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Nicos, restaurante familiar de barrio.

por Elsie Mendez Enriquez

Por Elsie Méndez

En estos 3 años que llevo contando mis andares por este maravilloso mundo de la gastronomía, nunca me había costado tanto dar inicio a una nueva reseña, y no porque me falte historia, todo lo contrario, es tanto lo que me emociona este lugar que no encuentro palabras suficientemente buenas para poder compartirles a través de unas pocas cuartillas todo lo que el restaurante Nicos me inspira, me llena.

Dicen que lo mejor de la vida esta por venir, por aquello de que uno no le entre la nostalgia a tal grado que se sienta triste, es una forma de motivarnos y adaptarnos a esta nuevo mundo que se mueve de forma tan rápida hoy en día, que apenas puede uno digerir lo que sucedió el día de hoy y al siguiente ya hay algo moviéndose a la velocidad de la luz que, nos guste o no, apenas le agarra uno el sabor a lo que paso hace unas horas.

Entrar a Nicos es como pasar por un túnel del tiempo, y nos lleva a aquel México sin prisas, de muchos platos a la mesa, largas, muy largas sobremesas, charlas interminables; donde los señores iban a comer tan bien como en su propia casa, con el mismo sazón de sus esposas, madres o abuelas, donde esas mujeres de antaño tan celosas de sus recetas y siempre presumidas del mejor sazón, no se sentían intimidadas, contrario a ello, era el lugar a donde les tocaba ser las consentidas. Ya fueran familias u hombres de negocios de la zona de Azcapotzalco, todos encontraban en Nicos, el remanso de paz a la hora del desayuno o la comida.

Yo soy de esa época, ya les he contado, de familia de tradiciones gastronómicas, donde el arte y el tiempo de compartir la mesa era sagrado y divertido. A mi me encantaba y nunca me aburría yendo a comer con mis abuelos, abuelas, tíos, tías, primos y mis papas. Mesas largas de todos hablando al mismo tiempo y pasándonos los platos unos a otros para que nadie se quedara sin probar de lo que había en la mesa.

Restaurante Nicos

Restaurante Nicos

Y aunque me encanta lo que hoy día puedo vivir, lo que cada día descubro de este mundo maravilloso lleno de ingredientes y bebidas de toda clase, si añoro, aunque sea a ratitos, esas grandes mesas que ya no se dan porque unos ya nos están y otros viven lejos. Nicos, es ese encuentro con mi pasado en el presente inmediato.

He visitado Nicos innumerables veces, primero cuando era pequeña, mas tarde de adolecente, y no se porque, ni en que momento de mi vida adulta deje de disfrutar su cocina y sus platillos, pero de un tiempo acá, cuando me preguntan cual es mi restaurante de cocina mexicana tradicional favorito, sin dudarlo ni un segundo mi respuesta automática es Nicos, y les voy a contar porque.

Nicos tiene una tradición de más de 55 años, los cuales se dicen fácil, pero que yo recuerde, son muy pocos los sitios en esta gran ciudad de México, con una de las ofertas gastronómicas mas grandes del mundo, que existan después de tantos años, con el reconocimiento y respeto de quienes disfrutan día a día de su cocina.

La familia que lo fundo sigue al frente de la cocina, pero de verdad en la cocina, no como en otros lugares, que tan antiguos como este, sus propietarios ya no entran a tomar el sartén por el mango ni de broma, una porque ya no les da la edad y otros porque sus herederos solo se dedican a estar al frente del negocio cuidando las ganancias. Son pocos como Nicos que la familia que comenzó, sigue ahí, detrás de los fogones, las cazuelas de barro y mejor aun del metate y los molcajetes.

Mole de olla, Restaurante Nicos

Mole de olla, Restaurante Nicos

Los Vázquez Lugo no conocen otra forma de vida que no sea levantarse temprano, pero bien temprano, ir al mercado o esperar a los proveedores, ir al molino después de nixtamalizar el maíz ellos mismo, para hacer la masa de sus tortillas hechas diariamente y echadas a mano, como debe ser. Cocinando los frijoles a la vieja usanza, y dándole al metate para sacar los moles o alguna receta que así lo marca en el procedimiento original.

Mi reencuentro con Nicos se lo debo a Gerardo Vázquez Lugo, heredero de la responsabilidad de apoyar a sus progenitores para continuar con este exquisito legado y darse a la tarea de andar buscando por aquí y por allá, recetas y platillos que ya nadie quiere hacer porque están en el olvido, o porque son difíciles de elaborar, o simplemente porque no son fáciles de costear en un restaurante.

Este Arquitecto que después se convirtió en uno de los cocineros más queridos y respetados de nuestro México, lo leía yo por las redes sociales y nada más se dedicaba a provocarme antojos, hasta que un día le mande mensaje por twitter y le dije que yo quería estar ahí, en alguna de sus mesas pero con su presencia para poder tener de primera mano las historias que había detrás de cada plato que presenta.

Si tuviera que describir la cantidad de platillos que he probado en Nicos no terminaría nunca de escribir porque todos y cada uno de los platos que he compartido con Gerardo merecen una descripción, fina y detallada no solo de sus sabores y aromas, también de su historia de origen y elaboración.

Nicos es la cocina de esas abuelas, madres o tías que tal vez ya no están aquí para cocinarnos, es la cocina que enaltece las tradiciones y les da el lugar que se merecen. No importa lo difícil y elaborado que sea cada platillo.IMG_7933

Cada estación trae a las mesas de Nicos, ingredientes de la temporada, ya sean insectos como los escamoles que justo ahora en marzo dan inicio, seguido de gusanos de maguey, luego con las lluvias los hongos y setas, flores de calabaza, quesos de todas las regiones de México, frijoles de todos los colores y tamaños. Justo hace unos días comí una sopa de frijol nixtamalizado, que el Chef Gerardo se inspiro en hacerla porque leyó en el códice florentino que mencionan que en la época prehispánica se nixtamalizaban los frijoles. ¡Un sueño! Con ese perfume que le da el epazote, tan nuestro, tan de la cocina mexicana.

La sopa de nata creo que existe desde que abrieron, y que yo sepa son los únicos que la siguen haciendo, será que ya no hay suficientes vacas en esta ciudad que pudieran surtir buena leche bronca buena para ponerla a hervir y así sacar esa delicia que en pocos lugares se puede disfrutar el día de hoy.

Y hablando de natas, no les he contado de los desayunos, es que uno puede ir mil veces a Nicos y no para de darse sorpresas con algún plato nuevo. Pero aquí no hay perdón si llegan y no piden los huevos Azcapotzalco, tan tradicionales como el lugar y creo también existen desde que abrieron. Pero antes para dar inicio no pueden perderse uno de sus recién horneados panes dulces con una buena cucharada de esa nata que les contaba.

En Nicos solo hay vino mexicano, y por supuesto su carrito de mezcales es envidiable, hay para todos los gustos y de todas las regiones, y para los mas arriesgados hasta raicilla de Jalisco.

A Nicos he llevado a todos cuantos conozco y a los que me llaman de otros países para que les enseñe de cocina mexicana tradicional, es el lugar que los deja con los ojos cuadrados y la boca abierta, salen mas que contentos y yo orgullosa de poder compartirles este lugar que han reconocido las publicaciones mas importantes nacionales e internacionales.

Nicos es mi casa, mi otra familia a la que visito ahora si, con mas frecuencia, y paso por ese túnel del tiempo, donde lo único que cambia es la vestimenta de las personas, pero que continua siendo mi restaurante familiar de barrio donde mis sentidos se subliman.

Cuitláhuac 3102 Clavería, Azcapotzalco, Ciudad de México, Distrito Federal 01 55 5396 7090

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4 comentarios

victor de la cruz 15 de marzo de 2013 - 10:04

dHola, buenos dias. Soy estudiante de gastronomia y apasionado de nuestra cultura, tambien me siento orgulloso de que nuestra cuidad cuente con emblematicos y tradicionales restaurantes como Nicos, sobre todo en la actualidad donde desafortunadamentenuestra sociedad se ve influenciada por distintas ideas y va dejando de lado las costumbres para preparar los platillos. Definitivamente Nicos aon un ejemplo a seguir.

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Sabores de México 22 de marzo de 2013 - 10:10

Hola Victor, muchas gracias por tu comentario! Por eso nos interesa tanto que mucha gente conozca del restaurante Nicos y su importante aportación a la conservación de nuestras tradiciones. Un abrazo!

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Arturo Sandoval 15 de marzo de 2013 - 15:58

Qué rico! Hermosa reseña! Solo una pregunta, casi no conozco la zona. ¿Dónde puede uno estacionar el auto?

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Sabores de México 22 de marzo de 2013 - 10:08

Hola Arturo, el restaurante tiene valet parking y ellos tienen un lugar seguro donde cuidar tu coche. Muchas gracias por tu comentario! Disfruta mucho NIcos

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