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Postre: Panecillos de mantequilla al horno (Receta paso a paso)

por Sabores de México

por Luis Mario Vargas

La temporada de frío se acerca, y ya sea que te guste o no, debemos admitir que a todos se nos antoja disfrutar de un postre calientito acompañado de un café o chocolate caliente por la tarde. Además, consumir alimentos dulces o ricos en carbohidratos durante el invierno y otoño, es bueno para nuestra salud, pues al ser productos ricos en calorías, nuestro cuerpo tendrá una reserva de energía, funcionará mejor y mantendrá las defensas de nuestro sistema inmunológico altas, evitando así que pesquemos un resfriado.

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El día de hoy, querido lector, le diré como preparar un delicioso postre, sencillo de preparar. Panecillos de mantequilla al horno. Su elaboración, a pesar de ser muy sencilla, es casi una labor artística y artesanal. Se requiere de suavidad, técnica y paciencia para que nuestros panecillos queden perfectos y usted se pueda lucir en su presentación con familiares o amigos. Con nuestras manos les daremos aire y redondez, para introducirlos en el horno, para ahí esperar a que estén listos. Una vez terminado el proceso de horneado, podremos comerlos acompañados de un café, chocolate caliente, o incluso partirlos por la mitad para rellenarlos de mermelada o cualquier acompañamiento que se nos antoje.

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A continuación, le presento la lista de ingredientes que deberá adquirir antes de preparar sus panecillos:

  • 3 ½ tazas de harina (500 g)
  • 2 cucharaditas de sal, sin copetear (15 g)
  • 3 cucharaditas (15 g) de levadura fresca o en su defecto 1 cucharadita (5 g) de levadura seca instantánea
  • 1 cucharadita (5 g) de azúcar
  • 2 cucharadas de agua
  • 1 1/3 tazas de leche
  • 120 g de mantequilla
  • 1 yema de huevo

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Preparación

  • En un perol u olla grande, tamice (pase a través de un colador fino para que se vuelva más fina) la harina y la sal juntos. Haga un hueco en el medio, a manera de cráter. Disuelva la levadura en el agua con el azúcar y vuelque esta mezcla dentro de nuestro cráter.

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  • Entibie la leche, cuidando que no se caliente demasiado, y mezcle con la mantequilla derretida. Vuelque esta segunda mezcla también en el centro del cráter, junto con la primera mezcla.
  • Ahora, tape todo el líquido con la misma harina. Es decir, cubra el cráter con la misma harina, dejando el líquido (ambas mezclas juntas) en el interior de éste.

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  • Espere unos minutos hasta que la superficie empiece a agrietarse. Esto quiere decir que la levadura se ha activado y ya se puede mezclar y amasar. Integre bien con las manos toda la masa, y raspe con una espátula corta los bordes de la olla o perol, para despegar lo que se haya pegado a estos, aprovechando así la mayor cantidad de ingredientes posible.
  • Con la mesa previamente enharinada, deposite en dicha superficie la masa que acaba de sacar del perol o de la olla, y termine de formar el bollo. Amase (sin desgarrar) hasta que quede bien liso, espolvoreándole un poco de harina si es necesario.
  • Tendrá ahora una masa muy suave y tierna, algo pegajosa. Forme el bollo nuevamente y cúbralo con papel plástico transparente, o con un lienzo de cocina. Deje leudar (inflar) hasta que duplique su volumen. Preferentemente en un lugar tibio, por ejemplo, cerca de un horno encendido. Esto hará que el postre sea más suave.
  • Enmantequille una bandeja para horno, y encienda este a fuego moderado-fuerte (200º C/392º F).
  • Una vez leudada la masa, vuelva a amasarla un poco (sigue siendo muy blanda y algo pegajosa) para desgasificarla y formar los panecillos. Elija una parte lisa del bollo, y, vaya arrancando trozos de éste, haciendo un globito del tamaño de una pelota de golf, para ir formando los panecillos.

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  • Una vez formados los panecillos, colóquelos en la bandeja. Asegúrese de colocarlos bien juntos en esta. Al leudar quedarán pegados, pero una vez horneados, podrán despegarse fácilmente. Bata la yema de huevo y unte con una brocha sobre la superficie de los panecillos.
  • Deje leudar hasta que dupliquen su volumen y hornee de 30 a 35 minutos hasta que estén bien dorados y hayan hecho un buen suelo, o sea, que la base de los panecillos ya sea sólida y resistente.

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Espero que esta deliciosa y sencilla receta lo acompañe a usted y a su familia durante tiempos fríos en los que estar juntos es aún mejor. ¡Buen provecho!

 

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