Por Cristina Barros y Marco Buenrostro
tomates grandes colorados, amarillos y blancos.
Hay palabras del náhuatl presentes en otras lenguas, es el caso de chilli que en inglés es chili. También de cacao (cacauatl) que pasó al italiano como cacao y al alemán como kakaobohne, o sea grano o hueso de cacao. El vocablo cacahuate perdió el prefijo tlal, que significa tierra; era tlalcacahuatl o cacao de tierra. Alfredo López Austin considera que se vincula esta semilla con el cacao, por la grasa que producen ambas al molerse. Cacahuacintle es mazorca de cacao, pero también maíz (centli), con semillas semejantes en tamaño a las del cacao. El cuaupinole es una vaina cuyas semillas están rodeadas de un polvo harinoso (pinole); sería pinole de árbol.
Otro caso de clasificación botánica es el de chilli; en náhuatl chilpoctli significa chile ahumado, y chilacatl (hoy chilaca), chile caña. Chiltecpin quiere decir chile pulga, posiblemente por lo picante; también podría referirse a su tamaño.
Como vemos, la estructura del náhuatl permite a los hablantes de esta lengua, una participación más incluyente en relación con el conocimiento botánico, que la que propicia la clasificación occidental.
Mencionemos otros ingredientes: zapote, aguacate y tejocote, entre las frutas; chía y ayocote como semillas; guajolote y chichicuilote entre las aves; tamalayota, chayote y chilacayote, cuya raíz es ayotli (calabaza). Y además ejote, elote, nopal, guaje, jumil, nanche, escamol, chinicuil, huauzontle y cuitlacoche; la sal llamada tequesquite, y el epazote y achiote como condimentos. Otro es xoconostle, en la que se recupera la palabra náhuatl para tuna: nochtli.
Un grupo más se forma con las preparaciones: mole, atole, guacamole; otro con las técnicas, como el nixtamal. Podríamos añadir instrumentos y utensilios; hoy mencionamos sólo metate y molcajete.
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