Lic. Cecilia García Schinkel, nutrióloga
Tradicionalmente, las papas han sido alimentos poco recomendados para quienes viven con diabetes ya que eran consideradas demasiado ricas en hidratos de carbono y de alto índice glicémico. La nueva y contundente evidencia científica apunta y demuestra lo contrario, por lo que hoy, para quienes viven con diabetes, las papas pueden y deberían de ser un alimento habitual y preferido como fuente de energía, de carbohidratos ricos en almidones resistentes, y de fibra. Esta recomendación incluye a las muy ricas y prácticas papas congeladas y a las variedades frescas o deshidratadas.
La diabetes es una enfermedad metabólica del páncreas, específicamente de un segmento conocido como islotes de Langerfelds, que afecta la capacidad de nuestras células de metabolizar la glucosa, la principal fuente de energía para el trabajo celular y el componente sencillo en el que se desdoblan casi todos los carbohidratos, harinas, azúcares y almidones que consumimos. Para quienes viven con diabetes, casi 10 millones de mexicanos diagnosticados, introducir la glucosa en las células y convertirla en energía es un reto metabólico. La glucosa se acumula en la sangre dañando los vasos sanguíneos macro y micro y por lo tanto varios órganos vitales como riñones, ojos, corazón y extremidades, mientras que las células poco a poco se van quedando sin alimento, perdiendo fuerza, debilitándose y haciéndose más propensas a las enfermedades infecciosas. Sin embargo, para quien sabe controlar su diabetes a través del control de peso, la alimentación, la actividad física, las visitas médicas y el auto monitoreo, vivir con diabetes significa vivir plenamente y con alta calidad. Así que el control y los cambios de estilo de vida son la clave para esta enfermedad.
Hasta hace pocos años se consideraba que las personas que viven con diabetes debían evitar a toda costa los hidratos de carbono porque se consideraba que elevaban demasiado los niveles de glucosa en sangre poniéndolas en riesgo; y a sus reservas de insulina, escasas de por sí o de mala calidad, dándoles un uso inadecuado.
Sin embargo, hoy sabemos que estos nutrimentos, los carbohidratos y especialmente los almidones (formas más complejas) y los alimentos que los contienen, incluyendo verduras, frutas, cereales y tubérculos como las papas, leche y leguminosas, son importantísimos como fuentes de energía. La clave de su consumo está en el tipo, cantidad y el índice glicémico, o sea la velocidad a la que son absorbidos e impactan el torrente sanguíneo, elevando los niveles de glucosa en sangre y por lo tanto desencadenando la liberación de la insulina.
Gracias a la nueva evidencia científica, también sabemos que el índice glicémico es más importante que la propia cantidad o el tipo de hidratos de carbono que el alimento contiene. Al final, el índice glicémico y su concentración, la carga glicémica, activan la liberación de insulina y la cantidad de glucosa que circulará en sangre.
Hay estudios que muestran que las papas pueden tener un índice glicémico de moderado a medio alto, dependiendo del tipo, del corte y de la preparación. Las papas congeladas, precortadas, precocidas y molidas a menudo tienen un moderado aporte glicémico, por lo tanto, son aceptables para quien vive con diabetes.
La cantidad que consumimos determina la carga glicémica. La moderación impera con éste y cualquier otro alimento con una carga glicémica potencialmente alta, rico en hidratos de carbono de cualquier tipo.
Sin embargo, las papas no son alimentos que tengan el índice glicémico más alto: se encuentran en medio de la tabla, y se pueden considerar alimentos valiosos por su aporte nutrimental y por los hidratos de carbono que brindarán energía para el metabolismo. Esto se debe a que contienen almidones resistentes a la digestión enzimática que se da en el intestino delgado y son absorbidos y metabolizados mucho más lentamente de lo que se pudiera pensar, dependiendo del corte y de la preparación de las papas. Por lo tanto, en el marco de una dieta saludable, como fuente de energía primordial, con un gran aporte nutrimental, moderado índice glicémico y almidones resistentes, las papas tan deliciosas y fáciles de preparar son alimentos que sí debemos preferir, especialmente por las personas que viven con diabetes.
Referencias: Borch D, Juul-Hindsgaul N, Veller M, Astrup A, Jaskolowski J, Raben A. Potatoes and risk of obesity, type 2 diabetes, and cardiovascular disease in apparently healthy adults: a systemati review of clinical intervention and observational studies. Am J Clin Nutr. 104(2):489-98. Fernandes G, Velangi A, Wolever TM. Glycemic index of potatoes commonly consumed in North America. J Am Diet Assoc. 2005; 105:557–62. Henry CJ, Lightowler HJ, Strik CM, Storey M. Glycaemic index values for commercially available potatoes in Great Britain. Br J Nutr. 2005; 94:917–21. Leeman M, Ostman E, Bjork I. Glycaemic and satiating properties of potato products. Eur JClin Nutr. 2008; 62:87–95.
Te compartimos una receta que te encantará y podrás disfrutar sin culpa: Receta Bisteces con papas en salsa verde