Por Elsie Méndez @sabormexico
Viajar nos permite aprender, conocer y enriquecer nuestra vida, así también el probar y degustar vinos de diferentes partes del mundo, nuestro paladar se educa y se hace cada vez mas selectivo y experto. En este andar galopante de un lado a otro del planeta, llegue hasta la Ribera del Duero, y tan pronto pisar su suelo fértil y bueno para la vid, tuve la suerte de ser recibida por un hombre que ha puesto su huella en esta joven denominación de España.
Después de un largo viaje uno siempre llega con hambre al hotel donde se hospeda, entre que te levantas temprano y luego deambulas de un lado a otro del aeropuerto entre una sala y otra para tomar el vuelo que te llevará a tu destino, cuando finalmente tocamos tierra lo único que uno desea es sentarse y relajarse mientras conversa con quien se deje, y devora hasta con los ojos, la carta que la mesera pone en nuestras manos para pedir algo que quite esa ansiedad de cambios de horarios y trajines.
España siempre tiene lo que más me gusta, jamón de bellota y quesos maduros, nunca falla, difícilmente puede uno tener un plato de mal jamón en España, y el Hotel AF Pesquera en el pueblo de Peñafiel en la Ribera del Duero no fue la excepción. Sin pensarlo mucho me decidí por lo anterior y agregue a la orden un buen trozo de carne con papas a la francesa y un vino de los ahí expuestos decorando las paredes que por supuesto, eran del dueño del hotel, AF tinto, así nada más, su etiqueta de colores blanco y rojo y un tono ocre como dibujando la tierra de donde nace. Sin más, nos dispusimos a disfrutar, platicando de nada en particular mi compañera de viaje en turno y yo, de pronto alguien se acerca, un señor muy simpático, como muchos en España, y me ofrece una copa del vino que él esta tomando, ¿Será acaso quien yo pienso? ¿Tanta suerte he de tener? Pienso, y si, la mesera lo confirma, es Alejandro Fernández, el mismísimo dueño del hotel y de los vinos que me rodean, y no solo eso, me ha ofrecido del vino que tiene en ese decantador que asegura es de los buenos, de los mejores de su cava personal, una copa, dos copas y yo sin creérmelo, estoy frente a un hombre que a alcanzado sus metas y sus sueños y los comparte con todo el mundo.
El Vinculo, Grupo Pesquera, Ribera del Duero, España
Uno a veces no imagina las historias que hay detrás de quienes fabrican y elaborar ciertos productos, y ni remotamente se acercan nuestras ideas al enorme trabajo que les costo llegar hasta donde están, uno más que otros, son gente sencilla, aunque siempre existen los que se les vuela la cabeza y es imposible estar cerca de ellos, pero Alejandro Fernández es de los que se acerca a uno, sin importar de donde vienes o quien eres, parece que la fama no le importa, y poco sabe lo mucho que desde lejos le queremos a través del delicioso vino que realiza junto con su familia, o tal vez si, y por eso llega hasta la mesa con lo mismo que él toma, no lo reserva para si y sus amigos, será tal vez que a todos nos quiere hacer bienvenidos a su casa, la Ribera del Duero.
Podría escribir un largo texto describiendo sus diferentes vinos de Grupo Pesquera: Tinto Pesquera, Condado de Haza, El Vínculo, Dehesa La Granja, pero creo que más allá de una ficha técnica hay mucho que contar de la trayectoria de Alejandro Fernández y de cómo llego a ser uno de los productores de vino más importantes no solo de España, del resto del mundo, y así entender que razones tiene para seguir llegando hasta nuestras mesas, desde la Ribera del Duero, o donde nos encontremos a través de sus vinos.
Del Hotel AF Pesquera ya les contaré luego, porque se merece una reseña aparte, el hotel es realmente espectacular y me dejo gratamente sorprendida por su diseño y arquitectura tan moderna. Prometo pronto ponerme a escribir de el.
Tinto Pesquera, Grupo Pesquera, Ribera del Duero, España
Sus etiquetas las tengo muy bien ubicadas y por ende sus vinos, recuerdo que la primera vez que los probé me llamaron mucho la atención por su sabor y exquisitos aromas, esa tipografía y estilo se volvieron algo tan familiar, me aseguran siempre un buen momento y sobre todo no fallarle al vino elegido. Pero ahora era tiempo de conocerlos más de cerca, así que tomamos rumbo a la bodega Condado de Haza para tener un encuentro con su hija y que nos contara lo que hay detrás de esa etiqueta y ese nombre tan familiar, para muchos en México.
Me cuenta Olga que su padre comenzó como muchos hombres de su época, trabajando la tierra en su natal Pesquera de Duero, un pueblito de Castilla, pero Alejandro era muy inquieto, pensando como resolver y hacer más fácil el trabajo en el campo comenzó a desarrollar equipos y herramientas que le permitieran cosechar más fácilmente los frutos de la tierra, desde tu taller diseñaba y construía, mentes que nacen brillantes, patentes nacían día tras día, mientras veía las vides que se arrancaban y se plantaba remolacha en su lugar, porque era más rentable y daba menos trabajo su cultivo, se hizo a la idea de una nueva meta, crear su propio viñedo.
Condado de Haza, Grupo Pesquera, Ribera del Duero, España
Con el tiempo y muchas patentes que vender y con las cuales obtener dinero, decidió hacer lo que nadie en su tiempo, y que salvo Vega Sicilia que estaba muy lejos de todos los demás, dio inicio a un sueño que se convirtió en una realidad que cambiaria el rumbo de Ribera del Duero y daría motivos para que muchos otros, como él, se arriesgaran a dar el paso a creer en esas tierras que nadie volteaba a ver para cultivar y elaborar vino, un pionero, y que al igual que con sus ideas en las patentes de equipos para el campo, lo compartió con cuantos le siguieron.
Tinto Pesquera fue revolucionario, como su creador, en un lagar del siglo XVI y de tierras propias donde se cultivaron por primera vez allá por los años 70´s uvas tempranillo, nació un vino totalmente diferente a los establecidos comandados por Rioja, frutal, menos madera, de rojos intensos, con larga vida, esos vinos modernos que hoy se toman y que a Alejandro Fernández le parecía debían seguir las notas de aromas y sabores que siempre tuvieron en la zona, con esos sabores creció Alejandro y estaba convencido de que eso era lo que debía continuar y no como se tomaban en aquellos entonces, poco color, mucha madera y de taninos extremadamente marcados. Se escribía con este vino una nueva historia en la industria vitivinícola de España.
Dehesa La Granja, Grupo Pesquera, Ribera del Duero, España
Le siguió Condado de Haza, donde me encontraba, una hermosa finca que en 1987 con cerca de 200 hectáreas en las cuales se cultivan uvas tempranillos, la cual también cuenta con un largo túnel de más de 200 mts que recorrimos para ver como en cada nicho se van guardando los vinos que van siendo parte de la historia de Alejandro Fernández y su familia, y donde tuve también oportunidad de probar el Alejairen, su vino blanco de Castilla La Mancha, y Alenza, este último haciendo un homenaje a su matrimonio uniendo el nombre de Alejandro y Esperanza, su esposa, El Vínculo, con el cual honra a su padre y finalmente el descubrir el nombre del vino que me había compartido el día anterior Dehesa La Granja, Bodega de Grupo Pesquera donde se elaboran los vinos más finos y de mayor selección de uvas.
Parker lo ha premiado innumerables veces, reconociendo el trabajo que año con año Alejandro y su familia continúa haciendo. Visionario, emprendedor, revolucionario, pionero, muchas cosas podemos decir de Alejandro Fernández, pero creo que ante todo debemos recordar, al hombre que nos hace disfrutar al máximo cada vez que abrimos una botella de sus vinos y recordar que, compartir, nos hace personas más felices.
Otras historias sobre el vino pueden encontrarlas aquí. Entren aquí y disfruten.
