Por: Carlos Dragonné
Cuando estás en Estados Unidos y alguien te invita a conocer un lugar de cocina mexicana, es imposible no pensar inmediatamente que podemos encontrarnos con un absoluto fracaso, quizá por el asunto de creer que, por venir de México, tenemos toda la verdad con respecto a nuestra gastronomía y que nadie fuera de nuestras fronteras puede hacerlo bien. Y sí, muchas veces tenemos la razón. Pero ¿qué pasa cuando nadie nos dijo que se trataba de cocina mexicana y que nosotros, por el simple nombre del lugar, asumimos que sería algo así? Pues más o menos fue lo que me pasó cuando en mi agenda en el viaje de San Diego que acabo de hacer por simple capricho y arranque de ganas de visitar a mi hermano, apareció un lugar que me sorprendió. ¿La sorpresa fue grata? Lean. Lean un poco más mientras les cuento sobre Carnitas Snack Shack.
¿Ven a lo que me refiero? Si están cerca de la frontera y hay un lugar que se llama Carnitas Snack Shack, que, además, como logotipo, tiene un cerdo, es inevitable pensar en unos tacos de surtida con salsa verde o roja que, seguramente, cada uno de ustedes tiene un favorito y un lugar insuperable en sus paladares -para mi, honestamente, son los famosos Tacos Dietéticos del tianguis de Jacarandas que se pone los jueves y domingos en la Av. López Mateos, en Santa Mónica y de los que un día les platicaré más a detalle-, por lo que salir del hotel para llegar a un local que se anuncia como Carnitas, me pareció uno de esos paseos innecesarios. Qué equivocado estaba.
De entrada, el nombre lo toman porque los dueños de esta franquicia, que tiene tres sucursales en San Diego y que ya carga con 5 años de éxitos que se están viendo recompensados con una de las mejores locaciones que se puedan imaginar, justo sobre North Harbor Drive en uno de los puntos fundamentales del turismo de este destino californiano, tienen un cerdo mascota de nombre Carnitas, por lo que a manera de homenaje a ese miembro de su familia terminaron por ponerle a su negocio así. Carnitas Snack Shack es una oda al cerdo en toda su expresión, desde los aperitivos hasta el postre, sí… el postre. Y es que hacer un homenaje a este animal que tanto placer nos da en la mesa y que ha sido objeto de innumerables creaciones de los más grandes cocineros no debe ser materia que se tome a la ligera. Y aunque el lugar pueda parecerles más un pequeño spot para matar el hambre -sobra decir que no hay mesas propias, sino más bien una especie de area comunal en la que quienes van sólo hacen fila como en un lugar de comida rápida y esperan sus platillos en sus mesas, es quizá uno de los mejores sitios en San Diego -y en muchas otras ciudades- para hincarle el diente a creaciones porcinas exquisitas. Y fue entonces que nos pusimos en las manos de Scott, el gerente del lugar, para que fuera él quien escogiera un platillo para cada quién de las mejores creaciones de su parrilla.
A la mesa llegaron tres cosas. Y me parece justo empezar con un Steak Sandwich, que no tiene cerdo, pero que es uno de los platillos más solicitados por estar hecho con finas láminas de ribeye, queso peppermint jack, un alioli de jalapeño en un pan espectacular que me hace desear que en México, con tan buen producto, tengamos más lugares que sirven panes de ese calibre. Ojo: el lugar sirve bien. Son porciones grandes que bien sirven para llenar a una persona con sólo un platillo, pero mi obligación es contarles lo más que pueda, así que me tuve que sacrificar a probar otras cosas, todo por el bien de la comunicación de este sitio.
Así que de pronto ya estaba en la mesa un Triple Threat Pork Sandwich que es, como su nombre lo dice un triple homenaje al puerco. Una hamburguesa con Lomo de Puerco empanizado, tocino y pulled pork con un aderezo de pimienta y el alioli de la casa. Lo sirven acompañado con papas a la francesa, evidentemente, pero el plus es una salsa de tomate hecha en casa con, sí… lo adivinaron… tocino. Entonces el sabor es completamente diferente y me hace desear haberme metido a la cocina con un toper para llevarme de esta salsa una buena cantidad y ponérsela a todo lo que se me cruce enfrente. La cocción del pulled pork es exacta, así de simple. La carne es jugosa al máximo y hace un balance increíble con un tocino cocinado al punto en el que sí hay textura crujiente, pero aún existe la ternura de una carne bien cocinada. Olviden lo que creen saber del tocino en una hamburguesa, porque esto vendrá a cambiarles la perspectiva. Y es que con puerco uno no puede equivocarse y mucho menos si se le agrega un tocino de calidad. Todo se basa en los productos y es aquí en donde Scotty nos explica que la materia prima es comprada a productores locales para aportar a la sustentabilidad de la zona e impulsar un mercado de calidad suprema para la costa de San Diego.
Y entonces, llegó lo que sería la joya de la corona o, quizá, la corona misma de una comida que ya me tenía embelesado. Un Pork Belly App con un glaseado dulce-picante que lo acompañan con una ensalada que sirve para reducir el tamaño de la culpa. Vamos hablando en detalle. Ustedes saben que si algo conozco de la proteína es el Pork Belly. Y me ha tocado probar esta parte del cerdo en muchas de las mejores cocinas alrededor del mundo, desde la visión de Michael Mina hasta lo que Hubert Keller nos sirve cada vez que le caemos de sorpresa en el restaurante de Mandalay Bay en Las Vegas. Y lo que puedo decirles del pork belly que me sirvieron en Carnitas Snack Shack es que entra inmediatamente al Top 3 de los mejores Pork Belly que he probado en mi vida. El glaseado justo en su punto permite que se cree una corteza que nos lleva a una combinación de texturas con la suavidad de la grasa y la carne que por sí sola se convierte en un manjar que prácticamente se va deshaciendo en la boca. Y, aunque parezca una broma, la realidad es que la ensalada está puesta por una razón en específico, pues la vinagreta de limón con la manzana balancea la untuosidad de la grasa del pork belly.
Si ya me había rendido a los sabores del lugar, con una vista increíble de la marina de San Diego, el Broadway Pier y el impresionante portaaviones USS Midway y los veleros el mar en una escenografía que parecía puesta a propósito para nosotros, de pronto Scott apareció con un helado para cerrar la tarde. Un helado suave cubierto con brownie. ¿Suena normal, no? Bueno, la cosa con este postre es que el brownie está hecho con chocolate, bourbon y trocitos de tocino, así que el postre también tiene una enorme despedida del cerdo para que podamos entender dos cosas: que el cerdo es quizá la proteína más completa de todas, no en vano el concepto de Nose to Tail se dio con este animal y; por último, que mi paladar tiene un reto importante a futuro para encontrar algo que pueda acercarse a lo que me acaban de servir.
Caminamos por North Harbor observando lo impactante del USS Midway, yo siendo fanático del concepto de la Marina de Estados Unidos y me descubrí pensando que vivir en San Diego podría convertirse en un proyecto importante para perseguir. Al final no está nada lejos de México, bien puedo aplicar un vuelo desde Tijuana para regresar esporádicamente a checar pendientes y ver clientes. Pero, sobretodo, tendría a la mano un lugar en donde se come espectacularmente con una gran vista y un precio increíble. Porque de todo lo que les conté, agregando dos cervezas artesanales de cerveceras locales -recuerden que San Diego es ya la ciudad con más cervecerías artesanales en Estados Unidos- la cuenta no rebasó los 55 dólares. Y miren que podríamos haber comido con mucho menos, pero recuerden que el exceso y la gula los justificamos porque tenemos que contarles lo mejor posible de los sabores que nos encontramos. Así que si regreso por otra hamburguesa, la culpa recaerá en ustedes.