Por Elsie Méndez @sabormexico
En mi reciente visita a Vail, Colorado, y recién instalados en el hotel Four Seasons Vail donde se encuentra este increíble restaurante llamado Flame, tuve oportunidad de probar una de las carnes que para mi resulta poco común pero que para los habitantes de este estado forma parte de su dieta gracias a los ranchos productores de bisonte o búfalo. Les cuento.
Después de un largo viaje para llegar a nuestro destino, el Chef Ejecutivo nos preparo un menú donde nos llenamos de los sabores que este estado y particularmente Vail tiene para ofrecer a visitantes y aficionados al buen comer, y fue muy interesante comprobar la maestría que tienen en el manejo de la parrilla para servir los cortes de carne de manera perfecta y con la cocción indicada, algo que pocas veces veo en otros lugares que se dicen especializados en carnes.
Para comenzar nos ofrecieron una gran variedad de cocteles y me dio mucho gusto ver que el mezcal es parte de los destilados que ahora usan para prepararlos y yo por supuesto tenia que probar uno, el resultado fue bueno considerando su reciente integración al mercado norteamericano y se aplaude que estén incluyéndolo en sus cartas de bebidas como uno de los principales.
Y daba comienzo el festín con un trío de tacos de langosta, atún, y ceviche de callo de hacha, sorprende ver que la nueva forma de presentar platillos inspirados en la cocina mexicana ya nada tienen que ver con lo Tex-Mex, y su propuesta es muy buena ya que la tortilla que usan es del estilo de las de harina pero que se aprecia ellos mismos preparan y fríen en el restaurante. Los tacos van acompañados de distintos tipos de salsa que combinan perfectamente y resulta agradable la combinación del guacamole, una salsa tipo oriental y otra mas fresca con cada uno de los ingredientes principales para esta entrada.
Camarones tigre y una ensalada cesar con aderezo de ajo negro. Los camarones son una entrada caliente y los camarones vienen marinados con una salsa especiada de tipo BBQ y pequeños cubitos de gelatina de limón, la segunda me sorprendió ese toque de diferencia en el aderezo que al tener el ajo negro como ingrediente diferenciador le da un sabor completamente distinto al que estamos acostumbrados y también es de notar la frescura de sus verduras.
Una entrada mas fue el ceviche de callo de hacha, suave y delicado, este ceviche me abrió los sentidos para poder percibir cada uno de los ingredientes y dejar una nota fresca en el paladar
Los corn dog me recuerdan las ferias, y esta versión del chef es además de muy rica muy divertida porque presenta las pequeñas banderillas con su respectivo palito de madera para poder tomarlas y unos recipientes de plástico como los que hay en los puestos con un aderezo especial de base de salsa de tomate ahumada receta de la casa y una aderezo mas de alioli de mostaza de grano y vegetales encurtidos cosechados en las granjas de la zona. Este fue de todas las entradas mi favorito.
Y llego el gran momento, tres cortes de carne que me hicieron recordar aquella famosa caricatura llamada “Los Picapiedra” en donde Pedro Picapiedra siempre comía unas deliciosas costillas de bufalo y se peleaba con Dino su perro por el gran hueso, mismo que llego a nuestra mesa y fue motivo de fotos para poder dar una idea del gran tamaño que este tenia comparado con nuestras caras.
Los cortes de carne que nos pusieron a la mesa fueron un Ribeye de Waygu madurado, Long Bone Tomahawk y finalmente el bisonte. La calidad del producto combinado con la maestría que les mencionaba, en cocción a la parrilla con un toque de sal de grano y esa técnica de maduración que tan famosos ha vuelto a los norteamericanos en la carne sin duda es el banquete por el cual los carnívoros volarían a Vail solo por comer este platillo y regresar a casa al día siguiente.
A cada bocado la textura fina y llena de sabor de cada uno de los cortes nos dejo sin palabras a todos en la mesa y solo de vez en cuando se oía al fondo los sonidos del humm, oooh, uf que rico, de quienes estábamos disfrutando a cada mordida.
Para acompañar sirven un plato con 6 diferentes tipos de aderezos y salsas, un puré de papa con wassabi, champiñones con un ragout de tocino, zanahorias baby caramelizadas y unos espárragos al grill y como ingrediente adicional que como buena mexicana y amante de los mismos,lo agradeci y me encanto, fueron los chiles toreados.
Debo confesar que yo no le puse nada de los aderezos a mi carne, la disfrute sola, dejando que el sabor exquisito de la misma me llenara todo el paladar.
Ya al final probé un poco de cada uno de los acompañamientos que ofrecen y me gusto mucho el sabor que muestran, nuevamente la gran calidad de ingredientes que manejan en Flame.
Para el postre nos dieron una sorpresa especial ya que estos nos fueron servidos en la cocina de la misma mano de la chef repostera que iba preparando cada uno de ellos frente a nuestros ojos. A mi en lo particular que soy tan aficionada a la gastronomía y que admiro tanto el trabajo de los chefs y cocineros, aunado al hecho de que siempre me quedo con la tentación de entrar a la cocina y ver todos esos equipos con los que cocinan cada uno de los platillos que nos llevan a la mesa, definitivamente fue algo que agradecí y que no olvidare junto con esas maravillosas carnes de este lugar.
Flame es sin duda el paraíso para quienes las carnes son su plato favorito, pero ojo, hay mucho que comensales con otras preferencias podrán encontrar, porque como lo describí, sus productos del mar y verduras no se quedan atrás.
Se que suena descabellado, pero en verdad les digo que si su afición son las carnes y nunca han tenido el gusto de probar el bufalo o bisonte y siguen en la búsqueda el restaurante con una buena oferta de cortes de carne, no lo dude y tomen el avión, reserven el hotel y diríjanse a Flame, al final de ese banquete confirmarán que valió la pena solo viajar por probar estos manjares.
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