Por Elsie Méndez
Cuando Rolly Pavia, propietario del restaurante Il Becco ubicado dentro del hotel Four Seasons en la Ciudad de México, me invito a disfrutar de una cena especial con los vinos de la bodega Livio Felluga no lo dude ni un instante, ya que esta bodega es poseedora del que es considerado el mejor vino blanco italiano. Gozar de buenos vinos y de la compañía de Maurizio Felluga, heredero de esta magnífica bodega italiana, es un lujo al que uno no puede negarse.
Me confieso amante de los vinos blancos y rosados, en verdad los amo, especialmente porque son los ideales para disfrutar la cocina mexicana, y no entiendo porque los mexicanos insisten en preferir el tinto si además los blancos y rosados son ideales para quienes comienzan en el mundo del vino. Esto tomando en cuenta que en México, son muy pocos los que realmente conocen de vino y nuestro paladar tiene que recorrer un largo camino para aprender de esta bebida por falta de cultura de consumo de vino en el país.
Pero bueno, volviendo a lo importante que es hablar de los vinos de Livio Felluga, les contaré un poco sobre esta bodega que nace después de que el abuelo de Maurizio decide huir de Istria (antes territorio Italiano y que después de la 2a Guerra Mundial se convertiría parte de Croacia y de Eslovenia) rumbo a la región de Fríuli al noroeste de Italia, donde restablecería la herencia enológica que en su momento esta zona de Italia había perdido.
Al llegar a Fríuli, el padre de Maurizio decide comprar 50 hectáreas de tierra para el cultivo del vino, aun contra la voluntad del abuelo que pensaba era una mala idea, y quien de ninguna manera imagino lo que su trabajo haría en favor del cultivo de la vid y la producción de vinos blancos para la industria italiana del vino. En 1956 comienza el cultivo en sus tierras con vides de la uva Tokai Friulano.
A partir de ese momento, el trabajo de la bodega Livio Felluga se reconocería por la devoción y cuidado que dedican hasta el día de hoy para crear vinos de la más alta calidad, gracias a lo cual nace uno de los vinos blancos más refinados y exquisitos de Italia y reconocido como el mejor vino italiano, el Terre Alte, que conquista a todo aquel que lo toma.
La fascinación por los vinos blancos me llevo a descubrir estos vinos gracias a Rolly Pavia quien acertadamente los trae a México para que junto con la extraordinaria gastronomía italiana que ofrece en sus varios restaurantes en la Ciudad de México, uno pueda gozar de excelsos momentos culinarios combinando los platillos que diestramente preparan en las cocinas de los Becco y los vinos de esta magnífica bodega.
Para dar inicio a la cena llego el Pinot Grigio a la mesa, mientras Maurizio me va contando la historia de su familia y yo voy descubriendo los aromas y sabores de este vino con una cepa de uva que proviene de una mutación de la Pinot Noir (mi favorita en tintos), razón por la cual la Pinot Grigio se adapta muy bien en los climas frescos y se da maravillosamente bien en las colinas de Friuli donde se ubica la bodega. Sus reflejos rojizos finos y elegantes me hacen perder la atención de la platica por un segundo.
El sommelier decide continuar con el Chardonnay, con su característico aroma a frutas cítricas que nos envuelven y se deja beber muy bien, porque aunque es más complejo en boca, es un vino con notas muy placenteras.
Acto seguido aparece el Sauvignon. Esta uva de origen frances, llego a Friuli durante la dominación de los Habsburgo en la región. Con sus inconfundibles aromas entre los que destacan las frutas exóticas, la menta y el pimiento amarillo, nos cautiva este vino que hoy es una tradición friulana.
illivio es el vino que los hijos de Livio Felluga crean en 1998 para celebrar su cumpleaños 85, con el cual le hacen un homenaje y que según me dice Maurizio expresa a la perfección la personalidad del patriarca ya que combina fuerza y elegancia. Para su elaboración utilizan tres tipos de uva Pinot Blanc, Chardonnay, Picolit, lo que lo hace un vino elegante y fragante.
Finalmente hace su entrada triunfal Terre Alte, el cual toma posesión del protagonismo que merece en la mesa para deleite de quienes estamos ahí sentados. Nacido en 1981 está considerado como uno de los vinos blancos italianos más prestigiosos e importantes. Para su elaboración se utiliza la mezcla armoniosa de tres uvas: Friulano, Pinot Bianco y Sauvignon, cultivadas en Rosazzo en los viñedos históricos de Terre Alte, para crear un vino elegante y rico con intensos aromas frutales y florales, de gran estructura y que con el añejamiento adquiere una evolución de considerable complejidad. Pero por favor, no piensen que por ello se convierte en un vino solo para conocedores, no, este es la prueba de que, sin importar cuanto conozcan de vino, serán capaces de sentir sus aromas y sabores con intensidad porque esa es la maravilla del vino blanco, y en especial este hermoso vino de Livio Felluga.
Como una sorpresa adicional a esta noche tan sublime y bella, Maurizio Felluga y Rolly Pavia nos tenían reservada la experiencia de gozar una cata vertical de Sossó con añadas 1996 y 1997. Este vino nació en 1989 y toma su nombre de la pequeña corriente «Sossó» que se eleva al pie de la colina de donde provienen las uvas con las que se elabora. La mezcla es de una cuidada selección de uvas Merlot y Refosco, con un pequeño porcentaje de Pignolo, y que se produce a partir de viñas más viejas de Rosazzo. Es un vino de gran complejidad, estructura con taninos elegantes, maduros, afrutados y dulces.
Las experiencias sensoriales y emotivas que se viven en cenas como estas son las que nos confirman que lo más importante en la cultura del vino es probar, probar y volver a probar. Podemos leer libros, blogs, y artículos sin fin pero nada nos dará la experiencia y el verdadero conocimiento como el hecho de poder tener la copa de vino en la mano y dejar que nuestra nariz descubra lo que es capaz (hay algunas más desarrolladas que otras) y dejar que nuestro paladar se inunde de los sabores que cada vino tiene y lo hace único y especial, los cuales iran quedando en nuestra memoria gustativa para después al volverlo a tomar, descubrir algo nuevo y diferente, aun en aquel vino que creíamos conocer del todo.
Para disfrutar de estos vinos los invitamos a que visiten cualquiera de los restaurantes de Grupo Becco en la Ciudad de México, Acapulco e Ixtapa Zihuatanejo.
Si te deseas conocer mas sobre vino italiano tal vez te interese nuestro artículo «Breve historia del vino italiano»
