Por Elsie Méndez @sabormexico
La primera vez que probé la uva Pinot Grigio fue en Italia, justo en un viaje en el cual tuve oportunidad de conocer 5 diferentes regiones y los vinos que se producen en ellas. Tratar de entender o aprender de vinos italianos nos puede llevar mucho tiempo, podría decir incluso que años, así que hay que tomarlo con calma y dejar que los encuentros con vinos como el Santa Margherita nos vayan contando más sobre los vinos de un país que los grandes conocedores admiran y los aficionados nos sentimos fascinados.
Para algunos expertos la uva Pinot Grigio es insípida, neutral y hasta aburrida, para otros es poseedora de una interesante personalidad. Mientras tanto yo, intento no dejarme influenciar y decido confiar en lo aprendido por mis mentores, mis viajes, y con la seguridad de poder decidir si esta uva y yo nos entendemos. El resultado es mucho más agradable de lo que hubiera imaginado y la puedo ver perfecto como compañera de muchos de mis platillos de la cocina mexicana y conquistado paladares de otros tantos en mi país por su amigable personalidad.
Se cree que el Pinot Gris o Pinot Grigio, como se le conoce en Italia, es una mutación del Pinot Noir. Sus frutos son de color azulado o gris, también pueden tener un tono marrón rosáceo e incluso blancas, dependiendo de la zona donde se cultive.
En el caso de Santa Margherita, sus uvas provienen de la DOC (Denominación de Origen Controlada) de Valdadige en el Veneto, del valle del Alto Adige, al norte de Italia, un lugar que hasta 1918 fue parte de Austria, por eso su su estilo germánico en la elaboración de vinos. La bodega se encuentra rodeada de más de mil hectáreas de fértiles tierras que permiten el cultivo de extraordinarias vides de las cuales salen las uvas con las que se producen su Pinot Grigio. Las tierras se componen de terrenos arenosos, ricos en minerales y muy nutridos por las aguas del río Adige, por eso para ellos es muy importante y la base principal, el trabajo que se realiza en el campo ya que de ahí provienen todas las bondades en aromas y sabores de este vino.
Para la elaboración de Santa Margherita (desde 1961), las uvas se cultivan en espaldera. El prensado es suave y se retiran las pieles para que no transfieran el color al mosto. La fermentación dura entre 10 y 15 días a temperatura controlada. Una vez realizada la fermentación, el vino se almacena en depósitos de acero inoxidable.