Por Elsie Méndez @sabormexico
A lo lejos se alcanza a vislumbrar el hermoso Château que resguarda la visión única de Tom y Sally Jordan. Ahí, en el Alexander Valley en el Condado de Sonoma, se encuentra un sueño hecho realidad llamado Jordan Vineyard and Winery en donde podemos transportarnos hasta el suroeste de Francia a través de un espacio donde uno se sumerge al mundo del vino viviendo la experiencia que con lleva desde su elaboración, hasta su disfrute pleno en esas instalaciones creadas para hacernos vivir un momento sublime y lleno de gozo.
Hace casi cinco décadas, Tom y Sallly Jordan se aventuraron a crear el primer vino Cabernet Sauvignong con todo el estilo de Burdeos, con los más altos estándares de calidad en la producción del mismo. Para ello, los Jordan contrataron al experto enólogo André Tchelistcheff, quien les ayudo a crear un vino que se convertiría en un símbolo de los vinos de alta gama en California.
En Jordan Vineyard and Winery se tomaron las cosas muy en serio y por ello sus 1,200 acres albergan un oasis donde conviven vides y olivares con el entorno natural que incluye aves, animales, hortalizas y árboles frutales que, con sus frondosas ramas, nos resguardan de los rayos del sol mientras degustamos uno de sus muy reconocidos y premiados chardonnays para refrescarnos y continuar con el recorrido por el viñedo.
La sustentabilidad y el respeto a la tierra es un elemento de suma importancia para los Jordan, por lo que el cuidado en el cultivo de la vid incluye el uso de abonos naturales y la erradicación de pesticidas químicos que no solo afectan a las plantas y la tierra, también al ecosistema que rodea a toda la propiedad.
Para conocer a detalle sus vinos y ser guiados por sus colores, aromas y sabores, la bodega incluye un gran salón de degustación donde también se llevan a cabo experiencias completas con platillos preparados de forma diestra por sus cocineros quienes fusionan los ingredientes y productos de la zona para lograr una armonía perfecta con cada uno de sus vinos.
Durante mi visita, tuve oportunidad de degustar los dos vinos varietales que producen con diferentes añadas: Chardonnay 2010 y 2013 y el Cabernet Sauvignon 2008 y 2011, acompañados de pequeños bocadillos que resaltaron los sabores de cada uno de ellos. El corte francés y delicado se percibe en sus notas a vainilla, aromas frescos de manzanas verdes y esa cremosidad sutil enmarcada por una vivaz acidez y un toque de roble tostado que le da equilibro a la fruta del Chardonnay 2010, un vino apetitoso y que provoca el deseo de tomar un siguiente sorbo; mientras que en el Chardonnay 2013 los aromas de la fruta son más intensos, la fruta de la pasión y la manzana sobre salen. Un vino jugoso y carnoso en el paladar con notas de melón, guayaba y notas de especias, con una acides equilibrada y firme acompañada de una sensación cremosa en el paladar, con un final persistente.
En el Cabernet Sauvignon 2008 pude encontrar los elegantes aromas de cerezas y ciruelas, experimentando una sensación sedosa en la boca en la que una amplia gama de sabores a frutos rojos y negros cubría mi paladar. Una nota picante que le da el roble americano combinado con paso por boca seductor que le aporta el roble francés hacen de este vino algo extraordinario. Por su parte el Cabernet Sauvignon 2011 regala delicados aromas a arándano fresco y rojas cerezas que se mezclan de forma atractiva con las notas de cassis, chocolate y tabaco. Este vino es suave y refinado con sabores elegantes a grosella, hierbas recién cortadas, vainilla y pimienta. Predominan la estructura que le da el roble francés en el paladar medio, con taninos suaves y una sensación en boca invitando a tomar un segundo trago.
Pasear por Jordan Vineyard and Winery es un regalo a los sentidos y nos envuelve de una paz que nos permite poder admirar de forma muy atenta esas largas y hermosas hileras que conforman cada cuartel de vides perfectamente alineadas, unas veces desde lo más alto de una de sus colinas y otras mientras nos sentamos a admirarlas de cerca en alguno de sus espacios de cata al aire libre con el que cuentan.
Tom y Sally pudieron haber hecho este paraíso en el viejo continente, pero algo les hizo entender que estas ricas tierras eran capaces de dar esos frutos que en su extracción serían capaces de ofrecer un vino con las cualidades máximas para competir con cualquiera producido en Francia.
Hoy en día Jordan Vineyard and Winery no solo es un ejemplo a seguir, es el lugar que hace honor al vino, a la buena gastronomía y la hospitalidad que se vive en Sonoma.
Para mayores informes visiten: https://www.jordanwinery.com/ donde podrán encontrar los horarios y de las experiencias que ofrecen en este magnífico lugar