Actualización: Este artículo fue escrito entre el 20 y el 27 de junio. Fue programado para publicarse a las 10:00 AM del 4 de julio, antes de que se informara del tiroteo en Highland Park, en la ciudad de Chicago, Illinois. En el momento de esta actualización, nos enteramos de que el 4 de julio hubo más de una docena de tiroteos masivos en todo Estados Unidos, siendo Filadelfia, Boston, Sacramento, Oakland, Minneapolis, Kenosha, Kansas City y Richmond algunos de los sucesos más aterradores. La información sobre los tiroteos puede encontrarse en el sitio web del Gun Violence Archive.
Es tiempo de hablar de si queremos seguir yendo de viaje a Estados Unidos o no. Es tiempo de poner en la mesa una conversación que la industria se la pasa evitando por miedo a que los dejen de invitar a viajes y eventos pero urge entender si Estados Unidos es seguro o no. Y es que los medios de viajes y gastronomía se han convertido en una extensión de las agencias de Relaciones Públicas. Ya hablamos hace poco sobre el turismo responsable en cuanto al fenómeno de gente sin hogar que está completamente descontrolado. Pero ahora les traigo una pregunta más grave que muchas otras.
¿Viajar a Estados Unidos es seguro?
Por mucho tiempo hemos mirado hacia otro lado. Pero las circunstancias nos exigen que hagamos conciencia y tomemos una decisión basada no sólo en las estadísticas, sino en los hechos mismos que se van moviendo día con día. ¿Por qué? Porque no es normal hablar de que todo es maravilloso en un país que, según los datos de. Gun Violence Archive, al 20 de junio había sucedido 279 mass shootings o tiroteos masivos, definidos como un evento en el que cuatro o más personas son heridas o asesinadas en un incidente, sin incluir al agresor.
¿Por qué hablar hasta ahora de si Estados Unidos es seguro?
Por años hemos visto la consecuencia de una política de posesión de armas que se alimenta de la corrupción vertida por la National Rifle Association en el lobbying político. Pero, ¿de dónde viene este juego de que la Constitución permite la portación de armas? Justo de una interpretación a modo de la ley. Pero aquí hablamos de viajes, así que dejaremos el debate de interpretación constitucionalista para otro lugar.
Hablemos de circunstancias y de alertas de viaje. Los tiroteos masivos ya no son cosa de los barrios alejados o de ciudades sin ley, como lo fue New York en los 70’s —llamada Fear City por el mismo Consejo de Seguridad Pública de la ciudad— o una zona de heridas abiertas y disturbios como lo fue Los Angeles tras el caso de Rodney King. Ahora los tiroteos están acercándose peligrosamente a lugares donde tu y yo podemos estar como viajeros.
Para muestra, lo sucedido el 14 de mayo cuando 21 personas fueron heridas en una serie de tiroteos en pleno centro de Milwaukee justo al terminar un partido de postemporada de los Bucks en las semifinales de la NBA. No precisamente un incidente que afecta a las inner cities, si me preguntan. Lo mismo va para el tiroteo en el Pulse de Orlando, con 49 muertos en 2016, o el tiroteo que mató a 59 y dejó heridos a más de 500 en Las Vegas en 2017 en pleno Route 91 Harvest Festival.
Pero, volvamos al 2022. Tan sólo en el mes de junio podemos ver en las estadísticas ciudades como Miami, Washington DC, Chicago, New York —en pleno Manhattan—, Philadelphia y Houston, destinos a los que México, según los propios datos que tiene Brand USA, manda bastante viajero. Y si le seguimos bajando a los meses vamos a encontrar todas y cada una de las ciudades a las que solemos ir los mexicanos cuando vamos de shopping, vacaciones, negocios o diversión.
Más tiroteos que días en el año. Pero nadie tiene alerta de nada.
Si ustedes se meten a la página del Departamento de Estado de Estados Unidos, México es uno de los países que tiene alerta de viaje marcadísima y, de hecho, es de los únicos —o el único, quizá— que viene incluso dividido por entidades. Así, podemos ver que las alertas se dividen en “NO VIAJE”, “RECONSIDERE”, “VAYA CON MUCHA PRECAUCIÓN” y “VAYA CON PRECAUCIÓN NORMAL”. Esta última categoría en la que caen sólo Campeche y Yucatán son las únicas en las que no se menciona riesgo alguno. De ahí para arriba tenemos que el país entero está marcado por alertas “Debido a Crimen y Secuestro” o sólo “Debido a Crimen”. Y dentro de estos estados, cada uno tiene su propia consideración como “Sonora es un lugar clave utilizado para el tráfico internacional de drogas y de personas. Los ciudadanos de Estados Unidos y Residentes Legales han sido secuestrados”.
Hay otras consideraciones como en Tlaxcala en donde, según el Departamento de Estado, hay que tener mucha precaución porque “hay violencia en todo el estado”. Incluso hay ciudades en las que exigen a empleados gubernamentales que cumplan con un horario en el que no pueden salir de su hotel, como Piedras Negras o Ciudad Acuña. La frase que más aparece es “Actividad criminal y violencia por pandillas”. Y sus percepciones son tal que parecería que, en verdad, hay lugares en México donde no se puede ni caminar si no traes una batería antiasalto.
¿Negamos que existen problemas de crimen organizado en México? De ninguna manera. Los hay y, de hecho, hablaremos de ellos en otro artículo, como ya lo hicimos antes cuando quienes hoy gobiernan andaban en campaña y nadie quiso aventarse el debate de la seguridad y el turismo. Pero, entonces, caben un par de preguntas sobre el tema. ¿Quién genera estas alertas? Y, la más importante, ¿por qué no tenemos nosotros una alerta de viaje hacia Estados Unidos debido al incremento en los tiroteos masivos en los que hay, al menos, 4 heridos y/o muertos por arma de fuego… sin contar al agresor?
La primera es una pregunta digna para la Secretaría de Relaciones Exteriores. He hecho intentos de acercamiento con gente de la cancillería para saber si Relaciones Exteriores está involucrada en el desarrollo de esas alertas o si está planeando emitir alertas para viajeros mexicanos a Estados Unidos. Por supuesto, la respuesta que tuve fue la misma que si le hubiera preguntado a la pared. Lástima… no tengo a Guillermo del Toro haciéndome el paro en Twitter para que Ebrard haga su chamba.
¿Viajar a Estados Unidos es seguro con la violencia por arma de fuego descontrolada?
Esa misma pregunta le hice hace un par de semanas a Christopher Thompson, CEO de Brand USA que, para efectos rápidos, es el equivalente a lo que teníamos con el CPTM en México. Brand USA es una sociedad entre entes privados y gobierno para promover el turismo a Estados Unidos. Cada año hacen IPW, el evento más importante de la industria turística de Estados Unidos. Y este año, además, Thompson cerró su conferencia de prensa presumiendo a todas voces la fuerte influencia que Brand USA y US Travel Association —a cargo de Roger Dow hasta ese momento, pues Dow anunció su retiro— en Washington para impulsar políticas públicas que apoyen la recuperación de la industria. Así que, sin duda, parecía el lugar y la persona correcta para preguntarlo. ¿Es seguro viajar a Estados Unidos cuando la violencia por arma de fuego está descontrolada y, si no lo es, está Brand USA trabajando en conjunto con el Departamento de Estado y las agencias de seguridad para generar alertas para viajeros extranjeros a ciertos destinos?
Thompson declinó responder diciendo “no soy la persona”, e inmediatamente le cedió la palabra al SubSecretario para Industria y Análisis del Departamento de Comercio de Estados Unidos, Grant T. Harris, quien en su perfil de Linkedin sonríe mientras la cabecera se adorna con una fotografía en la que intercambia ideas con el Presidente Joseph R. Biden —lo entiendo, si yo tuviera foto con el Presidente en plena oficina oval, creo que la pondría como fondo de la pared entera de mi sala y, quizá, hasta como textura de la puerta de entrada. Harris, elegantemente, me respondió que están haciendo todo lo posible para enfocarse en el problema de la violencia generada por armas de fuego y que “el Presidente Biden está comprometido con la creación de leyes que protejan a todos”. Básicamente, lo mismo que el discurso oficial ha sido después de cada matanza. Este intercambio lo tuvimos 10 días después de la matanza en Uvalde, Texas, donde 21 personas, entre ellos, 19 niños murieron.
Mi pregunta fue la segunda en una sesión de preguntas y respuestas de la conferencia de apertura de Thompson. Tras la respuesta genérica —pero amable, sin duda— del subsecretario Harris, Thompson dio por concluida la conferencia de prensa. Sirva este reconocimiento a mis colegas periodistas por si les interrumpí la dinámica y no pudieron hacer sus preguntas pertinentes. Grant Harris me puso en contacto con Peter Dodge, Senior Manager de Asuntos Públicos de Brand USA quien amablemente me contestó que “Brand USA es incapaz de comentar sobre asuntos públicos”, lo cual sólo me hizo preguntarme sobre los títulos que ponemos a los cargos que no ejercemos. Eso sí, me comunicó que había reenviado mis datos y preguntas a sus “contactos dentro de la Oficina Nacional de Viajes y Turismo” (NTTO por sus siglas en inglés), pero estoy seguro que el correo se perdió en el spam porque nunca volví a escuchar de ellos.
Le di seguimiento a Harris via Twitter quien respondió inmediatamente que me pondría en contacto con colegas suyos en el Departamento de Comercio. Incluso me preguntó si tenía alguna fecha límite para la publicación. Le dije que el martes 14, pero que podía ampliar unos días la fecha, tomando en cuenta que soy el editor del sitio. Hoy es 4 de julio. Puedo decir con certeza la frase que sabía terminaría usando: El Departamento de Comercio y la Oficina Nacional de Turismo y Viajes de Estados Unidos se negaron a responder a las preguntas específicas sobre posibles alertas de viaje a Estados Unidos como consecuencia de la proliferación de tiroteos masivos que se han registrado y que, como muestran las estadísticas, van a la alza.
Más allá del discurso, la realidad que se nos viene y lo que puede significar.
Escribo esto unos días después de que la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos, con una mayoría conservadora resolvió dos casos de importancia máxima, una de ellas siendo la que echa abajo una ley de Nueva York que prohibía la portación de armas fuera de casa y, con ello, poniendo en el camino también la cancelación de dicha medida en California, que tiene una ley similar. ¿Qué quiere decir esto? Que ahora ya cualquier pelado en pleno Times Square puede estar armado porque ya no tiene que demostrar de ninguna manera una justificación real para portar armas en una ciudad que recibió a 33 millones de visitantes en 2021. Sí. 33 millones todavía en año de pandemia. Pero en 2019, antes de la pandemia, recibió a 66.6 millones (calma, conspirólogos cristianos, calma). Tomen en cuenta que algo así como el 20% de esos visitantes (unos 13 millones) son turistas extranjeros. Ahora imaginen a uno de estos locos nacionalistas azuzados por el discurso conspirólogo de Fox News y su White Replacement Theory entrando a Times Square con, digamos, un par de armas automáticas con las que libremente pueden caminar por toda la ciudad. ¿Es seguro viajar a Estados Unidos?
¿Quién te dice que así como en la matanza de El Paso, en donde uno de estos psicópatas asesinó a 23 personas por el hecho de ser hispanos y latinos, no hay uno ya lamiéndose los bigotes por hacerlo en New York, Los Angeles, afuera de un partido de la MLS o en un encuentro como Promotores Unidos, uno de los eventos que más mexicanos reúne en Las Vegas y que, entre bromas con el VP de Relaciones Públicas de Westgate Resorts le llamábamos el Mexican Takeover? Y no estoy exagerando. Nada más entre marzo y mayo de este año, Las Vegas registró 4 tiroteos masivos en los que hubo 2 muertos y 31 heridos. Ah… y Las Vegas es una ciudad en la que México es el segundo país de origen más importante de sus viajeros internacionales.
Entonces, ¿es seguro viajar? Terriblemente, no lo sé. Creo que pasa lo mismo que si un estadounidense se hace esta pregunta sobre Acapulco. La diferencia es que, si bien no podemos negar los altos índices de violencia en México, tampoco podemos negar que la violencia que se vive no está relacionada a motivaciones sociodemográficas como raza, preferencia sexual, identidad de género o país de origen. Claro que no está bien caer en el absurdo “se matan entre ellos”, pero, joder… no es tan raro pensarlo.
Por supuesto que contestar una pregunta así requiere de un largo debate. Entendiendo el contexto político que se avecina con unas elecciones intermedias que parece que los Republicanos no sólo ganarán, sino que aplastarán, es imposible pensar que vaya a haber un cambio en la política para mejorar la situación. De hecho, si tomamos en cuenta la plataforma del Partido Republicano en Texas —uno de los más importantes bastiones del partido en Estados Unidos— todo indica que las cosas sólo pueden empeorar.
Y sin ánimos de ser pesimista, los datos arrojan que estamos a muy poco tiempo de que la siguiente masacre relacionada con tiroteos masivos en Estados Unidos pase en un lugar turístico. Porque el elemento en común que tienen los actos de violencia que han marcado la discusión es que quienes mueren son, mayormente, gente que el agresor ve como “diferentes” y como “amenaza”. Lo más grave de esto es que no es una analogía exagerada. Porque cuando un país acepta la muerte de niños como “un sacrificio aceptable” para defender su manipulada interpretación de una ley con 233 años de antigüedad, lamento decir que lo peor está aún por llegar. Si estás dispuesto a aceptar la muerte de niños por mantener un pasatiempo, es momento de cambiar de pasatiempo.