Por Elsie Méndez @sabormexico
No se porque uno da por hecho que por ser mexicana, o mexicano, y haber visto, oído, probado y disfrutado el Tequila desde que nacemos, bueno, lo de la tomada viene más tarde, sabemos todo sobre esta bebida que es símbolo e imagen de nuestro país. Y como en todo, hay a quienes le gusta y otros tantos que simplemente no la beben para nada, porque esa es otra, no se porque piensan fuera de México, que por ser mexicanos todos tomamos tequila y es nuestra bebida favorita, cuando en realidad no es así.
A mi mamá si le gusta echarse sus “tequilitas”, como cariñosamente se refiere cuando platica de sus ratos en tertulias con sus octogenarias amigas, no pasa de tomarse dos caballitos y como máximo tres, muy de vez en cuando, pero si es cierto que no recuerdo haberla visto tomar otra cosa desde que tengo memoria, y si le ofrecen otra bebida ella dice, – No joven muchas gracias, a mi nada más me gusta el Tequila porque me cae muy bien – No se si lo que le cae bien es el líquido o lo ve como un personaje que la ha acompañado a lo largo de casi toda su vida, ya les digo que tiene casi 80 años y esta hecha un roble.
Y como mi mamá tiene mucha ropa, muchos zapatos, muchos colguijes (o lo que llamamos joyas, ya sean de fantasía o de finos metales) cada año para el día de las madres lo más fácil es regalarle su botella de Tequila que le durará todo un año, y a veces hasta más, pero con eso no le fallo, porque su regalo le dura lo suficiente para, por doce meses, presumir el rico “tequilita” que le regale, y hasta compartirlo con sus amigas, cosa que con los zapatos, no sería igual.
Mitos y realidades detrás del Tequila
Para este año recurrí a una amiga experta para que me recomendara un buen Tequila, digo, si le va a durar un año que sea uno de los mejores, yo tengo mi preferido que es el Reserva de La Familia Platino de Casa Cuervo, es fino, delicado y blanco, como deben de ser los Tequilas, y en esa larga conversación con Lydia Serna, experta en Tequila y experta maestra catadora por la Academia Mexicana de Catadores de Tequila A.C., se me vinieron a la mente muchas preguntas de la historia del Tequila y del por qué lo tomamos de tal o cual forma y de cómo están cambiando los gustos de los aficionados a esta bebida.
Sin entrar en detalles que podrían encontrar hasta en Wikipedia, les diré que a mi lo que más me llamaba la atención, y que después de platicar con ella me quedo más claro, es la forma de tomar el Tequila en México y el resto del mundo, del por qué de pronto el Tequila tomo un lugar preponderante como imagen de todo un país, siendo que antes del Tequila ya existía el pulque y los mezcales, y del por qué fue esta la bebida que se eligió para darnos identidad como país y mexicanos.
Me cuenta que después de la época de Porfirio Díaz, el gobierno de México busco un nuevo símbolo que nos identificara como país, hay que recordar que al buen Porfirio, que era más mexicano que el mole que hacían en su natal Oaxaca, le dio por volver a nuestro amado México, casi una sucursal de Francia, todo era muy, muy afrancesado, desde la arquitectura hasta las mesas, y por supuesto las bebidas, al buen Porfirio le pareció que el mezcal y nuestras bebidas tradicionales no eran suficientemente chics para ofrecerse en sus veladas y reuniones, y en su lugar el champagne y coñacs tomaron posesión de lo que antes a otros les enorgullecía.
Por aquellos entonces comenzaron también las imágenes del típico mexicano teporocho, o borrachín, con su gran sombrero de charro, arriba de un caballo, con una botella de Tequila en mano y zigzagueando por las calles o ranchos, películas y caricaturas de la época porfiriana y hasta muchos años después que incluyen momentos en Revolución Mexicana con montones de fotografías testimonio de los usos y costumbres de la época, y de eso personaje hay que destacar a Zapata a quien le gustaba el mezcal y no el tequila según me informan. Esa imagen nos ha costado años y grandes campañas de instituciones gubernamentales como la del sector turismo, para quitárnosla de encima y hacerles entender a los miles de extranjeros que no habían puesto un pie en México, que no todos éramos así, creo que al fin lo logramos, pero no dudo que habrá un alguien por allá perdido en un país lejano que siga pensando que todos llevamos sombrero de charro y seguimos transportándonos a caballo.
Si, el Tequila lo consumían y solo era identificado con ciertos extractos sociales de la población, aun muchos años después de la salida de Porfirio Díaz, la gente prefería tomar bebidas extranjeras como el whiskey, brandy o coñac, porque era más fino y elegante, que nuestro tradicional y original Tequila. Fue por allá de los años 40´s, en la época de oro del cine mexicano, que nuestros queridos Pedro Infante, Luis Aguilar y el guapísimo Jorge Negrete, se dieron a la tarea de representar nuestra cultura y tradiciones y hacer aun más patente que el consumo del Tequila solo era entre la gente de clase media, media baja y baja, y por supuesto en las rancherías y poblaciones rurales, eso de andar generalizando según las estadísticas no es bueno, porque mi papá que era un guapísimo jovenzuelo en aquellos años, y que dicho sea de paso se parecía mucho a Jorge Negrete, estaba en una escuela militar y nunca tomaba tequila, a él le gustaba el whiskey y eso fue lo que tomo hasta que partió de este mundo.
Por qué se toma limón y sal con el Tequila
Fue por esa misma década de los 40´s que se dio una fuerte epidemia de influenza en el norte del país y como los doctores no se daban abasto con los medicamentos para curar a los enfermos les recomendaban tomar un caballito del Tequila con sal y limón para mitigar el dolor de garganta y la afonía que la enfermedad les causaba, desgraciadamente esa costumbre se difundió por el resto del territorio nacional y se quedo como tradición tomar el Tequila con limón y sal. Y digo por desgracia, porque el limón lo que hace es esconder y no permite apreciar los aromas y sabores de un buen Tequila que llevo mucho trabajo poder elaborar, por fortuna, hoy los que gustan de tomar esta bebida han entendido que el limón y la sal no son los compañeros ideales y que el Tequila debe disfrutarse solo.
Pasaron los años y en un trabajo conjunto entre productores y gobierno decidieron que necesitábamos tener una bebida que se reconociera como tradicional y autentica de México, y si bien el mezcal se consumía por varios estados del país, quiero pensar que Jalisco y sus productores se vieron más astutos y fue así como se inició una campaña en México y el resto del mundo para que el Tequila fuera un producto que nos diera identidad y representara un orgullo nacional.
Pero la cosa no fue tan sencilla y tampoco ayudo mucho que Frida Kahlo y Chabela Vargas lo agarraran de su estandarte, la primera porque se relacionaba con círculos de intelectuales y revolucionarios que no iban muy acorde con el gobierno y la segunda porque era retroceder a esa imagen del mexicano con jorongo y teporocho.
Sin tener las fechas exactas me comenta Lydia que hasta finales de los años 80 y principios de los 90 fueron las mujeres en México quienes se convirtieron en las verdaderas promotoras del Tequila y quienes pusieron de moda el consumirlo, el elegido fue el reposado, imagino porque por aquellos entonces con el blanco el alcohol y sabor eran mucho más fuertes, pareciera que fue el modo que encontraron para demostrar su liberación y tomar una posición en la sociedad que les diera un estatus de respeto y las pusiera a la altura de los hombres que seguían tomando bebidas extranjeras y cerveza. Fue gracias a ellas que cambió el rumbo del Tequila y logró un estatus más alto entre la sociedad en general, y por supuesto el aumento considerable de su consumo, porque si bien el nombramiento de Denominación de Origen se le otorgó el 9 de diciembre de 1974, fue hasta los años antes mencionados que la gente comenzó a darle el valor que el Tequila merece y conocer más sobre la forma de elaboración.
El resto es historia, unos más y otros menos, ya seamos los papas o nietos de quienes vivimos aquella época de cambio en su consumo, el Tequila comenzó una internacionalización que hoy ya nadie lo para, no hay rincón en el planeta, por más alejado que se encuentre de la tierra que lo vio nacer, el Tequila se encuentra en prácticamente todo el mundo. A pesar incluso de las vicisitudes que ha vivido como por ejemplo aquel ataque de una plaga en los 90´s que acabo prácticamente con todos los plantíos de agave azul en los estados donde se puede hacer tequila, Jalisco, Nayarit, Guanajuato, Michoacán y Tamaulipas (Solo ahí se puede producir, desde plantar el agave azul hasta su elaboración y embotellado) y que según me cuentan, no sirvió de lección para estar prevenidos y no se cuenta con un plan de contingencia por si un día los chinos se deciden a comprar todo el Tequila que se produce, por ejemplo. Yo por si las dudas voy a reservar unas botellas en mi casa, no vaya a ser que suban tanto de precio que las pueda vender en caso de necesidad y lleguen a valores estratosféricos como en aquellos momentos de la plaga antes mencionada.
Con los años, la gente paso, no solo a tener gusto por el Tequila, se dio el nacimiento de grandes empresas, e incluso, como sucede ahora con el mezcal, todos deseaban tener su propia marca, siendo muy pocas actualmente, quienes siguen elaborando Tequila de forma artesanal, ya que la gran mayoría incluyen otros azucares que permite la normativa para su producción, es por ello que en el mercado podemos encontrar Tequilas elaborados con 100% agave azul y otros que tienen 51% de agave y 49% de otros azucares.
Hoy en día, Estados Unidos es el consumidor número uno en el mundo y México es el segundo y las estadísticas muestran que hombres y mujeres estamos a la par 50% – 50%, y la tendencia esta en que los consumidores ya están buscando que el producto sea 100% agave y no combinado, además de que sea blanco, como se tomo siempre, el mejor ejemplo de esto último es el enorme éxito de Casa Dragones, que si bien en uno de sus pasos de elaboración reposa en barricas, es totalmente blanco y cristalino.
Hoy tomar Tequila es sinónimo de elegancia, refinamiento y muy buenos gustos. Así que ya lo saben si van disfrutar un buen Tequila, por favor, eviten el acompañarlo con limón y sal, debe ser 100% agave azul y blanco, y siéntanse orgullosos de saber que están tomando un pedacito de nuestro querido Jalisco, que además, es Patrimonio de la Humanidad. ¡Salud!
Y ya que andamos platicando de Tequila que les parece este Coctel de Margarita de Jamaica, Tequila y Grand Marnier