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Restaurante Peacock’s: Una cocina de muchos viajes.

por Elsie Mendez Enriquez

Por: Carlos Dragonné @carlosdragonne

Encontrar un lugar que sorprenda al paladar es una tarea cada día más complicada. Y cuando uno está en un destino como Cabo San Lucas es aún mayor la complicación. Sabemos de los lugares clásicos para comer bien en Cabo, pero mucha gente nos platicó sobre un restaurante que ya tiene su tiempo en este destino pero que, a últimas fechas, le dio una revolución a su menú bajo las órdenes de un nuevo chef. Así que con el hambre a tope, nos lanzamos a conocer y ver si podíamos ser sorprendidos en el restaurante Peacock’s.

El chef Emmanuel Prieto tiene una historia interesante, de esas que gustan a los que disfrutamos la buena cocina. Estudiando Relaciones Internacionales, se dio cuenta de su pasión por la cocina por lo que se dedicó a estudiar de la mejor manera que pudo pensarlo: en diplomados y viajando por el mundo para conocer los sabores de otras tierras y sacar de ellas lo mejor para el paladar de sus comensales. De México se fue a Brasil a conocer la disciplina de un chef francés y, después de su regreso a México estuvo en un reconocido hotel en la ciudad de México y de ahí viajo a Puerto Vallarta donde se estableció por más de 10 meses, finalmente llego a La Paz, Baja California Sur, donde fue chef privado de dos embarcaciones, tomó un vuelo para descubrir los aromas y sabores de Tailandia, mismos que se sienten perfectamente integrados en su nuevo concepto y su idea detrás de la cocina de Peacock’s.

Callo de Hacha sobre Juliana de Manzana Verde, Restaurante Peacock´s Cabo San Lucas

Callo de Hacha sobre Juliana de Manzana Verde, Restaurante Peacock´s Cabo San Lucas

Por supuesto, parte importante de un buen restaurante está en el producto y en cuidar la calidad del mismo, por lo que el lugar rebosa entre las mesas, pequeñas huertas de donde el mismo chef va sacando sus ingredientes, además de tener la suerte de contar con los productos del mar más frescos que se puedan desear. Aquí es donde tiene que entrar la experiencia del chef y donde nosotros, como comensales, nos disponemos a dejarnos consentir y llevar por esa ruta de sabores que Emmanuel ha descubierto en sus viajes.

Por supuesto tenemos que empezar con producto del mar, así que el Callo de Hacha sobre Juliana de Manzana Verde en donde un aderezo de aguacate con lemongrass le da ese toque cítricos y perfumes que juega con el característico sabor de un callo que sólo aquí encontrarán así de fresco. Después, ya dentro de los productos del mar llega a la mesa un Ceviche Tasting, un trío de este clásico de nuestras playas preparados con la pesca del día. Tres versiones distintas que brincan de una sensación a otra y que nos permite entender que estamos por disfrutar del recorrido. Sin embargo, nuestro siguiente plato sería una sorpresa entera, pues en medio de Los Cabos uno no espera ver unos Rollos de Lechón Dorados servidos sobre puré de Camote al Romero y con un Curry de Cacahuate. ¿Imaginan la compilación de sabores y aromas que se siente en este platillo? El lechón, sobra decirlo, está cocinado a la perfección, pero es ese juego de perfumes lo que se lleva las palmas.

Rollos de Lechón Dorados, restaurante Peacock´s, Cabo San Lucas

Rollos de Lechón Dorados, restaurante Peacock´s, Cabo San Lucas

En diciembre y enero en Cabo San Lucas hace un poco de frío, por lo que un Caldo de Pescado del Pacífico sonaba como una excelente idea para paliar la temperatura. Pocas veces he querido repetir una sopa en un restaurante. El toque que le da a este platillo el chile guajillo, juega en el paladar llevándonos a la intensidad que se ve balanceada con un pescado increíblemente fresco y suave. Suena reiterativo, pero es un hecho que contar con productos que, apenas unas horas antes de llegar a la mesa estaban en el agua, se siente y se agradece, pues toda la identidad de la carne está ahí para disfrutarse. Además, el juego de las especias que utiliza el chef termina por cerrar con broche de oro un caldo que, en muchos otros lugares, sería un simple platillo de trámite.

Caldo de Pescado del Pacífico, restaurante Peacock´s, Cabo San Lucas

Caldo de Pescado del Pacífico, restaurante Peacock´s, Cabo San Lucas

Llega el momento de adentrarnos en los aprendizajes del Chef en Tailandia en la forma de una Ensalada de Hierbas Thai con Naranja, Jícama, Piña parrillada, Menta y Albahaca. Sí… no suena muy thai que digamos, pero es que no les he dicho nada sobre el aderezo de Jengibre y Vinagre de Arroz, además del ajonjolí negro que termina el platillo. La cocina tailandesa se basa en flores, aromas e intensidades que, en ocasiones, pueden ser sobrecogedoras para los paladares nacionales, a pesar de compartir el gusto por los picantes y las hierbas aromáticas. Aquí, la adaptación se realiza suavemente con el apoyo de la albahaca y la menta sacados de las huertas del mismo restaurante.

Ensalada de Hierbas Thai, restaurante Peacock´s, Cabo San Lucas

Ensalada de Hierbas Thai, restaurante Peacock´s, Cabo San Lucas

Como plato fuerte, en la mesa llegó una Pesca del Día envuelta en hoja santa sobre un Taboule de Quinoa que es posible presumir en cualquier mesa. Este pescado se cocina en una salsa Sriracha hecha en casa. Para quienes no sepan lo que es la sriracha, es una salsa picante tailandesa clásica en los platillos de aquella región. Se venden diferentes marcas de esta salsa, pero el chef Prieto decidió que mejor haría su propia versión casera de este clásico picante para poder disfrutar al máximo el esplendor del pescado. La salsa, entre dulce y picante, le da un toque al pescado que juega a suavizarse con el taboule de quinoa, un cereal que va tomando fuerza en las mesas y cocinas de los restaurantes de todo el mundo, aunque apenas se encuentra en el continente sudamericano.

Pesca del Día envuelta en hoja santa sobre un Taboule de Quinoa, restaurante Peacock´s, Cabo San Lucas, BCS, Mexic

Pesca del Día envuelta en hoja santa sobre un Taboule de Quinoa, restaurante Peacock´s, Cabo San Lucas, BCS, Mexic

Mientras esperábamos el cafe para cerrar la tarde, nos tocó ser testigos de algo que nunca, en todos los años que tengo entre mesas, manteles, platos y copas, me había tocado observar. Una pareja sentada a unas mesas de donde nos encontrábamos nosotros, a quienes ya habíamos visto un par de días antes en otro restaurante de Los Cabos, pedía con urgencia una botella del mejor vino de la casa. Al llegar el mesero con la botella, él le pidió no abrirla, sino mejor llevarla a la mesa donde el dueño del restaurante cenaba plácidamente con su familia. El mesero, sin entender lo que estaba sucediendo, lo hizo. Cuando llegó a la mesa del dueño, el comensal y su pareja le hicieron saber que él, como comensal, quería invitarle una botella para agradecerle la que, bajo sus palabras, había sido la mejor cena que había tenido en muchos años viajando a este destino. Pocas veces, les decía, podemos encontrar un lugar que nos sorprenda. En Peacock’s, la sorpresa fue doble.

Fue una cena extraordinaria. Fue una cena que nos llevó a través de los ingredientes nacionales y la inspiración de los viajes a un recorrido por Tailandia, Brasil, México y otros lugares. Fue un viaje que hicimos de la mano del chef Emmanuel Prieto, un joven en franco ascenso que está siempre mirando hacia el siguiente paso de la aventura culinaria para descubrir nuevas ideas que plasmar en un platillo para quienes lleguen a sus mesas. Emmanuel Prieto sabe que ha llegado a Peacock’s a proponer nuevas ideas y a realizar cambios en un menú que poco a poco se consolida como uno de los más ricos que Cabo San Lucas tiene para ofrecer. Y es que, entre los viajes y los sueños de kilómetros de sabores por y para recorrer, Emmanuel Prieto sabe que es un viajero más, pero su capacidad de entender esos sabores es, estoy seguro, diferente a la de muchos cocineros que hoy en día están apareciendo en las marquesinas y los periódicos. Después de todo, hace tan solo unos años él pensaba dedicarse a una vida completamente diferente, hasta que los fogones tocaron su puerta, los sabores entraron por la ventana y los aromas se instalaron en su vida para convertirse en su única ruta en la que, entre cuchillos, ollas, sartenes e ingredientes, Emmanuel sonríe sabiéndose en su elemento, descubriéndose mientras, con los ojos cerrados, va creando una danza interminable de sabores que un día, si tenemos suerte, podremos tener frente a nosotros en una cocina honesta y sencilla en su profundidad y, sobretodo, en su aventura.

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1 comentario

Victor 10 de febrero de 2017 - 20:28

Excelente la gastronomía mexicana y sus sabores y colores

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