Como respuesta al dictamen del Juzgado XII de Distrito en Materia Civil del Primer Circuito, emitido la semana anterior (e impugnado inmediatamente por una coalición de científicos y campesinos preocupados por el tema), los integrantes del Colectivo Mexicano de Cocina y los abajo firmantes, reiteramos nuestra oposición a la evaluación y otorgamiento de permisos para la siembra de maíz genéticamente modificado en nuestro país, por las siguientes razones:
1. El cultivo de estos productos atenta contra la diversidad de nuestros maíces nativos, y pone en peligro su existencia.
2. La conservación de la biodiversidad agrícola se basa en el libre intercambio de las variedades, y en el derecho que tiene el campesino a guardar la semilla de su propia cosecha, como ha ocurrido desde hace siglos.
3. El proceso de transgénesis no es “sustancialmente equivalente” al que ocurre en el cruce natural de plantas desde hacía miles de años: se trata de un proceso con el que se intervienen y cruzan artificialmente las cadenas de ADN de diversas especies. La tecnología utilizada plantea enormes incertidumbres y efectos colaterales impredecibles. Sus alcances no se han determinado todavía.
4. Los agroquímicos que acompañan la siembra de maíz transgénico —fertilizantes y herbicidas— pueden representar un peligro para la salud. Un ejemplo es el glifosato, sustancia empleada como herbicida, que, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, es un probable cancerígeno.
5. Los organismos modificados genéticamente (OMG), por su parte, atentan contra la soberanía alimentaria de todos los pueblos. Fomentan la concentración de la propiedad de la tierra y aumentan la dependencia económica de pequeños productores respecto a las grandes transnacionales. El campo de las patentes se ha venido ampliando más allá de los procesos tecnológicos para incluir a los seres vivos. Las semillas han dejado de ser un bien común para convertirse en “propiedad intelectual” de empresas trasnacionales.
6. Diversos países miembros de la Unión Europea —Austria, Francia, Bulgaria, Grecia, Alemania, Hungría, Italia, Luxemburgo y Polonia— se niegan a cultivar transgénicos en sus territorios a causa de los posibles daños que dichos productos pueden provocar a la salud humana y al medio ambiente. Por otra parte, naciones como China compran maíz a México precisamente por no ser transgénico.
7. En Latinoamérica, ejemplos como el de Argentina resultan alarmantes: 56% de la tierra cultivada (19.8 millones de hectáreas) están sometidas a un monocultivo transgénico —la soya—, y se ha documentado ya una pila de historias preocupantes sobre enfermedades y contaminaciones, cada vez en mayor escala, relacionadas con esos cultivos y con los agroquímicos que los acompañan.
Por todo ello solicitamos al gobierno federal que, través de las instancias correspondientes, exprese una postura clara y firme al respecto. Por nuestra parte, los integrantes del Colectivo Mexicano de Cocina, así como nuestros colegas en otras partes del mundo, quienes nos han manifestado su apoyo y solidaridad frente a este tema, estaremos alerta en espera de una resolución adecuada, y nos mantendremos atentos a la forma en que se desarrollan los acontecimientos.
A t e n t a m e n t e
Chefs del Colectivo Mexicano de Cocina
En Los Sabores de México y el Mundo nos unimos a todos ellos con nuestra voz diciendo: No al Maíz Transgénico
Copia fiel del comunicado del Colectivo Mexicano de Cocina a:
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación
Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales
Secretaría de Turismo
Presidencia de la República
Secretaría de Economía
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad