Por Elsie Méndez @sabormexico
Aun recuerdo cuando llegaba a casa de uno de los fundadores de Mezcal Amores y veía la barra de su bar repleta de todo tipo de botellas, altas, delgadas, chaparras, gordas, de cristal más claro otro más verdoso, muchas, varias decenas, y luego ya cubrían hasta el suelo y parte de la sala y la cocina, “¿Pues que están pensando hacer que traen tanto mezcal muchachos?” le pregunte un día, y me dijo “Vamos a hacer un mezcal que revolucione todo lo que hasta ahora se ha hecho con esta bebida” me contesto muy decidido… y yo, le creí.
“Mira mamá” me decía mi hijo cuando iba de visita a casa de ese chico amigo de él, que quiero tanto como si fuera mi propio hijo, “Santi encontró este nuevo mezcal, a ver que te parece” Me sorprendía ver que al pasar de los meses, y luego años, seguían haciendo un trabajo de investigación y estudio serio sobre este producto que tanto me gusta y que estaban poniendo todo su tiempo y esfuerzo para encontrar el mejor.
Finalmente me llamo Santi un día y me dijo que quería invitarme a una cata del mezcal con el que se presentarían al mercado, en un restaurante que ya ni existe en Polanco, tuve el honor de probar de las primeras botellas de ese mezcal que hoy se conoce como Mezcal Amores. Hoy recuerdo ese momento y me siento tan orgullosa de ver, que aquel pequeño inquieto que sacaba de quicio a las maestras en la escuela, demostraba que de tonto, nunca tuvo un pelo.
Mezcal Amores es la suma de muchas mentes y corazones que se unieron a través de esta bebida, producto de los sabores de los cuatro elementos, que unidos, dan vida a esos agaves que después son transformados gracias al trabajo de hombres y mujeres que han dedicado su vida a preservar la cultura de la elaboración de mezcal. Si bien dedicaron mucho tiempo para encontrar el mejor mezcal, en paralelo fueron penetrándose en ese mundo que hasta hace unos años, pocos volteaban a ver, y muchos otros ignoraban por completo, lo que les permitió ir dando estructura y forma a la filosofía, visión y misión de Mezcal Amores. Más allá de una linda botella y una imagen plasmada en una etiqueta, Mezcal Amores esta conformado por personas que aprecian y valoran toda la cadena de producción para llevar hasta el consumidor un producto de calidad, consistente, y con mucho corazón.
En esta cadena estamos todos, los que lo producen, los que lo distribuyen, los que lo venden y los que lo tomamos, por eso la importancia para Mezcal Amores de crear experiencias y momentos que nos acerquen a la cultura del mezcal, un circulo virtuoso donde todos somos importantes, porque si bien al final de esa cadena estamos los consumidores, nos convertimos en embajadores al sentir esa empatía que se crea por el gusto y disfrute del mezcal, y a su vez, de los productores y todos los involucrados en el proceso y comunidad que forma parte del mezcal.
Muchos presumen de apoyar a los productores, pero en este andar por el mundo del mezcal me he encontrado con marcas que solo les importa el dinero y poco o nada, la gente que trabaja largas jornadas para recolectar las piñas de los agaves, el trabajo en el palenque y la destilación, y claro esta, que hay compromisos serios de otras marcas como Mezcal Amores, pero son muy pocas con la tenacidad y realidad en acciones directas en el campo y toda la gente involucrada, incluyendo la comunidad y pobladores de la zona, como lo hace Mezcal Amores.
Uno de los grandes retos que Mezcal Amores tuvo que superar, y que con eso se cumple lo que me dijo Santi hace unos años y me reconfirmo Jorge Rodriguez Cano (el más guapo de todos los socios), que con Mezcal Amores revolucionarían el mundo del mezcal, fue crear un producto que no supiera feo, fuerte, rasposo, que durmiera el paladar, características que muchos puristas y expertos en mezcal, insisten que esta bebida debe tener, y que yo no concuerdo del todo, y sí con la filosofía de Mezcal Amores, la cual se enfoca en que un buen mezcal no tiene que saber ni fuerte, ni raspar, ni dormirme el paladar, y sentir que me quema las entrañas, mis maestros en el mundo del mezcal me han dado a probar unas maravillas que vienen haciendo desde hace más de 4 generaciones en Oaxaca y dicen que un buen mezcal tiene que saber rico, sabroso y dejarnos con ganas de darle el siguiente trago.
No veo como poder atraer a nuevos consumidores obligándolos a tomar algo que, contrario a provocarles placer y gusto, les causa molestia, como es posible que alguien pretenda vender algo que me duerme el paladar, cuando lo que tiene que hacer un buen mezcal es abrir mi paladar y mis papilas gustativas, y de ahí la controversia también de muchos de que solo los buenos mezcales deben ser arriba de los 45º, por ejemplo, un mezcal de 55º que se baja a 35 o 40 grados sabe mucho mejor para muchos consumidores, esto del mezcal es como aquello de querer correr antes de saber gatear o caminar, yo misma lo he comprobado con algunos amigos y familiares con quienes no he logrado que tomen mezcal tan rudo, a pesar de que muchos toman whiskys o vodkas del mismo grado de alcohol, es cuestión de educar el paladar y los de arriba de 45º pueden no ser la mejor forma. Y bueno, como me decía Jorge “En Mezcal Amores somos grandes defensores de los mezcales bien hechos, punto, Amores no se basa en grados sino en calidad”.
Esto me recuerda también el tema del agua, un buen mezcal no existe sin agua de excelente calidad, que no solo es parte de la producción de mezcal, incluso cuando se cata. Expertos catadores de todo el mundo siempre agregan agua para poder percibir las notas de cada destilado, ver que sabores en boca predominan, esta es una regla que incluso podemos hacer nosotros cuando queremos percibir mejor estas características de un destilado, entre ellos el mezcal.
Amores apoyar económicamente a fundaciones, sin embargo, en sus eventos se relacionan con personas con las que tienen filosofías y cumplen con un propósito en común, ayudar, han trabajado con Rebeca de Alba, Alejandro Ramirez de Cinépolis, y sus fundaciones, también con Fundación Ashoka, a quienes apoyan con producto en los eventos que realizan, y una forma adicional que es de mis favoritas, es el apoyo a proyectos de jóvenes emprendedores como diseñadores, arquitectos, chefs, con quienes están presentes no solo con producto también los ayudan a crear nuevas alianzas que les permitan alcanzar de forma más efectiva sus metas.
Cuando le pregunte a Jorge sentados frente a unas quesadillas en el aeropuerto de Dallas “¿Para donde va Amores?” terminó el bocado y me dijo “Dentro de sus brechas y caminos, todos llegan a uno solo, que crezca y conserve sus valores y calidad”. En Mezcal Amores son innovadores, propositivos, buscan siempre cuidar y obtener el mayor conocimiento de las personas que forman parte de esa cadena de producción y unión de la que les hable antes, buscan nuevos proyectos donde la marca pueda estar ligada, formar equipo y llegar al éxito sin sacrificar la calidad.
Como dato adicional les comento que en 2013 el equipo de Mezcal Amores sembró 10 mil agaves y este año estarán sembrando 30 mil de las especies Espaín y Cupreata, la reforestación es primordial para Amores, el cuidado de la tierra, el campo y del producto del cual nace Amores, es fundamental, el principal agave que se sembró es Espadin y se están haciendo investigaciones de que otros agaves se pueden cultivar y sumarse a la causa de su plantación y cuidado. 15% de la utilidad bruta se va a este tipo de proyectos.
Nacieron en Oaxaca y recientemente lanzaron el nuevo Cupreta de Mazatlán, Guerrero y después nos tendrán más sorpresas. Son 8 ocho denominaciones y ya llevan dos, veremos cual es el estado elegido, y si se vale pedir, me encantaría que fuera Durango.