Por Sandra Fernández @sandravinos
Los viñedos poseen un gran equilibrio natural. Todos aquellos que hemos estado paseando entre vides, habremos podido experimentar una increíble sensación que yo la llamo de PAZ. Existe un gran ying yang que lo mantiene todo en orden. Una confluencia de energías opuestas y complementarias que juntas crean un dinamismo de transformación pasiva. A lo largo del camino he tratado de sustentar mi teoría, tratando de explicarlo con menos filosofía y más técnica, llegando a explicarlo de esta manera.
Viñedos de la DO Somontano
Cada viñedo tiene sus amigos y sus enemigos. Amigos que los sustentan y protegen, que coadyuvan a la calidad, que complementan. Por ejemplo una perfecta pluviometría, una composición de materia y suelos perfecta, un ambiente orgánico amigable que ayuda a la polinización. Los enemigos crean las fuerzas opuestas y de los cuales hay que cuidarse, por ejemplo los jabalíes que se roban las uvas en su mejor punto de madurez, las heladas inesperadas que queman la cosecha. La gran ventaja es que estos enemigos permiten algo grandioso, estar alerta; por lo tanto aunque parezca una ironía, se convierten de alguna forma en aliados pues ese estado de alerta provoca reacciones oportunas y permite ver lo que a veces la ceguera cotidiana no permite. Enemigos que permiten que exista el equilibrio.
Viñedos de la DO Somontano
En mi último viaje tuve un gran encuentro con mi propia teoría. La región del Somontano. Tierra de increíble belleza que descansa a los pies de los Pirineos; vides que ofrecen una gama por demás única de vinos dentro de la grandeza de España. Largos periodos de frío, nevadas durmientes, un aire fresco, limpio y oxigenado. Un rio color verde esmeralda que desemboca en un gran lago que con cadencia regula la fría temperatura de la zona. Un sitio virgen tocado por la mano del tiempo y la fuerza de las montañas. El silencio, su mejor amigo. Un elemento que acaricia las vides en su lento despertar. Un silencio estático casi monástico que ve nacer vinos diferentes al confort de la crianza riojana y al carácter concentrado de la ribera del duero. La fuerza que lo contrarresta es el frío. Una zona cuyo promedio anual de temperatura es de 11 grados.
DO SOMONTANO Viñedos y paisaje
El Somontano produce vinos únicos. Vinos con aromas a fruta, a tierra, a flores, a campo de montaña. A veces pino, a veces jalea de moras, a veces cereza, a veces hierba y violetas. Fruta tropical maravillosa en sus increíbles Gewurztraminer. Moras y bosque en sus mezclas de Cabernet y Merlot. La cerezas y el malvavisco de sus Garnachas milenarias de las cuales se obtiene solo una botella por planta. Tempranillo, Syrah, Moristel; entregados desde la primera nariz. Vinos que no cuestan trabajo, que son francos y extrovertidos. Lo que hueles es lo que pruebas y qué decir de su excepcional relación precio calidad.
El Somontano fue establecido como DO en 1984 pero su historia data el 500 AC. Ubicado en Huesca, a hora y media de la ciudad de Zaragoza. Cuenta con 31 empresas vitivinícolas en 4,300 hectáreas de plantación. Variedades: tintas; Cabernet-Sauvignon, Merlot, Tempranillo, Syrah, Garnacha Tinta, Moristel, Parraleta, Pinot Noir. Blancas Chardonnay, Gewürztraminer, Macabeo, Sauvignon Blanc, Garnacha Blanca, Riesling y Alcañon.
Para mayor información visiten www.dosomontano.com
