La primera vez que oí formalmente de los vinos fue durante mi diplomado de Gastronomía Mexicana en La Escuela de Gastronomía Mexicana (ESGAMEX) de mis adorados y muy admirados maestros Edmundo Escamilla y Yuri de Gortari. Como parte del programa hay un capítulo dedicado al tema del vino impartido por el también muy respetado y admirado maestro sommelier René Rentería, quien sin darnos cuenta nos hizo perder los miedos y frustraciones que a través de personas que se dicen “grandes conocedores”, nos influyeron para contrario al acercamiento, nos sintiéramos unos perfectos inútiles en el tema y en pocas palabras nos decían, tú no sabes ni sabrás porque te tomaría años poder lograrlo.
Aunque no podemos considerarnos expertos en el tema ni mucho menos, la verdad es que ahora nos sentimos mucho más confiados en ir aprendiendo poco a poco y experimentar a través de los maridajes que nosotros mismos logramos, o aun mejor poder dar una opinión personal cuando se nos presentan menús de degustación y lo mejor de todo es que ahora, con mucho mayor frecuencia asistimos a catas donde aprendemos de las características y personalidad de los vinos que tenemos oportunidad de conocer y así ir adentrándonos en el mundo del vino.
Lo primero que aprendimos de vinos de la mano del maestro René Rentería fue que al vino hay que apreciarlo con el corazón además del resto de nuestros 5 sentidos, dice el maestro…”Que bonito es el vino que nace tan cerca del corazón de la tierra y muere tan cerca del corazón del hombre” no sé si la frase es de él, pero dejo claro que para disfrutar un vino no hay que ser un experto en su totalidad, porque al igual que los alimentos que llevamos a nuestra boca, sin importar si viene del mejor y más reconocido chef o de la cocina de nuestra propia casa, lo importante es apreciar sus sabores, colores, aromas y hasta el ruido que algo crocante hace en nuestra boca. Si nos atrevemos a dar una opinión de un platillo porque no del vino?
A nuestro paladar y cerebro hay que educarlos, no solo con información, también con ingredientes, recetas, y por supuesto bebidas que nos inviten a experimentar mas y mas sabores desconocidos y aun los que ya hemos probado combinarlos con otros diferentes a lo que regularmente hacemos para así poder ir descubriendo otros nuevos.
Algo importante es considerar que como seres humanos no todos somos iguales y somos física, química y biológicamente diferentes por lo tanto al combinar los ingredientes que a su vez tienen estas cualidades, en nuestra boca, nos sabrán, olerán, y veremos de forma diferente que los demás. Hay quienes tenemos unos sentidos más desarrollados que otros y esto marcara la diferencia en las experiencias que podemos compartir a la hora de disfrutar un vino, un platillo o juntos con el muy famoso maridaje.
¿Qué es catar un vino?
Catar es: Usar los sentidos para determinar la calidad de los alimentos o bebidas y tiene 3 etapas en el caso del vino: La vista, el olfato y el gusto
Que se ve? Si es blanco, tinto o rosado, el color, la edad, limpidez, ausencia de defectos.
Que se huele? Que no huela feo, a vinagre, acetona. Y de ahí dependiendo el grado de desarrollo de nuestros sentido del olfato podemos descubrir un sinfín de aromas desde maderas, frutos, especias,etc. Puede haber hasta 800 aromas! Yo particularmente no soy muy buena en este punto, sera que mi nariz necesita más ejercicio por lo que aquí recomiendo asistir a catas ciegas o laboratorios del gusto donde nos enseñan a identificar los aromas con los ojos cerrados. Estamos tan acostumbrados a que solo lo que vemos sabemos cómo huele que es necesario poner a trabajar más a nuestro cerebro y que aprenda a identificarlos con solo olerlos.
¿Qué se degusta? Confirmación de lo que olimos y vimos que permanezca después de tragar y deja sabor. Pasarlo por toda nuestra boca es importante porque de nuevo dentro del sentido del gusto tenemos más afinidad a ciertas característica, amargo, dulce, acido, etc.
Algo muy, muy importante, como lo decía antes nuestro corazón está involucrado y por ello nuestro estado de ánimo, por lo que les recomiendo siempre tomar nota que si al momento de tomar un vino nos encontramos deprimidos, enojados, frustrados, agobiados, y todos los sentimientos que no nos permitan estar en una buena disposición, tomar un poco de aire, dejar los pensamientos y sentimientos fuera del lugar donde vamos a disfrutar el vino para que esto tampoco afecte nuestra experiencia a la hora de la cata.
Por supuesto que no pretendo dejar esto como una clase y que existen muchas cosas que todos debemos aprender y experimentar del vino, pero si les hago una invitación a que pierdan el miedo, asistan a catas y laboratorios del gusto que hoy afortunadamente ya son muchos y muy frecuentes en nuestro país y se acerquen al mundo maravilloso del vino.
Este articulo nace de mi última cata a la que asistí con amigos que conocí a través de Twitter y que de su mano he aprendido mucho de vinos, en especial de los mexicanos, y que consiente de sus extensos conocimientos me atreví a organizar una cata con ayuda de Vinos Hasta Que se Agoten quienes amablemente me abrieron sus puertas y nos ofrecieron un espacio maravilloso en la Ciudad de Mexico para poder llevar a cabo esta cata. A esta se sumo Viñedos La Redonda, quien a través de su Director General con quien comía el día que la organizamos, nos ofreció poner a prueba sus mejores vinos.
Así que ya ven si yo una simple “disfrutadora” del mundo del vino, se atreve a ir a una comida con el dueño de un viñedo, le pide a una empresa dedicada a promover, apoyar y acercar los vinos a consumidores expertos y no tanto, a que organizáramos una cata CON EXPERTOS, no duden que ustedes pueden hacer lo mismo.
Reúnanse entre amigos, y sin temor acérquense a maestros como René que siempre están dispuestos a compartir lo que a ellos les ha tomado años, empresas como Vinos Hasta Que se Agoten, y organicen una cata. El primer paso es el más importante y es menos vergonzoso de lo que se imaginan!!
Y ya con más confianza te invitamos a que leas alguno de los artículo que hemos escrito sobre este tema, los encuentras aquí