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La Rioja, la tierra consentida del tempranillo y las piparras.

por Sabores de México

Por Elsie Méndez @sabormexico

En reciente viaje a La Rioja pude entender al fin como era eso de Rioja Alta, Baja y Alavesa, y aprender mas de cerca las uvas que han encontrado en sus tierras los elementos que les permiten desarrollarse como en ninguna otra como sucede con la Tempranillo, y más divertido fue descubrir que en esta zona de España si comen picante, porque sus piparras pueden hacernos entrar en calor por la enchilada.

Lo primero que debemos saber es que La Rioja es una comunidad autónoma o estado como les llamamos en México, su capital es Logroño, se encuentra a las márgenes del río Ebro y con los beneficios de dos climas opuestos por el mediterráneo y el océano atlántico.

En La Rioja se creo la primera Denominación de Origen de España (1925) y la Denominación de Origen Calificada (1991). Actualmente, el Consejo Regulador de Denominación de Origen Calificada, tiene como finalidad  cuidar los procesos para la elaboración de los vinos, su calidad y sabor, limitación en las zonas de producción, cantidades y las variedades de uva que se pueden cultivar además de las técnicas para la crianza. Es también su responsabilidad la promoción de las tres provincias: Rioja, Álava y Navarra.

Su suelos son los más idóneos para el cultivo de la vid, a quien mi abuela la llamaba “hija de la mala vida” porque donde mejor se da es en suelos pobres y climas extremos siendo muy calientes por el día y muy fríos por la noche, además de la poco agua con la que se desarrolla. En la Rioja Alta predomina el clima del atlántico y los suelos son arcillo-calcáreos, arcillo-ferrosos y aluviales; La Rioja Baja posee un clima más seco y cálido por la influencia mediterránea con suelos aluviales y arcillo-ferrosos; por último La Rioja Alavesa con el clima del atlántico y suelos arcillo-calcáreos.

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De su historia podemos decir que se conoce de la producción del vino en esta zona desde la época de los romanos hace más de dos mil años, y en la Edad Media poetas de la época como Gonzalo de Berceo le hacían versos al vino de esta región por su reconocida calidad que mantuvieron gracias al abrigo de los Monasterios ubicados en esa zona. Con el paso del tiempo se fueron modernizando conforme a la época y junto con el cereal, el cultivo de la vid ha sido parte importante de la economía y comercio de La Rioja.

Fue La Rioja la que salvo a Francia con el abasto de vino a ese país, gracias a los avances en caminos de acceso a esta zona y el ferrocarril, La Rioja fue el lugar que los franceses eligieron para producir los vinos que por el grave ataque de la filoxera ellos ya no estaban en condiciones de hacerlo y ello sirvió par que compartieran sus métodos de añejamiento en barricas (crianza al estilo Medoc) y la comercialización en botellas.

Como expertos que son en La Rioja, a través de los años han seleccionado las mejores uvas que se cultivan en estas tierras, comencemos con las tintas:

Tempranillo, es considerada autóctona de Rioja y es la que le da la identidad a los vinos tintos riojanos. Una uva que permite crear vinos equilibrados en color, acidez y grado alcohólico, una uva versátil, que permite vinos con largo envejecimiento, afrutados, suaves, francos, yo le llamo la Audrey Hepburn de las uvas por fina, elegante y sofisticada.

Garnacha Tinta, de origen español y la que ocupa la mayor superficie cultivada en el mundo, es la uva que complementa a la Tempranillo por sus características aromáticas y cuerpo. El vino que se obtiene de esta uva tiene una buena graduación alcohólica y es ideal para elaborar vinos rosados, digamos que es la Sophia Loren de las uvas. Sensual, voluptuosa, carnosa.

Graciano, oriunda de España es la uva que da la gracia al Tempranillo y era la protagonista de esta zona hasta antes de la filoxera, aporta acidez y aromas intensos y sobre todo permite que los vinos tengan un largo envejecimiento.

Están también el Mazuelo, francesa de nacimiento, es la mas productiva de las variedades tintas y la Maturana tinta, exclusiva de Rioja, es una uva con características muy especiales.

En las uvas blancas: Viura es la variedad principal que se cultiva en Rioja para la elaboración de vinos blancos, con características aromáticas de flores, y en boca notas frutales y marcada acidez, excelente tanto para vinos jóvenes como de crianza que en la Rioja, es la forma mas tradicional de hacerlos.

También se cultivan Maturana blanca con la que se elaboran vinos blancos de gran calidad, Garnacha blanca se cree es una mutación de la garnacha tinta, Tempranillo blanco que esta comprobado es una mutación genética de la Tempranillo tinta localizada en 1988 en un viñedo viejo de Murillo en Rioja; Maturana blanca la variedad mas antigua de la que se tiene conocimiento en escrito en Rioja pues es citada en 1662; Turruntés de Rioja, que nada tiene que ver con la Torrontés gallega y menos con la argentina; y las internacionales Chardonnay, Sauvignon Blanc y Verdejo.

Bodegas Bilbainas, La Rioja, España

Bodegas Bilbainas, La Rioja, España

Una de las características mas importantes de los vinos de La Rioja es su proceso de envejecimiento, para el cual el Consejo Regulador tiene un reglas muy especificas para las técnicas de crianza que deben usarse en los vinos de Rioja y que garantizan la calidad de los mismos. En barricas de roble de 225 litros experimentan sus primeros procesos evolutivos para después en botella tomar forma y personalidad y estar listos para salir a conquistar las mesas de todo el mundo.

Según el proceso de envejecimiento seguido, en el vino de Rioja se establecen cuatro categorías, diferenciadas mediante los cuatro tipos de contraetiquetas o precintas numeradas que el Consejo Regulador otorga a aquellos vinos que han superado sus controles de calidad y tipicidad:

  • Garantía de Orige

Esta categoría garantiza el origen y añada del vino. Suelen ser vinos en su primer o segundo año, que conservan sus características primarias de frescor y afrutado. Esta categoría también puede comprender otros vinos que no encajan en las categorías de Crianza, Reserva o Gran Reserva, aunque hubiesen sido sometidos a procesos de envejecimiento, por no estar éstos certificados por el Consejo Regulador.

  • Crianza

Corresponde a vinos al menos en su tercer año que han permanecido un año como mínimo en barrica de roble. En vinos blancos el período mínimo de envejecimiento en barrica es de 6 meses.

  • Reserva

Corresponde a vinos muy seleccionados con una crianza mínima entre barrica de roble y botella de tres años, de los cuales uno al menos en barrica. En vinos blancos el período de crianza es de 2 años, de los cuales como mínimo 6 meses en barrica.

  • Gran Reserva

Corresponde a vinos de grandes cosechas que han sido criados un mínimo de dos años en barrica de roble y tres años en botella. En vinos blancos el período de crianza es de 4 años, de los cuales 6 meses como mínimo en barrica.

Una importante herencia e historia, en una tierra bendecida por el clima, constancia y dedicación, trabajo en equipo, investigación y tecnología, legislación, regulación, pero sobre todo pasión y entrega es lo que permite hoy a Rioja presumirse como una de las regiones mas importantes y ricas en elaboración de grandes vinos.

Y después de probar y probar y enchilarme con las piparras (o guindillas como comúnmente se les conoce), entendí porque los vinos de Rioja son tan afines y armonizan tan maravillosamente con la cocina mexicana, y es que los Riojanos adeptos a ese picor tan especial de las piparras tenían que hacer un vino que fuera buen compañero de ese sabor y resulto que, ¡todos salimos ganando!

Para mayor información consulta

www.riojawine.com

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