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Nación de Vinos. El Vino: ¿Orgullo nacional? Preguntas y respuestas

por Sabores de México
Fotografías del congreso Nación de Vinos 2023
Todas las fotografías fueron tomadas en Nación de vinos 2023

El 2023 llegó con Nación de Vinos, el congreso que reafirmó mi gusto adquirido más reciente. En su edición anual, esta vez en Campo Marte, frente al Auditorio Nacional, reunió a cientos de personas interesadas por el fermentado producido en México. Asistir al evento derribó casi completamente cualquier ápice de duda frente a si el vino entra o no en lo que consideramos orgullo nacional.  Para mí la respuesta es clara, el vino es tan mexicano como la tierra en que se cultiva.

Explicar la importancia de su apropiación y democratización es una tarea que en Sabores con gusto haremos y dedicaremos varios espacios a tratar el tema, pero por el momento contaré mi experiencia para llegar a tal conclusión.

Conociendo el vino mexicano en Nación de Vinos

 En septiembre del año pasado publiqué un artículo que hacía un acercamiento a la crisis que experimenta el Valle de Guadalupe respecto a la sobreexplotación de sus mantos acuíferos y la alienación del territorio de su vocación agrícola, entre otras cosas. 

Para contextualizar, Baja California, donde se encuentra el Valle,  es la región vitivinícola por excelencia del país, pues es la responsable del 75% de la producción de vino para consumo nacional e internacional. De hecho, el congreso contó con la participación de 58 bodegas de esta zona, siendo mayoría frente a otras regiones. 

Por supuesto que esta cifra no fue el resultado de unos cuantos años de trabajo. Bodegas Santo Tomás, por ejemplo, tienen más de 120 años de producción en Baja y en palabras de Juan Pablo Núñez, ex Director General de la bodega y de grupo PANDO, “la mayoría de casas de por aquí tienen al menos una copa de vino proveniente de Bodegas Santo Tomás”.

Los viñedos y su producción se han logrado integrar con la comunidad no solo gracias a Santo Tomás, sino al trabajo coordinado entre sector privado, centros de estudios dedicados al vino, gobierno con una participación aún incipiente y, por supuesto, quienes trabajan la tierra.

Valle de Guadalupe

Baja California, pionera en producción vinícola

Un estudio del Colegio de la Frontera Norte en Tijuana afirma que  Baja California es la puerta norte del vino latinoamericano y que es pilar económico y social de la industria emergente en el país. Solo en el 2020, el cultivo de la vid en ese Estado generó una derrama económica superior a los 720 millones de pesos y de las 24 mil toneladas de producción del fruto, la mayoría es destinada a la elaboración de vinos, según la Secretaría de Agricultura. Además, esta agroindustria genera trabajo para más de 500 mil jornaleros en el país.

Y si de reconocimiento se trata, en los últimos tres años, el Estado del noreste mexicano obtuvo más de 600 medallas en concursos nacionales e internacionales como el Concours Mondial de Bruxelles o Mexico International Wine Competition, entre otros. 

Aunque claro, no todas son buenas noticias, de hecho, hay mucho trabajo por hacer. La escasez de agua y de terreno cultivable, los limitados recursos económicos, un marco fiscal poco favorecedor, la falta de tecnificación de procesos, la aún escasa cultura de consumo, entre otros desafíos, han puesto a varios sectores a estudiar la situación para encontrar posibles soluciones.

Hay mucho trabajo por hacer

Desde la academia se encontró que es importante la realización de un análisis profundo de las cadenas de valor del vino desde cada una de las casas productoras. Entendiendo esto como la identificación de todas esas actividades, diseño, producción, mercadeo, distribución, etc, que aportan un valor a lxs consumidorxs. La cadena de valor abarca desde proveedores hasta clientes.

El estudio de las mismas permite a las empresas dividir sus actividades para así entender el comportamiento de los costos y reducirlos o poder aumentar las fuentes de diferenciación. Esto último no es más que eso especial que ofrece un producto, más allá de un precio bajo, haciéndolo competitivo y atractivo para lxs clientes o nuevos nichos de mercado.

Desde el Departamento de Economía del Colegio Frontera Norte se afirmó que para poder lograr los beneficios que el análisis arroje es necesario contar con tecnologías actualizadas, infraestructura especializada, investigación, capacitación de recursos humanos y de una buena cobertura de servicios públicos de apoyo.

Gobierno: ¿ayuda o tropieza? 

Es importante enfatizar en el apoyo gubernamental. Esto con relación a la reducción de impuestos y la creación de “esquemas competitivos de financiamiento» no solo en Baja, sino en todas las regiones productoras. Actualmente, las botellas de vino mexicano se gravan con el Impuesto Especial Sobre Producción y Servicios que suele ser del 26.5% más el 16% de IVA al momento de la venta. 

Esto supone una desventaja abismal frente a los vinos importados que suelen contar con subsidios e incentivos de producción por parte de sus gobiernos, porque lo consideran un producto de consumo regular y no uno de lujo. Además, llegan a México con un precio mucho más favorable para la economía de las personas. 

Uno de los factores más influyentes en la compra, o no, de una botella de vino es el costo. Me pregunto ¿Cómo es posible generar un sentido de pertenencia con el fruto de nuestro campo si es más asequible lo traído de afuera? Cuando Hernán Cortés caminaba por esta tierra la vid y el vino ya eran una realidad en el país. Nuestro producto era tan bueno que los españoles se asustaron e hicieron todo lo posible para que la tradición vinícola no pudiera surgir. Luego hablamos de eso.

Casi lo logran, me temo. Pero que no se nos olvide, la primera vinícola en toda América fue Casa Madero en Parras, Coahuila. Actualmente, siguen en producción y sus vinos son un deleite al paladar. 

Invitación del día, explore México. México es, al final, una nación de vinos.

Por supuesto, Casa Madero se presentó en Nación de Vinos junto a Viñedos Don Leo, Vinícola Parvada, Bodegas del Viento, Hacienda Florida y Rivero González, todos exponentes de la maravillosa región de Coahuila o la cuna del vino en Latinoamérica, como prefiera llamarle.

El vino bajacaliforniano es increíble y su camino ha sido arduo, pero está lejos de ser el único. Son 14 Estados de la República que dedican parte de su agricultura a la Vitis Vinífera, la variedad de uva más adecuada para hacer vino.

En Nación de Vinos se presentaron únicamente Aguascalientes, Zacatecas, Querétaro, San Luis Potosí, Guanajuato y Coahuila, con sus vinos espumosos, blancos, rosados y tintos. Australia fue el invitado especial con la bodega Juguette, pues todo su vino se produce en ese país, pero está pensado exclusivamente para el consumo mexicano. 

Por mi parte, tuve la fortuna de tener un primer acercamiento al vino mexicano a través del conflicto del Valle y digo fortuna, porque me permitió conocer las luchas de personas cuyas vidas giran en torno a la conservación de una tradición poco conocida, pero no por eso inexistente. 

Entiendo el tema de sentirlo lejano, porque lo experimenté. Ejemplo claro fue el momento en que comencé a recorrer los pasillos de la exposición. Al ingresar me facilitaron una copa con la que podía probar las distintas opciones de las más de 70 bodegas participantes. No tenía ni idea cómo acercarme, cómo pedir, cómo saborear, cómo sentir.

Corrí con la suerte de tener una sensei que me enseñó que el vino como mejor sepa y acomode. No se trata de comprar marketing o que alguien más le diga a qué sabe su copa. Claro, es importante escuchar a quienes llevan más trayectoria en el asunto si lo que le interesa es aprender. Aún así, usted, con sus aristas y subjetividades, cierre los ojos y decida cómo le hace sentir. Si no siente nada, también está bien. 

Fue impresionante para mí ver tantas historias reunidas de una u otra manera por el mismo tema y que hoy por hoy, yo presumiría como orgullo nacional ante cualquiera. México nunca va a dejar de sorprenderme con sus miles de realidades que conviven unas con otras y cuyas fronteras son tan marcadas como difusas. 

Si le interesa adentrarse más en este delicioso mundo sucediendo aquí y ahora, permítale a Sabores de México y el Mundo ser su sensei. No le vamos a decir que no crea si alguien sentencia que se trata de una industria elitista. La naturaleza de la situación propició esa concepción, pero le puedo asegurar que hay mucha alma, color y sobre todo personas detrás. Le invitamos a acompañarnos en el viaje.

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