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Los Mirasoles: Los sabores que nos unen desde el pasado.

por Sabores de México

De pronto, en este afán de trabajar en la promoción y procuración de la cocina tradicional mexicana, México nos ha mandado un mensaje claro y contundente. Porque, a pesar de saber que el gusto y la motivación por el rescate de la gastronomía nacional lo podemos y lo habremos de encontrar muchas veces en el camino, pocas ocasiones será de manera tan clara que, al escuchar a quienes se convirtieron, esta noche, en nuestros anfitriones, pareciera que alguien cuenta nuestra historia con una exactitud milimétrica. Y es que, aunque las familias y ciudades en las que hemos crecido parezcan tan diferentes, el sabor, los aromas y los ritos en la cocina, nos unen hasta confundirnos en su similitud.

Así podríamos resumir nuestra noche en Los Mirasoles, restaurante propiedad de la familia Figueroa, fundadores de este emblemático lugar de la ciudad de Morelia, en donde, entre platillos, pláticas y la misma arquitectura de una casona catalogada por el INAH y parte del Centro Histórico que fue nombrado Patrimonio Cultural de la Humanidad, se respira la sensación de estar entre historias y herencias, dándole al lugar una importancia y profundidad en su nacimiento que lo equipara a Los Sabores de Mexico.

Los Mirasoles Morelia Michoacan

Si bien no es nuestra primera visita a Morelia, en esta ocasión, nuestros ojos estaban más dispuestos a descubrir y sentir los lugares que conocíamos y, al mismo tiempo, no perder de vista el ojo crítico y exigente que nos dirige en nuestra búsqueda de opciones que incluir en nuestros programas, creados para su satisfacción y experiencia de los lugares que construyen nuestro México. Bajo esta mirada, Los Mirasoles es, claramente, un espacio en el que las tradiciones y los recuerdos se plasman en un concepto pocas veces representado con tal delicadeza y contacto con lo íntimo de nuestro pasado.

El detalle tendrá que ser, en este caso, importante en la reseña del lugar, en un intento por acercarlos a la experiencia vivida, compartir lo que se vive en un lugar que nace desde el origen de la familia en el pueblo de Cuitzeo, población en donde los Figueroa vivieron entre un sinfín de sabores, colores y sensaciones creadas por abuelas, tías, madres y, por supuesto, también el abuelo, a quien nos describen como la institución de una familia que, a través de los años, supo transmitir al Dr. Genovevo Figueroa y su esposa y, éstos, a su vez, a sus dos hijos que hoy se ostentan como la cabeza del lugar.

Restaurante Los Mirasoles

Restaurante Los Mirasoles

Construida a finales del S. XVI, la casa que hoy está convertida en restaurante fue, en primera instancia, el hogar de la familia. Y fue entre estos pasillos, hoy llenos con mesas y sillas, que Genovevo Figueroa Jr. y Fernando Figueroa crecieron e, incluso, como lo cuenta el mismo Fernando, aprendieron a dar sus pasos. Pero es gracias a Genovevo que, en su afán y podríamos decir, casi desesperación por comer comida “casera” después de años de viajes y comer fuera de casa, que se concibe esta idea. Con un largo andar por México, regresa a una casona deshabitada pero llena de memorias y, con la ayuda de un arquitecto y la guía de su padre, decide abrir un restaurante en el cual compartir los sabores y platillos que él recordaba se comían entre estas paredes. Por ello, no sorprende saber que las abuelas y la propia madre de Genovevo son quienes inspiran, crean y dirigen el menú de recetas que hoy se sirve en el lugar. Hoy, estas recetas se complementan con las de otras mujeres llenas de anécdotas e historias, pero siempre bajo la mirada de la Sra. Figueroa quien, además, no sólo crea y concibe desde su cocina, sino que implementa las recetas que, en sus viajes por las comunidades purépechas, aprende de mayoras que han cocinado estos platos a la usanza tradicional por cientos de años.

Una cava que envidiaría hasta el mas experto, donde un total de 20 comensales pueden tener el lujo de disfrutar de una atención espectacular, recibe a los comensales para dirigirlos al Salon Principal, mismo que se engalana con la reproducción de una de las fuentes mas importantes de esta ciudad y que acompaña a un mural que habla de esos rincones que han formado parte de la historia de Morelia y siguen ahí con todo su esplendor para que podamos tener la oportunidad de apreciarlos hoy en dia. Pero, además, dicho mural también es un homenaje al padre de esta familia, el Dr. Genovevo Figueroa pues en un punto de la pared se puede observar una representación de Cuitzeo, su lugar de origen, adornada con un atardecer. Este detalle que podría parecer insignificante, toma todo el sentido cuando escuchamos que, por su ubicación geográfica, en Cuitzeo no se puede disfrutar de un buen atardecer y más nos sorprenden emocionalmente cuando Fernando y Genovevo señalan una casa en particular representada en el mural y nos explican que es la casa a la que su padre llegó por primera vez a vivir en Morelia cuando dejó Cuitzeo.

De tomar nos recibe en la mesa una tradicional bebida michoacana: la charanda. Una especie de aguardiente suave, dulce, que pasa sin darnos cuenta y que, a pesar de lo que podemos pensar de este tipo de bebidas, carece del golpe de alcohol característico y que nos hace agregar a la lista de compras un par de botellas para llevarnos, al menos, un poco del sabor de Michoacán en nuestro viaje de regreso a la ciudad de México.

De entrada, recibimos un Requesón Frito con Cebolla Morada y Chile, acompañado de Totopos Fritos, lo que sería un paso delicado para el menú de degustación que estamos por disfrutar. Después, unas Tostadas de Atún Sellado con Juliana de Poro adornan la mesa junto a un plato en el que nos espera la estrella de las entradas: unos Tacos de Chamorro al Estilo Michoacano, tan tentadores que el mismo Fernando Figueroa tuvo que satisfacer su antojo antes de continuar con su plática que, en ese momento, avanzaba sobre los primeros días del restaurante.

Después, unos Chiles Capón de Queréndaro Rellenos de Requesón y bañados con una Salsa de Cilantro. Es importante mencionar que este platillo, en términos de balance y nutrición, cumple con las expectativas y exigencias que cualquier nutriólogo pondría en un plan alimentario. Es ahí cuando recordamos que una de las cosas más importantes de la comida prehispánica y que ha logrado su trascendencia y permanencia en la actualidad es que, en medio de tantos ingredientes, con tantas opciones de cocina y sabores que se entrelazan y cruzan, es y ha sido una de las más sanas y nutritivas que existen.

Después, unos Taquitos de Trucha Salmonada que, si bien tienen la apariencia de una quesadilla típica, Fernando enfatiza el hecho de que no sólo al enrollar la tortilla se convierte en taco. Ya con una verdadera fiesta de sabores en el paladar, este platillo nos sorprende en un arrebato de sabores intensos y perfectamente equilibrados en donde la estrella principal es un pescado cocinado en su punto y que se deshace suavemente mientras entra en nuestra boca.

Si bien podría ser más que suficiente, una de las hermosas ventajas de este trabajo que estamos desarrollando para ustedes, es que podemos seguir probando y experimentando los sabores que, desde una cocina espectacular en tamaño y equipamiento, ubicada en lo que alguna vez fuera una amplia sala de estar, seguían enviando a nuestra mesa. Y es que era momento de probar la Morisquera, un verdadero clásico del estado y que, en esta ocasión, con base de queso Cotija – uno de los tres únicos quesos mexicanos con Denominación de Origen creado, por supuesto, en Michoacán – acompañado con salsa roja y un arroz apelmazado sin sal que es la clave para el éxito de este platillo pues es ahí donde se inicia la combinación de sabores.

Restaurante Los Mirasoles

Restaurante Los Mirasoles

Luego, una Enchilada Plazera en Adobo de Chile Guajillo Rellena de Cebolla y Queso Cotija; Chamorro en Adobo de Pulque, Chile Pasilla y Mulato, imposible de confundir con esa salsa que podría recordarnos a la salsa borracha para la barbacoa. En este caso la salsa es suave, dulce y se combina de forma perfecta con la textura del chamorro, una receta virreinal perfectamente presentada.

El Filete Doña Mari, es sin duda de las estrellas del menú. Un filete mechado con nuez de castilla, hoja de aguacate, aceitunas, almendras y chile pasilla, el cual, de nuevo, nos lleva al México Virreinal donde era todo un rito su preparación y que era la estrella entre los invitados de la nobleza por su extraordinaria elegancia.

Entre bocado y bocado, nos ofrecieron Mezcal de Michoacan, una de las regiones con denominación de origen y que nos permitió tener una digestión correcta de los alimentos a pesar del desfile de platillos que tuvimos frente a nosotros. Es importante hacer mención que en cada región donde se elabora Mezcal siempre encontraremos sabores totalmente diferentes debido al agua con que se prepara además del sabor que la misma tierra da a la penca del Maguey de donde proviene.

Restaurante Los Mirasoles

Restaurante Los Mirasoles

Para finalizar, unos Buñuelos Banados con Jarabe de Piloncillo y Crema Batida que me llevaron al pasado cuando mi abuela los preparaba y yo los disfrutaba cada invierno, nuevamente no solo fueron los sentidos del gusto, el olfato los que participaron en esta degustación, también mi corazón y mis recuerdos participaron al poder remontarme al pasado y poner una sonrisa en mi rostro al recordar la felicidad que ello emanaba.

Caldo de Gallina Correteada, Consome Centenario o, incluso, la sencilla Milanesa de Pollo componen el menú de este lugar pues, en palabras de sus fundadores, son esos aromas los que los transportan al recuerdo de su niñez, corriendo para atravesar de un lado a otro de la casa cuando aún el temor infantil a la oscuridad estaba presente.

Un viaje a los rincones íntimos de una familia feliz de platicar sus orígenes y que, con toda sencillez, nos comparten, nos ayudan y nos guían en el disfrute no de platillos puestos específicamente en un menú, sino de los momentos que los convirtieron en las personas que hoy son y que, entre estas viejas paredes de cantera, hoy comparten no sólo con nosotros, sino con todos quienes, en su afortunado caminar por las calles de Morelia, cruzan las puertas de Los Mirasoles para encontrarse con un viaje al pasado de la mano de un presente orgulloso del que regresamos al hotel no sólo satisfechos de cuerpo, sino exaltados de espíritu.

 

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2 comentarios

Edmee santos 19 de septiembre de 2013 - 12:22

Exquisito lugar, leer este texto fue dar un paseo por Michoacán y disfrutar de los aromas y sabores que nos brinda. Claro que esta agendado en el proximo viaje a Morelia, sino es que tendremos que ir el proximo fin de semana, ya que la pasion del texto hace que no pierda tiempo y vaya lo antes posible

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Sabores de México 19 de septiembre de 2013 - 15:25

Muchísimas gracias por tu comentario, nos motiva a seguir escribiendo y compartiendo nuestras experiencias con ustedes.

Disfrutalo mucho!

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