un grupo con música en vivo amenizaba la cena.
Para cerrar la noche Los Amigos Invisibles nos hicieron bailar y recordar muy buenos tiempos con un concierto en exclusiva para los invitados con esos clásicos de la famosa banda venezolana. La verdad es que la pasamos muy bien y no hubo quien no moviera al menos los pies sentados con el ritmo de muchas de sus canciones.
Lo que me encanta del festival Relish The Heritage es que como parte de su programa incluyen muchas actividades con las cuales los invitados podemos ver desde otros ángulos la encantadora península. Entre ellas esta la visita al Huerto Tiki en compañía del chef ejecutivo Pablo Hildelbrando con quien gozamos de un divertido picnic después de un recorrido por el huerto para conocer de los ingredientes locales cultivamos parara el hotel y el restaurante con la finalidad de ofrecer productos frescos y de primera calidad.
Conocer de las culturas ancestrales es parte del programa y por ello, quien así lo desee, puede ser parte de una sesión guiada de Temazcal, una sesión de Sound Healing, o disfrutar de un tratamiento en las modernas instalaciones del Jasha Spa dentro del resort – que obvio fue el que yo seleccione-. Y para los que gustan de iniciar el día con actividad física, se otros más tuvieron una clínica de Pickleball en las canchas del resort.
Para el cierre con broche de oro la noche se pinto de colores, de encantadora música y exquisitos vinos antes de la cena de gala. En el Anfiteatro del hotel se tenía todo preparado para que la noche fuera inolvidable – como siempre lo logran -. Para comenzar tuvimos una degustación de vinos galardonados de Raymond Vineyards de Napa Valley, Estados Unidos y Vinisterra Vitivinícola de Baja California, México. Los vinos se sirvieron con canapés preparados por Café des Artistes Los Cabos, el restaurante de autor de Thierry Blouet dentro del hotel. Después de la degustación, el anfiteatro se llenó de música de Jazz del Cuarteto de Lucía Gutiérrez, una talentosa joven mexicana que nos cautivo con su bellísima voz.
Para tomar camino a la cena, nos guiaron con la tradicional Danza de los Viejitos hasta llegar a Café des Artistes Los Cabos, recibió donde nos recibieron con más bailes típicos y música michoacana.
Finalmente tomamos nuestros lugares en la mesa para darle el gusto a nuestra vista, olfato y gusto con una cena maridaje de 8 tiempos en honor a Michoacán, creada por los galardonados chefs Thierry Blouet, como anfitrión de Café des Artistes y Mariana Valencia de Cocina M de Uruapan, Michoacán, como la chef invitada.
Este es de esos viajes que no quiero que terminen nunca, por que no importa cuantas veces haya estado en el JW Marriott Los Cabos, siempre descubro algo nuevo en el resort que me sorprende. La magia que tiene este hotel, no la tiene ningún otro en la región, y miren que si hay alguien que visita casi cada mes el destino es una servidora.
No se que había en ese terreno antes, o con cuanto amor, dedicación o buena vibra construyeron el hotel, en verdad uno simplemente no quiere salir de ahí. Además de que toda la gente que trabaja en el hotel se le nota tan feliz y plena que se contagia. No es solo porque los estándares o porque así sean las políticas de trato al cliente, es que de verdad se siente la satisfacción y orgullo de ser parte del equipo de la propiedad. Un fenómeno que otros deberían aprender porque la rotación del personal de este hotel es mínima comparada con otros.
