Esta fruta clásica y típica de Querétaro es como una cereza muy ácida. Tiene hueso, así que no olviden sacarle el hueso apretándola antes de comenzar a preparar su vino de ciruelilla. Además, es importante que entiendan que tiene que estar super bien lavada. Pero no tiren los huesos. Ya que los hayan separado les voy a dar un tip.