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Andaba viendo la transmisión de las Olimpiadas de Invierno que, en esta ocasión, son en Pyeongchang, en Corea del Sur. Y entonces me acordé de las cosas que me compré en Williams-Sonoma (se los advertí hace dos recetas… si ya saben cómo soy, ¿pa’ qué me dejan sólo ahí?) y bajé a la cocina a preparar un clásico de aquel país que, además, leyendo un poco, dicen que ayuda a fortalecer las células del cuerpo para prevenir el cáncer. Que sea cierto o no, es otra cosa. Que es delicioso, nadie se atreve a dudarlo. En el menú de hoy: Kimchi.
Para hacer el Kimchi vamos a necesitar.
- 2 coles chinas. Así las venden en el supermercado.
- 4 cebollas de cambray.
- 1 cabeza de ajo. Todos los dientes pelados y machacados con el mortero.
- 1 nabo.
- 1/4 taza de perejil fresco picado.
- 70 gr de gambas fermentadas. Las pueden encontrar en tiendas de cocina asiática.
- 40 gr de jengibre fresco machacado en mortero.
- 70 gr de sal de grano.
- 1 pera
- 1 cebolla
- Una olla de sopa de arroz. Es re fácil de hacer. Al final les digo cómo. Y es básica para la textura del kimchi.
- 150 gr de chile en polvo.
Corten las coles a la mitad y quiten unos 10 centímetros de la base. Mientras, mezclen agua con la sal. Unas 2 tazas de agua bastan y metan las coles a remojar. Luego dejen escurrir toda la noche para que desprendan el líquido. Sí… es de tiempo, pero tener un kimchi delicioso lo vale.
Para la sopa de arroz, cuezan 1 taza arroz y reserven. En una olla hiervan aparte agua (unas 3 tazas) y ya que esté hirviendo agreguen el arroz cocido y muevan. El arroz suelta el almidón y tendrán un caldo con textura un poco viscosa que es necesarísima para el kimchi.
Al día siguiente vamos a cortar el nabo en tiras finas, como julianas. Rallen la pera y la cebolla. Añadan la sopa de arroz. Pongan las gambas fermentadas, el jengibre y el ajo. Piquen la cebollita de cambray en rodajas incluyendo la parte verde. Agreguen perejil y el chile en polvo y mezclen bien. Se vale usar las manos. Entonces se agarra la col y se unta esta salsa en cada hoja, abriendo bien la col sin que se les vaya a deshojar. Unten bien por fuera y por dentro y en todas las hojas de la col. Guarden en un recipiente hermético y refrigeren. A partir del cuarto día está listo para comer. Pueden conservarlo hasta un mes.
Es una receta básica para acompañar comida coreana. Y una de esas delicias asiáticas que siempre es bueno tener en casa.
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