Por Elsie Méndez @sabormexico
Me encanta ver como muchas amigas y conocidas, y hasta los del sexo masculino, se ponen a dietas muy estrictas y hacen mil malabares para bajar esos kilos de más cada vez que vienen las vacaciones de verano o están por realizar viajes a la playa donde tendrán que mostrar sus esculturales cuerpos, todo con el firme propósito de verse hermosas, y guapos, con sus trajes de baño y poder pasearse sin que los confundan con un mamífero marino, o las critiquen por esa horrenda celulitis con la que tenemos que luchar las mujeres, y luego oírles quejarse cada vez que les pregunto como les fue, de los kilos que subieron durante esos días en los que se tiraron al placer y los antojos.
Según unos estudios realizados en Inglaterra, 6 de cada 10 viajeros aumentan de peso durante los días que están de vacaciones, que pueden ser de una a dos semanas, y por lo general ganan entre 3 y 5 kilos de peso, que son más o menos los mismos contra los que lucharon antes de irse de viaje, y hay quienes incluso aumentan más porque de verdad se tiran al que me importa mientras disfrutan de sus vacaciones ¡tanto trabajo para nada!
Leyendo por aquí y por allá respecto a este tema, encontré unas recomendaciones de la nutrióloga británica, Mónica Reinagel, quien compartió unos consejos me parecieron muy adecuados y prácticos para poder ponerlos en acción, porque también es cierto que uno no va a sufrir en las vacaciones, eso de ver pasar nada más los platillos suculentos mientras comen lechuga me parece un tanto ridículo, el truco es que debemos tener una alimentación y hábitos que podamos hacer antes, durante y después de las vacaciones, es un estilo de vida que debemos adoptar para siempre.
Así las cosas, aquí una lista de tips para mantenernos en forma a los que agregué otros de la doctora Paola de la Garza, especialista en trastornos alimenticios, que me han ayudado a poder disfrutar de todas esas comidas maravillosas que describo y de las que publico fotos, y que cuando la gente me conoce no entiende como es que no parezco un lindo ballenato.
Caminen para mantenerse en forma.
Ya sea en Europa o en un pintoresco pueblecito en nuestro México, caminen, es la mejor forma de conocer un lugar, en las vacaciones no hay porque tener prisa de nada y muchas veces en el afán de querer conocer todo se usan transportes públicos para llegar de un punto a otro, lo que hace, no solo no disfrutar de la ciudad o lugar que estamos visitando de forma más casual y que nos puede mostrar la vida cotidiana del mismo, en vez de estar entre un túnel y otro o viendo solo por una ventana de un taxi, caminen. De acuerdo con investigadores de la Universidad de Harvard, caminar a un ritmo moderado durante solo media hora puede ayudarnos a quemar alrededor de 170 calorías, pero sin hacer pausas, no cuenta si anduvieron caminando viendo escaparates de tiendas. Otra forma de hacer ejercicio es utilizar las escaleras en vez de elevadores o escaleras eléctricas, hagan esto en su hotel, el museo, el aeropuerto, el metro o los parques temáticos. Subir cinco tramos de escalera tres veces al día nos puede ayudar a quemar 75 calorías. Yo hago mucho eso cuando estoy de viaje y créanme, regreso hasta con mejor condición física que cuando me fui.
Hay que beber de forma inteligente para mantenerse en forma.
Yo recuerdo que en mis vacaciones era de ley pedir piñas coladas y todo tipo de cocteles que usualmente no tomaba, siempre caía en la tentación de todas esas bebidas que se describen en los menús de la zona de alberca o playa, además, uno tiende a beber más cuando esta de vacaciones. Lo primero que hay que tomar en cuenta es que los cocteles y bebidas que combinan el alcohol con frutas y jarabes pueden llegar a tener más de 500 calorías cada una, con una sola estamos consumiendo una cuarta parte de las calorías que tenemos permitidas al día, más o menos, según la edad y tipo de persona, yo por ejemplo tengo como máximo el consumir unas 2 mil calorías diarias de acuerdo con mi médico. Otra cosa que hay que tomar en cuenta es que en lugares con mayor altura a nivel del mar al cuerpo le cuesta más trabajo procesar el alcohol y de forma menos eficiente. Así las cosas, en playa o en la montaña, el primero o segundo día lo ideal es no tomar alcohol porque nuestro cuerpo se está ajustando a la nueva altura, tomar preferiblemente vino blanco o tinto, y si van a pedir destilados que sea con agua mineral o natural, y por cada copa, uno o dos vasos con agua para eliminar el alcohol lo más rápidamente del sistema y no deshidratarnos, porque recuerden que el alcohol tiene ese efecto negativo también.
Hay que darse gustos al comer, pero de forma moderada.
Quien diga que no ha caído en la tentación de esos chilaquiles, sopes, quesadillas, o hasta pozole que nos ofrecen en los hoteles o en los restaurantes de la ciudad que andamos visitando (si es que andan en México) o en esos huevos con ese tocino maravilloso que hacen en Estados Unidos o los croissants en Europa, está diciendo mentiras, yo aun recuerdo los atracones que me daba en un hotel al que viajamos durante años con mis hijos y que desde el desayuno hasta la cena le daba rienda suelta a todo lo que se me antojaba, luego las salidas a nuestros restaurantes favoritos o que teníamos dentro el plan de viaje como una parada obligada y a eso hay que sumarle todos los antojitos que pedíamos en la alberca y la playa, que porque pedimos fruta o verduras con limón y sal, pensamos que no nos engordarán pero resulta que no es así. Hay varias formas de mantener el control de la situación sin dejarnos de dar gustos de esos deliciosos platillos que no tenemos en casa.
Lo primero es que si están en un hotel todo incluido o un crucero no es pretexto para no pedir que nos preparen un desayuno ligero si es que tenemos planeado comer o cenar en ese restaurante de especialidades que nos hizo ojitos desde el momento de hacer el registro, hagan un balance de las calorías a lo largo del día, desayuno ligero, comida ligera, cena con antojos, como un ejemplo. Yo prefiero ahora buscar apartamentos o habitaciones que tengan una cocineta, además de ahorrar mucho en los alimentos del hotel que son carísimos, puedo hacerme de comer de forma más normal a mis hábitos de casa y por la tarde o noche darme esos lujos alimenticios, además cocinar (si es que no lo hacemos a menudo en casa) puede ser parte de las actividades que nos sacan de la rutina.
Recuerden que las frutas y verduras también tienen carbohidratos y mucha azúcar, no por pedir un gran plato de frutas por la mañana aderezado con yogur y miel ya comieron sano, ahí tienen una bomba de alimento y si no hacen ejercicio se les irán quedando en las zonas incómodas del cuerpo, es mejor comer proteínas y un par de tortillas y más tarde fruta o verduras a media mañana, que ese es otro tip, comer bocadillos entre las comidas evita que comamos como desesperados a la hora de comer y cenar, los pepinos y las jícamas son la mejor opción, las zanahorias tienen mucha azúcar y carbohidratos.
Tomen agua
Muchas veces no es hambre lo que tenemos, es sed, ese fue un secreto que me dio mi doctora, me explicaba que el cerebro muchas veces no manda la señal correcta y más que hambre tenemos sed. Siempre tengan una botella de por lo menos un litro cerca de ustedes, o más pequeña y rellénenla constantemente, especialmente en lugares tropicales. La deshidratación moderada nos puede hacer sentir hambre. Eviten los refrescos y las bebidas hidratantes que son altos en calorías (y más caros que el agua). Nosotros ahora lo primero que hacemos al llegar al hotel o apartamento es comprar paquetes con botellas de agua y así evitamos tener que pagarlas más caras en el hotel o los restaurantes que encontramos en el camino. Además, recuerden que si viajan en avión es indispensable estar tomando al menos medio litro de agua por cada hora de vuelo.
Usen el gimnasio. Es lo más simple para mantenerse en forma.
A lo mejor nunca hacen ejercicio estando en casa, que sí porque no tienen tiempo, que sí porque salen muy tarde de trabajar, que sí.., que sí.., siempre tienen pretextos, pero resulta que en las vacaciones esos pretextos no existen, y no digan que porque tienen que salir corriendo para la próxima excursión porque si sus vacaciones van a tener tanto estrés como el que tienen en su casa, mejor quédense a disfrutar la ciudad donde viven y vayan a hacer ejercicio. Si resulta que el hotel o apartamento no tiene gimnasio busquen uno cerca que ofrezca paquetes por semana o día, o de plano, salgan a caminar media hora, verán que se sorprenderán de las muchas cosas que descubren en cada paseo, y si usan el gimnasio del hotel o el crucero, verán que de regreso a casa traerán consigo una dinámica que podrán continuar en su vida diaria. Los investigadores han encontrado que el cuerpo sigue quemando calorías hasta 14 horas después del entrenamiento, lo que nos da un margen más amplio para poder comernos ese postre o platillo al que le traemos ganas.
Las vacaciones son sobre todo para vivir nuevas experiencias, no coman esas cosas que pueden disfrutar en el lugar donde viven, lo ideal es probar la comida local y conocer de nuevos sabores que difícilmente podemos encontrar en casa. Disfrutar de forma consciente y atención plena es la clave. Eso no quiere decir que no se den sus gustos y se coman esas cosas tan deliciosas como puede ser una baguette en París o un helado artesanal en Italia o esos tamales en Michoacán, pero no creo que sea realmente necesario incluir las papas a la francesa o galletas oreo con un vaso con leche.
Sean aventureros y amplíen el horizonte de sus paladares, no de sus cinturas. Además siempre pueden incluir ensaladas de nuestro recetario.
Y para ustedes ¿Cuáles son sus consejos favoritos para mantenerse sanos y activos en un viaje?