Por Elsie Méndez @sabormexico
Sumen un chef multigalardonado, reconocido por las revistas más influyentes en los Estados Unidos, organizaciones como James Beard e importantes guías de restaurantes por su talento en la cocina, y un bartender reconocido como un ícono de la coctelería mundial, merecedor de innumerables premios y galardones de todo el mundo por su talento detrás de la barra, el resultado…Kingfish Restaurant.
Ubicado en una de las esquinas más concurridas del barrio francés en Nueva Orleans, Kingfish se ha convertido en uno de esos pocos lugares donde, tanto los turistas, como los locales, pelean por una mesa para disfrutar de su cocina y sus cocteles, y yo tuve la suerte de disfrutarlo en la mejor compañía, porque como siempre he dicho, un plato o una bebida siempre saben mejor con alguien con quien compartirlo.
Mi cómplice fue Jorge Rodríguez Cano de Mezcal Amores (Amarás Mezcal en Estados Unidos), y decidí pedirle que me acompañara para celebrar lo bien que había resultado su participación en Tales of The Cocktail, había oído y leído tantas buenas reseñas y comentarios sobre Kingfish que pensé era el lugar perfecto para brindar por sus éxitos y cerrar la promesa de regresar el año que viene a Nueva Orleans.
Kingfish Restaurant, Nueva Orleans
Kingfish es uno de los lugares que deben visitarse en Nueva Orleans para disfrutar de un buen coctel, hay que recordar que estos son un ícono de esta ciudad porque ahí han nacido muchos de los que hoy forman parte de las cartas y menús de coctelería en todas partes del mundo, y nada puede ser más honroso que el mismo Chris McMillian sea quien te este preparando, detrás de la barra, una de sus especialidades.
Mientras nuestras bebidas llegaban a la mesa nos dispusimos a ver el menú para intentar decidir por algunas de las creaciones del afamado chef Greg Sonnier, difícil, muy difícil, y mejor optamos por pedirle a nuestro mesero que nos recomendara esos platillos que no debíamos perdernos de la cocina de Kingfish, una entrada y dos platos fuertes para compartir, dejando un espacio para el postre que aquí tienen unos espectaculares.
Vieux Carre Cocktail Rye, como han cambiado las cosas ¿verdad? Porque yo me acuerdo que pedir un coctel era algo muy fácil comenzando con nombres simples como: desarmador, medias de seda, conga, y ahora, el nombre del coctel es tan largo como el número de ingredientes que lleva, no me quejo, nada más digo. Esta es una de las bebidas especiales de la casa y contiene Coñac, Martini&Rossi dulce, Vermouth y Bitters contrario a lo que pareciera la verdad es que no sabe tan fuerte y me gusto mucho su sabor fresco, creo que ese es el secreto de un buen mixologo, que las bebidas que preparan a pesar de los muchos tipos de alcohol, no nos desgarren la garganta y tengan un sabor agradable y equilibrado.
Ensalada Hoppin John, Kingfish Restaurant, Nueva Orleans
Llego a la mesa la Hoppin John Salad con tomate verde frito, betabel, frijoles y cubierta con un rico aderezo. Muy criolla, muy cajún, sigo sin entender si son iguales o diferentes, pero definitivamente muy de Nueva Orleans, porque el uso de las especias en cada platillo los distingue. Sabrosa y sustanciosa, y gracias a que llevaba 5 días en esta ciudad y había aprendido la lección de no pedir como desesperada ni dejando que fuera mis estómago el que hablara, fue una entrada perfecta para compartir antes del plato fuerte que habíamos seleccionado cada uno para compartir también.
Pastel de cangrejo azul con salsa choux maque, Kingfish Restaurant, Nueva Orleans
Uno no puede estar en Nueva Orleans y no pedir platillos con pescados y mariscos, es como una regla por la frescura del ingrediente y la deliciosa forma en que los preparan en Nueva Orleans, así las cosas para mi llego el Blue Crab Chop Jumbo Lump Crab meat with maque choux sauce. Una especie de pastelito frito relleno de cangrejo azul gigante con la muy tradicional salsa maque choux de Luisiana que se prepara vegetales, elote, ajo y hierbas de olor, un platillo sencillo que nos permite conocer de la cocina criolla en versiones contemporáneas que resulto deliciosa.
Abulones con maiz trozado y tocino, Kingfish Restaurant, Nueva Orleans
Después del primer bocado Jorge exclamo “¡Estos son los mejores abulones que ha probado en mi vida!” y viniendo de alguien que es tan pata de perro como yo y ha tenido la fortuna de comer en muchas partes del mundo me dejo sorprendida porque después de eso se quedo callado por varios minutos mientras seguía devorando su plato. Podría asegurar que ni cuenta se dio cuando metí mi tenedor para confirmar lo que decía, y si, los abulones estaban exquisitos, cocinados a la parrilla acompañados de una salsa a base de jitomate, maíz molido y pequeños trozos de tocino.
El postre fue un tradicional pudin de manzana con caramelo y helado de vainilla. Siempre he pensado que este es un postre con el que uno nunca falla en Estados Unidos y este no fue la excepción.
Después del huracán Katrina el chef Sonnier tuvo que salir adelante después del cierre del afamado Gabrielle, y según comentan los que conocieron ese espacio y el actual, definitivamente Kingfish es un restaurante con ese sazón por el que se hizo tan famoso el chef y platillos de una cocina criolla moderna que agrada a todos quienes lo visitan. Así que agreguen a este restaurante a la lista de donde comer en Nueva Orleans.
Kingfish Nueva Orleans
337 Chartres Street, New Orleans, LA 70130, Estados Unidos
Teléfono:+1 504-598-5005
http://www.cocktailbarneworleans.com/
