Viajar por el mundo puede enseñarnos un par de cosas…o siete.
Aplicar estos mantras de los viajeros a la vida cotidiana más allá de los viajes que realizamos, nos ayudará a y ver cada día como unas vacaciones y nos enseñará a liberarnos de ciertas cargas.
1. Empaca ligero.
Cuando empacamos lo ideal es llevar ropa que sea ligera y ocupe el menor espacio posible así nuestra maleta no pesa tanto, lo que nos permite poder ser más activos y explorar. Eso mismo debemos aplicar a nuestro hogar, hay que limpiarlo de todo aquello que causa desorden y los excesos para ser mucho mas activos y liberar nuestra mente.
2. Saborea el momento.
Cuando viajamos nos gusta disfrutar cada instante y dejar los problemas y las preocupaciones que no podemos resolver en ese momento. Imagínate lo que pasaría si eso mismo aplicamos en nuestro lugar de trabajo o la casa.
3. Prueba cosas nuevas.
Los viajes están llenos de recuerdos preciosos, y generalmente durante ellos te atreves a hacer, ver o probar algo que nos habías hecho antes. Hacer este tipo de cosas en nuestra propia ciudad o lugar donde residimos puede ser muy divertido, como tomar una clase de algo que es todo un desafío o probar o cocinar esa cena de cocina exótica que no has probado nunca.
4. Centrarse en las cosas que te rodean.
Cuando viajamos en solitario y estamos en una playa o alberca de un hotel o en el asiento de un avión no tenemos mas remedio que ser amables con la o las personas que tenemos a lado. Tomate el tiempo de calidad que necesitas para conversar sin distracciones con las personas a tu alrededor como si estuvieras en la misma situación.
5. No dejes de soñar.
Durante esos momentos felices de tus vacaciones, no puedes evitar el comenzar a planificar tu próximo viaje. No pierdas la motivación al llegar a casa, sigue anotando esos lugares de la ciudad o país que deseas visitar en tus próximas vacaciones, comienza a ahorrar y anota en tu agenda la fecha de tu próximo viaje.
6. Estancia curiosa.
Cuando formas parte de un tour en el extranjero ya sea por la ciudad o en un museo te interesas por aprender sobre la cultura de otras personas, sus gustos y tradiciones, y más aún cuando pagaste por ello. Mantén esa curiosidad cuando regreses a casa, trata de ser más abierto y no olvides lo mucho que nos retroalimenta el aprender de las personas que tenemos a nuestro alrededor cerca o dentro de casa.
7. Sonrisa grande.
La vida es bella durante las vacaciones: estás en un descanso del “mundo real” en un lugar magnífico, y tu actitud amplificada te hace sentir como si nada en el planeta pudiera opacar tu felicidad. Mantener esa perspectiva optimista en nuestra conducta cotidiana nos hará la vida más divertida.