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Michelle Fridman y cinco años de callar bocas

por Carlos Dragonné

Cuando se anunció hace cinco años que Michelle Fridman dejaba EME Media para convertirse en la nueva Secretaria de Turismo de Yucatán la juzgué y me pareció una apuesta terrible por parte del entonces nuevo Gobernador. Les pondría la foto de los tuits que desde mi cuenta personal puse, pero eliminé dicha cuenta cuando Musk se hizo de X, así que tendrán que confiar en mi confesión. ¿Por qué la juzgue? Porque no es lo mismo hacer RP de turismo que lidiar con los trucos, idas y venidas de la política y, como extra, la idiosincrasia yucateca que sólo tiene par con la poblana en el tema de identidad y defensa de la misma. Cinco años después estoy intentando asimilar lo que ha pasado en estos días de visita y tengo que decirles algo. Mi mayor placer es que me callen la boca, porque cada vez que alguien lo hace, hay una oportunidad de aprender algo nuevo. Bueno, aquí hay varias lecciones.

michelle fridman

Michelle Fridman y el “voy derecho no me quito”.

En las apuestas y el entrepasillo se manejó por mucho tiempo que Fridman había apostado por convencer a Mauricio Vila Dosal que el camino hacia la Presidencia pasaba por una buena gestión y que fue esa apuesta la que hizo que Vila sostuviera a Fridman a pesar de tener a buena parte de la IP y los ciudadanos en contra de la presencia de una “chilanga” al frente de la Secretaría. Obvio, como lo dijimos por Twitter también, la apuesta estaba erradísima, pero para Vila, no para Fridman y mucho menos para Yucatán.

Yucatán es, sin duda, uno de los estados que es más fácil vender. Tiene todo lo que nos gusta presumir de México. Tiene gastronomía, buena conectividad, playas, centros culturales, emblemáticos sitios arqueológicos, selva, cenotes… No había mucho que hacer y aún así había mucho que contar. Entonces Michelle Fridman apostó, como otros secretarios estatales por poner todas las piedras en toda la mesa, no sólo en una canasta. Y la apuesta está pagando.

Este año —que para efectos políticos es el último, aunque estoy seguro que hay una carta que no la dejaron jugar en 2023 y que intentará ser su drop the mic en 2024— Yucatán me recibió con la combinación de cuatro eventos en sus diferentes ediciones. El Concours Mondial de Bruxelles, The Best Chef —con sus dos vertientes académicas, Area Talks y Food Science—, la premiación de esta lista que lleva 7 ediciones (y de la que ya hablaremos en otro texto sobre listas, apapachos egocéntricos e idiosincrasias golpeteadas) y la segunda edición de Sabores Yucatán.

¿Ganó Michelle Fridman la apuesta o perdió?

Desde mi punto de vista la ganó y la ganó con creces. Hay una serie de errores, fallas y temas que cada evento tiene. Hay una visión que incluye la perspectiva filosófica de lo que uno tiene como promotor del turismo y de este país. Pero un hecho es imposible de ignorar. Michelle Fridman pudo quedarse callada y llevar el estado por un camino sencillo de promoción natural. Sin embargo, la creación de producto turístico y la alianza con ciertos protagonistas naturales de lo que sucede en la península habrá de traer ganancias y ventajas.

¿Es Sabores Yucatán o la presencia de eventos como Barra México o el Concours Mondial de Bruxelles la respuesta definitiva? No, de ninguna forma. Porque estos eventos son y siempre serán pensados desde la perspectiva del privilegio, el costo y un mercado que deja una derrama importante pero no sostenible. De entrada porque son proyecto itinerantes. Después, porque la lealtad de ese mercado es volátil. Pero no es lo único que hay, ni lo único que ha hecho Sefotur.

Hay, aunque tropezado y desde perspectivas de mercadotecnia con las que podemos estar en desacuerdo, un diálogo constante que tiene que seguir creciendo con organizaciones que llevan años aquí y que seguirán todavía por muchos años más después de que Fridman busque el siguiente escalón de lo que algunos pintan como una carrera política, aunque yo apuesto a una postura desde la IP o las ONG.

michelle fridman
michelle fridman

No todo es perfecto. Pero me centro en lo bueno de la gestión de Michelle

Lo bueno de lo que cinco años después de tomar posesión descubro de Yucatán es la creación constante de un producto turístico que está buscando posicionar el estado con la enorme diversidad de opciones que, naturalmente, significa la misma diversidad de mercados. El proyecto 365 días en Yucatán se antoja como algo más que un simple concepto de marketing —aunque no negamos que lo es. Se entiende como una postura de querer vender a Yucatán como este pedazo de tierra que siempre ha sido presumido desde la visión de nuestra cultura ancestral y que ahora se busca establecer como uno más de los puntos de la innovación.

Sisal, Yaxunah, Uxmal, Sayi, Motul, Tizimin, San Felipe… pero también Oxkintok, Labná, Peto, Homún, Telchac o Xcambo tienen una historia que descubrir. Se las contaría, pero hay varios a los que no he ido. Se de política. Tengo bastante experiencia en esto. Y en cinco años se siente una Secretaría de Turismo que supo ajustar un proyecto de promoción y que, más importante, convenció a un Gobernador de dejarlos trabajar como equipo experto en turismo.

Pocas veces he creído que la reelección de gobernador debería existir.

Hoy es una de ellas, porque Vila, desde la postura política, ha alcanzado —al menos por un buen rato— su techo político. Y el o la que siga deberá juntar un equipo así, sólido y que sepa lo que está haciendo. Así que, a pesar de no tener los tuits originales, imaginemos que están en un plato, les pongo salsa de habanero y me los como toditos porque Sefotur, con la discreción de estar lejos, ha hecho mucho más que los que quieren presumir todo estando cerca y no hacen nada para impulsar nada más de lo que ya se conozca.

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