La última vez que hice este pastel hubo una discusión en la mesa sobre cómo llamarle. Yo dejé que eso pasara. Los escuché decirle desde pastel hasta mousse. Y me quedé pensando que, la verdad, lo que menos importa es el nombre. Porque se lo acabaron en menos de treinta minutos. Así que hoy servimos en el menú Souffle de Chocolate. O pastel. Quizá un mousse. Llámenlo como quieran.
Vamos a necesitar para este Souffle de Chocolate.
- Mantequilla y azúcar para barnizar el molde.
- 200 grs. de chocolate semiamargo. Usen el de 65%. Si son más aventados, apliquen el 70%.
- 2 cdas. de espresso.
- 5 huevos separados. O sea, yemas y claras aparte.
- 1/2 taza de azúcar
- Pizca de sal.
- 1 cda. de harina.
Vamos a precalentar nuestro horno a 180ºC (o 350ºF dependiendo de dónde estén). Engrasen con la mantequilla y cubran con azúcar (como enharinar, pero con azúcar) el molde de tartas. Yo uso ésta que me topé en Williams Sonoma. Derritan el chocolate con la técnica que prefieran, ya sea a baño maría o en mircoondas. Agreguen el espresso.
Mezclen las yemas con el azúcar usando un globo batidor. El color cambia como a limón amarillo. Ya que lo tengan, agreguen el chocolate derretido y mezclen rápidamente para unirlo en una mezcla densa. Agreguen la harina. La clave de un buen Souffle de Chocolate está en el siguiente paso.
En otro bowl, las claras se baten a punto de turrón agregándoles la pizca de sal. Entonces ponemos un tercio de estas claras en el chocolate y la envolvemos suavemente. Esto hace que se aligere bastante. Agreguen el resto del chocolate en el resto de las claras y vayan envolviendo.
Pongan en el molde de cerámica y horneen por 20 minutos o hasta que el centro se sienta firme al tacto. No se espanten si se arruga un poquito o se desinfla mientras se enfría. Sirvan y vean a sus invitados discutir el nombre mientras se acaban el postre. Yo le digo Souffle de Chocolate. ¿Cómo le dirían ustedes?
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