Por: Carlos Dragonné
Como recordarán por varios de los viajes que les he contado, soy un amante de la cerveza. En esos viajes he descubierto pequeñas cervecerías locales que me recuerdan el por qué amo tanto esa bebida. Pero, de pronto, se me llegan a escapar grandes nombres que debería conocer. Lo bueno es que sigo viajando y corrijo el rumbo. Eso me pasó en esta ocasión. Bienvenidos a Tempe. El menú de hoy, con chela incluida, se sirve en Four Peaks Brewing.
Fue un día de ir de compras, correr de un lado para otro, regresar al Tempe Festival of the Arts por cosas que se me habían antojado y que decidí que sí podría meter en la maleta -retando las leyes de la física- y, al final, tomarme un café para ver el atardecer desde NCounter, un gran lugar para desayunar que terminó siendo también un gran lugar para el bálsamo de la tarde.
Entonces tomé el auto y manejé a Four Peaks Brewing, lugar que un buen amigo conocedor de Arizona me había recomendado, sabiendo mi gusto por la cerveza en todas sus formas. Desde mi llegada sabía que sería una buena noche porque el lugar estaba a reventar. Y era un martes. Algo bueno tenía que haber dentro.
El lugar es bastante más grande de lo que uno se puede imaginar cuando dice la frase: cervecería artesanal. Este restaurante, bar, pub y cervecería en donde las mesas conviven con los toneles de las cervezas es, a primera vista y a todas luces, un infaltable en la vida diaria del valle. No se trata de un lugar para turistas nada más, sino para los locales que presumen orgullosos los logros de una firma 100% de Arizona a nivel mundial.
Porque esa es de las primeras cosas que llama la atención cuando atraviesas el salón de Four Peaks y empiezas a poner atención en las paredes. La enorme cantidad de medallas y premios en los World Beer Awards y el Great American Beer Festival es algo que no cualquiera puede presumir con tal altivez. Entonces llegamos a la hora de seleccionar la primera cerveza de la noche y la comida que habría de acompañarla.
No nos equivoquemos, porque la cerveza es aquí la protagonista. Lo que llega a la mesa para comer tiene que estar a la altura de, por ejemplo, la Hop Knot con la que empieza la noche. Y sí, es un hecho que aquí se trata de comida clásica de bar, de comida que no nos cause conflicto a la hora de disfrutarla, sin que ello signifique que no estamos ante comida muy bien preparada. Por eso para la primera cerveza me inclino por finger food, en la forma de Nachos, Alitas, un Hummus que no me esperaba que fuera tan bueno, unas Coles de Bruselas y Dip de Espinaca con Alcachofa. Y antes de que empiecen a juzgarme a mi y a mi talla de cinturón, les digo que éramos muchos en la mesa, lo que se agradece para poder probar la mayor cantidad de cosas.
Entonces llegó el vaso vacío. Y había que llenarlo de nuevo. Four Peaks Brewing tiene cervezas insignia y de temporada, así que es medio complicado definir cuál sería la siguiente. Hop Knot es de las marcas de toda la vida, así que el siguiente paso tendría que ser uno de los ejercicios que le llaman Single Tank, en donde se hace, como se indica, un sólo tanque con libertad creativa absoluta y se deja que el cliente descubra la idea que surgió en la cabeza del maestro cervecero. Por ello me arranqué con una Holmberg Bound, una Big Red IPA fenomenal para el siguiente curso de comida.
Entre Hamburguesas, Pizzas y un par de Sandwiches que nos fuimos pasando por toda la mesa, llegó también una White Ale, Witbier belga que les queda increíble y que, a pesar de no tener el peso que necesitaba para la hamburguesa que me estaba zampando, al probarla con los Mac & Cheese que circulaban para placer de todos, imaginé perfecto la creación de platillos pensados para cada una de las variedades de Four Peaks Brewing. Porque aquí nace la cerveza y después hay que crear algo que le haga honor en la mesa.
Si en más de una ocasión les he dicho que desayunar una Stout no suena tan mala idea, ¿quién soy yo para negarme a cerrar los postres con una Oatmeal Stout, mezcla de 6 maltas distintas y lúpulo Golding que abraza el pastel de chocolate final y que suena como el perfecto punto para cerrar la noche en Four Peaks? Y me quedé con ganas de probar alguna de sus cervezas Prestige, entre las que está una Sirius Black, Stout Imperial Rusa añejada en barrica de Bourbon.
Me hago para atrás un momento y observo la mesa. Es aquí que entiendo el éxito de Four Peaks Brewing al ver a los 8 que platican, brindan, comen y sonríen mientras van descubriendo los sabores que llegaron en diferentes formas, en un ambiente claramente establecido como un necesario en Tempe. Este momento es el que te ayuda a comprender que llega un punto en que no importan los premios, sino lo que estás dejando día con día en las mesas y en los barriles.
Entre medallas y reconocimientos puedes impulsar la comunicación de tu marca pero la realidad es que la esencia del cervecero, ese alquimista que busca todo para que el grupo de amigos esté cada día más contento, se mantiene intacto. La cosa aquí es que el grupo de amigos se hizo mucho más grande de cómo empezó. Por eso ahora hay que andar creando muchas más cervezas.
Recuerden que si quieren una rápida recomendación de qué hacer y qué comer en Arizona, den clic aquí.