El Mercado Municipal de Naucalpan es uno de esos lugares que te transporta en el tiempo y nos despierta sentimientos. Recuerdo que cuando era niña mi mamá me llevaba por un gran pasillo lleno de colores y olores deliciosos. —Llévele güerita, pase a probar— se escuchaba en cada puesto mientras el bullicio de la gente aumentaba con cada paso.
La visita obligada, eran los sopes de papa. Mi abuelita siempre decía —no sé qué tenga la señora en sus manos, pero a pesar de ser algo tan simple, sabe muy rico—.
También podemos encontrar tacos de barbacoa, gorditas, quesadillas, pancita, carnitas, sopes y mucho más. En una mañana de domingo es el paraíso.
Los tacos del Mercado de Naucalpan son de lo mejor que hay por la zona
Un poco más adelante, en el mismo pasillo están los favoritos de mi hermano, tacos de cecina y longaniza. Desde que los probó se enamoró y no podíamos irnos del mercado sin pasar por uno. Para comer ahí o para llevar, Las Matracas siempre está a reventar porque cumple con las tres “b” que todo mexicano busca. Las salsas son parte de su especialidad, pero tienes que estar preparado porque la que pica, sí pica.
Para quitarte lo enchilado, justo en frente hay un puesto de aguas frescas. Su gran variedad de sabores naturales las hace perfectas para refrescar el paladar y el cuerpo en un día soleado. Hay para todos los gustos y de diferentes tamaños, todas con sus respectivos hielos como debe ser.
El postre en el Mercado de Naucalpan
Pero sin duda, nada me hace revivir más mis años de infancia que el sabor de un eskimo de chocolate, aquella bebida que me compraba mi mamá un fin de semana y por el cual lloré en algunas ocasiones porque no me lo compraron. —Es muy temprano para algo frío— decía mi mamá mientras nos alejábamos del puesto de cócteles, jugos y eskimos.
Como postre una rica manzana acaramelada o enchilada, nada mejor que este manjar para culminar con este paseo lleno de sabores y recuerdos. La comida, los lugares, incluso los olores tienen la posibilidad de transportarnos a recuerdos que están ahí, en nuestra historia, pero que parecieran olvidados.
