Por Elsie Méndez @sabormexico
Hace cerca de 5 años la vida me llevo hasta el sur de la India, y con ese viaje pleno de experiencias fui aprendiendo, de la mano de la chef Betty Vazquez, como México se fue enriqueciendo gracias a los alimentos y especias que llegaron a nuestras tierras por medio de las embarcaciones que salían de Cochin, el puerto más importante de la ruta de las Indias ubicado en Kerala, India. Desde el Hotel Garza Canela, Betty unía las historias que yo publicaba de la India con lo que ellos tienen en Nayarit, y pude entender porque San Blas es un paraíso culinario que todos tenemos la obligación de conocer.
A mi regreso de ese viaje siempre quedo la promesa de un día estar juntas en su tierra: San Blas, en Nayarit, y compartir esos sabores que hacen único a este destino repleto de historias y manjares que forman parte de la riqueza culinaria de México. Pasaron los años, y no veía la hora de estar sentada en esas playas, viviendo esos amaneceres y atardeceres, además de las bellas imágenes de todo lo que la rodea, que Betty comparte en sus publicaciones cada día, cada mañana, cada tarde. Finalmente llego la oportunidad, y nada de lo que hubiera imaginado antes se comparaba con la increíble realidad que existe en San Blas, Nayarit.
San Blas es historia, es tradición, es tierra de Huicholes, Coras, Mexicaneros y Tepehuanes; San Blas es el poseedor del puerto al que se le han dedicado canciones, poemas y escritos variados; San Blas son aves únicas y endémicas para admirarlas, es ríos y ojos de agua pura que emerge de lo más profundo de la tierra para bañar con sus dulces notas las tierras por las que pasa; es sol, mar y gente que ve pasar el tiempo de forma lenta porque sabe que con calma se disfruta más la vida, y el aroma del café por la mañana.
Al llegar a San Blas, más específicamente al hotel Garza Canela, nos esperaba una comitiva con los brazos llenos de cariño y abrazos que nos hicieron sentir más que bienvenidos, parte de la familia. Betty, sus hermanas y su mamá nos recibieron con una enorme sonrisa y un vaso de agua fresca, como marcan las buenas costumbres en las casas de México. Una mirada rápida al lugar, dejar maletas y estar listos para conocer más de cerca todo aquello que solo vi por muchos años a través de una red social cortesía de Betty.
Desde lo alto del Fuerte de San Basilio (espacio también conocido como La Contaduría) uno alcanza a ver la grandeza de San Blas, la verde vegetación que no se deja ganar por los asentamientos humanos, desde ahí también se ve el mar, los rios y los esteros, y la belleza de un lugar que ha sido parte fundamental de la historia culinaria de este país…y uno sin conocerlo. La hermana mayor de Betty nos va guiando de forma amena y divertida por la historia de este lugar sagrado para los primeros pobladores y actuales pueblos indígenas, para después de su fundación en el S XVII, ser uno de los puertos más importantes durante el virreinato, razón por la cual existe la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario, mejor conocida como “La Marinera” o La Galeona de Cádiz, la cual esta destinada a proteger a los misioneros, marinos y exploradores.
Antes de nuestro arribo a San Blas, en el recorrido por la costa de Nayarit, hicimos una parada en Punta Mita donde aprendimos mas sobre el pescado zarandeado y su forma de elaboración dejando claro nuevamente que el origen de este platillo es de la Isla de Mexcaltitán, Nayarit. Con los recuerdos ahumados en la cabeza nos comía el ansia de llegar a Garza Blanca, un restaurante ubicado en una de las playas de la Bahía de Matanchén, del cual Betty no hacía más que contar maravillas y asegurarnos que el pescado zarandeado de Cariluz y su esposo Yovani era el mejor de todo Nayarit.
Entre el humo de la leña de mangle y mezquite y las zarandas con los pescados frescos – para este día nos toco la suerte de que fueran huachinangos, aunque también usan pargo y róbalo porque dice Cariluz que es más fácil comerlo por sus espinas grandes -, vemos a Yovani quien ya ha preparado los pescados con su receta, la cual nos compartió, pero dudo de sobre manera que me salga igual algún día, igual se las doy ya que es muy sencilla, lleva: limón, sal, salsa huichol, mantequilla, ajo y yo digo que algo más que seguro es su secreto para que le quede así de bueno. El pescado Zarandeado es de paciencia así que mejor nos vamos acomodando en la palapa frente a la playa donde nos quitamos los zapatos y dejamos que la muy fina y suave arena nos quite con sus caricias el estrés y todo ese pesar que uno trae de la ciudad que le cuesta tanto quitarse de encima. En la fresca sombra vamos dejando que las olas nos llenen de alegría el oído y vamos poniéndonos más cómodos en las sillas.
En Garza Blanca no hay solo Pescado Zarandeado, así que mientras esta listo el platillo principal Cariluz y Yovani nos van enviando a la mesa muchas de las exquisitas viandas que preparan día con día con las recetas tradicionales nayaritas como: aguachile de camarón, ceviche de pescado, cocteles de pescados y mariscos, tostadas y el que para mi ha sido el mejor y más grande descubrimiento culinario de este estado “Camarones a la Cucaracha” ¡Dios Mío! Yo podría irme a vivir a San Blas solo por la dicha de comer este platillo todos los días, se que no me aburriría jamás. Cada quien tiene su receta pero la que usan en Garza Blanca los camarones se enharinan, se salpimientan y se ponen a freír en aceite muy, pero muy caliente. La de la chef Betty Vázquez lleva ajo y chile y sin harina. Después probé otros en la capital, Tepic, y todos, no importaba quien los hiciera, me volvieron loca. El tema aquí es el tipo de camarón que en la ciudad de México ni de lejos nos llega, así que no hay vuelta atrás tenemos que regresar a Garza Blanca por ellos.
Finalmente llego el platillo estrella El Pescado Zarandeado, acompañado de frijoles, arroz y tortillas recién hechas para irnos haciendo tacos…un momento de gloria el que viví, y mientras escribo esto no puedo evitar salivar y sentir un deseo casi incontrolable de buscar la forma de poder probar de nuevo el pescado zarandeado de Yovani junto con los camarones ¡Caray, porque vivo tan lejos! La vida no es justa. De postre no se pierdan lo que los vendedores ambulantes andan ofreciendo, especialmente los plátanos asados con leche, una verdadera delicia.
La mejor hora de ir a La Tovara es por la tarde pero como muy tarde estar ahí 4:30pm, porque es justo antes del atardecer y antes de que los mosquitos lleguen con toda su furia y te ataquen. Bueno, de igual forma los horarios en La Tovara son estrictos y ellos te dicen cuando sale la última lancha. Pero ¿Qué es La Tovara? Se preguntarán, pues bien La Tovara es un manantial el cual da origen a un estanque natural de agua dulce en medio de un estero. El lugar es muy grande y se pueden realizar recorridos por los canales que nos permiten observar el maravilloso ecosistema que ahí existe con una flora y fauna únicos en el mundo como el mangle rojo, blanco y ceibas, así como las aves entre las cuales se encuentran la garza blanca, garza canela, garza rosada, garza tigre, pelícanos, flamingos además de cocodrilos, tortugas, jaguares, ocelotes, armadillos y una gran cantidad de peces. San Blas es reconocido a nivel mundial ya que es el segundo lugar más importante para la observación de aves en el hemisferio occidental.
Para dar el toque final a este encuentro con la naturaleza fuimos a vivir uno de los momentos con más magia y encanto: el atardecer en el Mirador de Las Aves, el mejor lugar para gozar cada instante del espectáculo que la madre naturaleza nos ofrece para anunciar el fin del día y la llegada de la noche. Ahí se llega para dejarse sorprender, escuchar el sonido de las aves y del resto de los animales que ahí habitan quienes con júbilo despiden al astro rey. Abran bien los ojos, se maravillarán con lo que podrán ver.
Hace algunos años, cuando la chef Betty Vazquez participó en el Tianguis Turístico de Puebla como digna representante de la gastronomía nayarita tuve la suerte de probar por primera vez su ceviche, recuerdo que me acerque y casi no había nadie, tome uno de los vasitos que me ofreció con esa grande y hermosa sonrisa que la distingue, di unos pasos y cuando me di cuenta ya iba de regreso a su stand y le dije – Chef, voy a una cita, se lo ruego guárdeme un par de ceviches mas, ahora regreso – fue una suerte que lo hiciera porque parece que todos se enteraron y termino por tener una muy larga fila pidiendo ceviche, afortunadamente Betty cumplió su palabra y me guardo mis vasitos, ahí comenzó nuestra historia. Tiempo después visitó la ciudad de México para ser parte de un festival en el restaurante El Estoril, y pude probar por segunda vez sus creaciones, me enamoré de la forma en la que trataba a esos pescados y los ingredientes que incluía en sus platos como una sinfonía perfecta de sabores, ahora tocaba vivirlo en el lugar que ha sido su hogar y la cocina que la vio nacer, crecer y evolucionar a través de los años, viajes y experiencia adquirida, para ir desarrollando nuevos sabores con la ayuda de las técnicas aprendidas de los más grandes maestros, el restaurante El Delfín dentro del hotel Garza Canela.
De su tierra aprendió las técnicas de conservación ancestrales como el secado de camarón con sal sobre petates en los techos, o quesos en la sierra. El ahumado con la madera de mangle es otra de las técnicas de conservación y cocciones, además de sus caldos, y otras costumbres culinarias que Coras y Huicholes siguen usando desde la época prehispanica y de las que Betty no ha dejado atrás ni por un instante. La riqueza gastronómica de Nayarit ha sido la bandera con la que esta adorada chef viaja y conquista paladares, mientras abre los ojos, los oídos y pone mucha atención a todo lo que prueba porque es la forma en la que ella va añadiendo esos sabores a su memoria gustativa y enriquece sus creaciones. Si bien Betty ha tomado la responsabilidad de promover su estado con la ayuda de la gran herencia culinaria que tiene Nayarit, no deja de aprender de otros quienes le han abierto las puertas como Arzak o el mismísimo Pedrito, chef ejecutivo del Estoril.
Entre un sin fin de platillos de cena y al día siguiente en el desayuno que incluyeron un glorioso pan de plátano, café nayarita y gorditas de chicharrón además de unos frijoles maravillosos; hago conciencia del poco tiempo que tuve para estar con ella a solas, y de la gran necesidad que tengo de regresar para aprender más de esta mujer que parece una biblioteca cada vez que abre la boca por su extenso conocimiento de su propia tierra, del país en el que vive y de esos rincones que la han visto pasar en compañía de sus seres queridos y hasta sola. Betty me recuerda mucho a una maestra de historia de la secundaria que fue la única capaz de siempre atrapar mi atención por la forma tan sutil de irnos adentrando en el conocimiento sin que este pareciera aburrido. La dulce voz y encanto de Betty seduce tanto como su cocina y eso es un don que pocos tienen.
San Blas, he de regresar.
Para mayores informes pueden visitar los links en las palabras resaltadas o el sitio oficial en la página de Riviera Nayarit. OJO cuando busquen el restaurante Garza Blanca no se confundan con el que esta en Vallarta que nada tiene que ver con el que yo les cuento, no hay mejor forma para llegar que con las indicaciones de Betty y su familia desde el hotel Garza Canela, y ellas mismas les dirán que caminos tomar para disfrutar más esta ciudad.
También pueden encontrar otros hoteles en San Blas con los precios mas bajos garantizados y aquí
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