San Arnulfo nació en Austria en el año 580, en el seno de una familia acomodada. Desde aquel tiempo, los austriacos eran famosos por elaborar cerveza y por su gusto por esta bebida.
San Arnuflo entró al monasterio siendo aún muy joven y, con tan sólo 32 años de edad, fue nombrado Obispo, lo que le valió ser llamado Arnulfo, Obispo de Metz a partir de 612.
Constantemente, Arnulfo prevenía a los miembros de su Iglesia sobre el peligro de tomar agua, que, en aquella época, debido a la peste, no era muy segura, por otro lado, la cerveza sí lo era, por lo que pedía a su congregación beber cerveza constantemente.
En el año 627, San Arnulfo se retiró a un monasterio cerca de Remiremont, Francia, donde murió y fue enterrado en 640. Un año más tarde, los ciudadanos de Metz pidieron que su cuerpo fuera exhumado y llevado a la ciudad de Metz para enterrarlo en su Iglesia local – en la cual solía predicar las virtudes de la cerveza.
La solicitud de los feligreses fue concedida. El viaje para llevar el cuerpo de San Arnulfo de regreso a Metz era largo y agotador, por lo que, al pasar la procesión ceremonial por la ciudad de Champignuelles, varios fieles pararon en una taberna para comprar cerveza, desafortunadamente sólo quedaba un tarro que tendrían que compartir, sorprendentemente, el tarro nunca se terminó y toda la gente pudo beber cerveza hasta satisfacer su sed.
A esto se le conoce como el milagro de la cerveza y es la razón por la que la Iglesia católica considera a San Arnulfo el Santo Patrono de los Cerveceros.
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Les dejo la historia de la Flor de la Cerveza, el lúpulo