La gran ventaja de cocinar en casa es que podemos evitar la enorme cantidad de químicos y colorantes que vienen en esos productos que se nos antojan terriblemente. Y hace unos meses (porque ando en experimento sin azúcar de nuevo) se me caía la cara del antojo de unas galletas Oreo. Pero no me gusta meterme en la panza algo que se llame E-306, porque suelo acordarme de los nombres en los frascos que guardan los virus apocalípticos del cine de ciencia ficción que tanto me gusta. Así que me di a la tarea de armar mis propias galletas Oreo, pero mucho más ricas y mucho más sanas. Hoy me acordé de ellas y me puse a buscar la receta que apunté después de varios intentos para perfeccionarlas. Aquí se las dejo.
Para hacer las Galletas de Oreo caseras vamos a necesitar:
Las galletas
250 g de mantequilla
120 g de azúcar
1 cucharada de esencia de vainilla
200 g de cobertura de chocolate con un 60% de cacao como máximo.
1 huevo mediano.
230 g de harina
100 g cacao en polvo
1 cucharadita de sal
1/2 cucharada de polvo para hornear.
El relleno
100 g de mantequilla
220 g de azúcar glass
1 cucharadita de esencia de vainilla
1 cucharada de leche entera.
1/2 cucharadita de sal.
Es bastante fácil hacer estas galletas. Ahí les va.
Mezclamos mantequilla con el azúcar. Como siempre, hay que tener la mantequilla a temperatura ambiente para que sea múcho más fácil. Ya que tengamos bien mezclado esto le agregamos el chocolate fundido a baño maría. Mezclamos hasta incorporar y luego ya ponemos el resto de los ingredientes. Aquí vale la pena que usen su maquina de amasar, aunque ya saben que somos fanáticos de amasar a mano o con pala de madera, pero en este caso funciona igual con la maquina.
Ya que tenemos la masa hay que trabajarla para hacer un tubo o cilindro. Déjenlo con un diámetro típico de galleta. Envolvemos esto en plástico y lo cerramos apretándolo de los extremos como dulce. Esto nos sirve para apretarlo y que quede redondo. De ahí, al refrigerador la masa. Yo les recomiendo que cuando la metan al refri, la saquen cada 20 minutos y la rueden de nuevo para evitar que pierda la forma. Así hasta que tengamos la masa dura. Ya que está dura la sacamos y cortamos las galletas del ancho típico de la galleta clásica. Ponemos las galletas en el horno unos 25 minutos a 180ºC. La clave es que se hacen duras, literal, como galleta. Las ponemos en rejilla para que se enfríen.
Ahora sólo nos falta la crema. Mientras estamos enfriando nuestras galletas, agarramos la mantequilla y el azúcar glass y los revolvemos, como lo hicimos en la receta de las conchas hasta que nos quede una pasta. Agregamos la vainilla y la leche e incorporamos bien. Para este momento ya se enfriaron las galletas, así que unten una, monten otra y disfruten. Disfruuuuuten…
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