Por Elsie Méndez @sabormexico
Al pasar por la puerta del restaurante TK Terraza Grill tuve la sensación de cruzar por un túnel del tiempo que me llevo hasta mi adolescencia y vida universitaria. Las imágenes pasaron frente a mis ojos como si fuera ayer que llegaba ahí con toda la energía burbujeante que me caracterizaba saludando a cuanto me encontraba a mi camino, la música de los ochentas y noventas provocando el hacer que mis pasos fueran casi un baile y sentir que apenas ayer es que había estado ahí con mis amigos y familia con quienes planeaba lo que haríamos esa noche para seguir la fiesta que parecía no tener fin nunca en esas épocas. La voz del gerente me hizo salir de mi letargo mental y regresar a la actualidad, pidiéndome que lo siguiera hasta mi mesa mientras que observaba lo poco que ha cambiado el lugar, y eso me generó la sensación de estar de nuevo en mi muy entrañable Tecamacharlie´s.
Renovarse o morir, dice el refrán, y eso es lo que sucedió con el ahora llamado TK Terraza Grill que muchos (más de tres generaciones) lo conocimos como el Tecamacharlie´s, que formara parte de la famosísima cadena de restaurantes del Grupo Anderson. Para los que no tienen idea de lo que les hablo cuando digo Tecamacharlie´s o Grupo Anderson les explico. Un hombre visionario llamado Carlos Anderson fue quien, junto con quienes se fueron sumando al proyecto, formaron la cadena de restaurantes más exitosa de todos los tiempos en México. Su cocina era mexicana con toques divertidos, el ambiente era de los más envidiados y no hubo político, empresario, socialité, artista o líder de opinión que no haya visitado más de una vez algunos de los restaurantes que se ubicaban en las mejores zonas de la ciudad de México y ciudades como Acapulco, Cuernavaca, Ixtapa-Zihuatanejo, y algunas más. Ir a esos sitios era un tema de estatus, de popularidad y de deseo entrañable de tener un servicio excepcional. Los capitanes o gerentes se llamaban Mandiles y no cualquiera podía ser un Mandil, para ello tenían que cubrir con cierto perfil (guapos, simpáticos, populares y por demás agradables) ser Mandil era un honor, y su finalidad y objetivo era hacer que todo aquel que cruzara la puerta de alguno de los restaurantes no quisiera irse jamás.
Dicho lo anterior, la historia de como fueron desapareciendo y muchos otros transformándose es lo que hoy me lleva a contar la que corresponde a TK Terraza Grill, que tomo la decisión de hacer una renovación sin perder el espíritu y sobre todo el sabor de muchos de sus platillos clásicos de la cocina mexicana que jamás pasaran de moda, como sus Ostiones 4-4-4, el queso cilantro, o alguno de sus majestuosos molcajetes; que muchos agradecemos el que sigan en la carta porque no hay otro lugar que pueda ofrecer estos platillos con los que crecimos y vivimos muchos años de nuestra vida.
Claro que en su carta y cocina hoy encontramos nuevas propuesta que la Chef Ejecutiva va integrando a través de las sugerencias del mes, con platillos nuevos y de recetas de la cocina tradicional mexicana con toques más modernos o diferentes que le dan un tuist diferente que los hace divertidos y sabrosos. Un buen ejemplo es su Ensalada Opuntia que se inspira en la típica ensalada de nopales a la que ella hizo pequeños cambios agregando una cama de mermelada de jitomate, vinagreta de serrano y salsa de queso panela. Si bien están los elementos tradicionales como son el jitomate, el chile y el queso, ella cambió los elementos para darnos algo totalmente nuevo al paladar y que nos sorprende por sus sabores balanceados y que se integran perfectamente. Y como dato adicional les comento que se llama Opuntia porque ese es el nombre científico del nopal ¿Qué tal eh? A que muchos no sabía eso de un producto que todos creemos conocemos a la perfección.
A los que amamos los antojitos mexicanos y siempre nos cuesta trabajo el poder decidir entre unos u otros, la solución está en la Botana Mixta que incluye: sopes, quesadillas, chalupas y muerra; y si lo suyo son la típica comida callejera para eso están los tacos de canasta, los tres marías y los Rangel de arrachera, chorizo, chicharrón y guacamole, una gozada estos tacos.
Por supuesto su fideo seco, sus cortes de carne cocinadas en esa gran parrilla central que se impregnan de delicioso sabor del carbón, sus costillas bbq y los memorables churros que nos hacen olvidar por completo las calorías son otros de los imperdibles de este lugar.
El ambiente del restaurante también cambió, porque si bien en otras épocas quienes lo frecuentaban eran más bien gente joven (o adultos contemporáneos), hoy las familias son más que bienvenidas, y quienes gustamos de un ambiente de solo adultos seguimos con nuestros espacios. Las diferentes áreas del restaurante permiten que todos nos sintamos a gusto y sin alterar a quienes van con un ánimo diferente al resto de los comensales.
El servicio de TK Terraza Grill sigue impecable, eso es algo que no ha cambiado y que ya no se encuentra tan fácilmente en muchos lugares en México, algo ha cambiado de aquellas épocas que les cuento en la que ser Mandil (capitán o gerente de un Anderson) era un honor y un privilegio. Sin ser invasivos o abrumarnos de tanto preguntar si todo esta bien, los meseros y capitanes están atentos en todo momento cuando alzamos la mirada para solicitar algo a la mesa. Su trato amable y cordial se agradece y se aprecia enormemente, porque les digo que ese servicio por el que México se distinguió siempre, cada vez se hace más escaso, sin duda la gente que trabaja en el servicio ya no es como la de antes y poco lugares conservan y promueven entre su personal que no se pierda.
Platicando con Roberto, hijo de uno de los fundadores de Grupo Anderson, y heredero de varios de los lugares que conforman el grupo ahora independiente que han formado, me decía que para él el reto mayor esta en ofrecer aquel servicio y calidad en la comida con la que crecimos y que muchos seguimos teniendo en la memoria y a su vez, ofrecer una oferta gastronómica que atraiga a las nuevas generaciones. El recibir la estafeta de un lugar con tantos años de éxito y que continúe como en sus mejores tiempo implica un esfuerzo mucho mayor del que a su padre le tomo, porque también es cierto que muchas costumbres han cambiado y la oferta de restaurantes ha crecido exponencialmente en la ciudad de México. Es imposible sentarse en sus laureles, todos los días se levanta con la firme convicción de continuar la tradición de un lugar que ha visto pasar por su puerta a mucha gente que jamás dejará de tenerlo en la memoria y lograr dejar huella en los que por primera vez se sientan en sus mesas.
A la entrada hay un mural de fotos de los recuerdos, si aun no lo han visitado, todavía hay mucho espacio para que ustedes formen parte de ellos.
Para reservaciones visiten: