¿Antojo de una cena italiana elegante pero sin complicaciones? ¡Esta receta de camarones al ajillo es la respuesta! En solo 10 minutos, tendrás un platillo espectacular listo para disfrutar. Imagínate camarones jugosos, salteados a la perfección y bañados en una salsa irresistible de ajo, limón, mantequilla, vino blanco y aceite de oliva. Tradicionalmente se sirve sobre pasta o con pan crujiente, pero su sencillez te permite disfrutarlo cualquier día de la semana.
De dónde vienen los camarones al ajillo
Los camarones al ajillo tienen raíces italianas, pero se han convertido en un clásico en las cocinas estadounidenses y, por supuesto, ¡también en México! Originalmente, este platillo se preparaba con scampi, un crustáceo pequeño parecido a la langosta que se encuentra en el Mediterráneo. También se les conoce como cigalas, langostinos o gambetas. Cuando los inmigrantes italianos llegaron a Estados Unidos, adaptaron la receta usando camarones, más fáciles de conseguir, pero conservando la misma salsa mantecosa y llena de sabor a ajo. Con el tiempo, el nombre “camarones al ajillo” se quedó, refiriéndose al platillo y no al ingrediente original. Hoy, es un básico en los menús de restaurantes italo-americanos y ¡muy popular en México!

Como sucede con todos los platillos clásicos que tanto queremos, las recetas de camarones al ajillo tienen muchas variaciones. Algunas incluyen un toque de queso parmesano, y otras incluso espesan la salsa con crema o fécula de maíz. Sin embargo, en mi opinión, ¡nada de eso es necesario! Con los ingredientes que te damos, lograrás un platillo delicioso y auténtico.
Para preparar los Camarones al Ajillo vamos a necesitar:
- 450grs de camarones jumbo pelados y desvenados
- Sal de mar o kosher
- 5 dientes de ajo, picados finamente
- 3 cucharadas de aceite de oliva extra virgen
- ½ a 1 cucharadita de hojuelas de chile rojo, o más al gusto (¡si te gusta el picante!)
- 3 a 4 cucharadas de mantequilla sin sal
- ¼ taza de vino blanco seco o caldo de pollo
- ½ limón, ralladura y jugo
- ¼ taza de perejil fresco picado
Lo primero que haremos será marinar los camarones. Así que los vamos a secar con palmaditas y luego los iremos colocando en un tazón. Agregamos una pizca de sal de mar, la mitad del ajo y 1 cucharada de aceite de oliva extra virgen. Mezclamos muy bien para que se integren todos los ingredientes. Dejamos reposar por 20 minutos o refrigeramos por 30 minutos a 1 hora. ¡Este paso es clave para un sabor increíble!

Ahora vamos a sellarlos. En una sartén grande de hierro fundido (preferentemente, si no lo tienen en una sartén que tengan), calentamos las 2 cucharadas restantes de aceite de oliva a fuego medio-alto. Cuando el aceite empiece a brillar, agregamos los camarones marinados.
Cocinamos los camarones durante aproximadamente 1 a 1 ½ minutos por lado o hasta que comiencen a ponerse rosados.
Lo siguiente es usar una cuchara ranurada para transferir los camarones a un plato. No te preocupes si algunos camarones todavía están un poco grises, se cocinarán por completo en la salsa.
El siguiente paso es preparar nuestra salsa, el secreto del delicioso sabor. En la misma sartén, agregamos el ajo restante y las hojuelas de chile rojo y cocinamos brevemente, hasta que desprendan su aroma. Después añadimos el vino y el jugo de limón y llevamos a ebullición. Y cocinamos hasta que se reduzca a la mitad, aproximadamente 3 minutos. Añadimos la mantequilla y cocinamos hasta que se derrita, girando la sartén para combinar la salsa. ¡Aquí está el secreto del sabor!
Después regresamos los camarones a la sartén y revolvemos para cubrirlos con la salsa hasta que estén completamente cocidos. Retiramos la sartén del fuego y espolvoreamos el perejil, la ralladura de limón y más hojuelas de chile rojo, si lo desean. Servimos inmediatamente.
¡Listo para disfrutar!
Podemos comerlos solos con pan de masa madre, o sobre una pasta larga como el spaghetti o fetuchini.
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