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Los metales en la cocina prehispánica, metalurgia y utensilios.

por Sabores de México

Ha habido ciertas dudas con respecto a un artículo publicado recientemente en el que citamos las crónicas de Bernal Díaz del Castillo a su llegada a nuestro país, mismas que pueden encontrar en su libro Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España y en algunos extractos del libro publicado en el S. XIX titulado El Cocinero Mejicano. Por lo tanto, y en aras de la información y aclaración a nuestros lectores, aquí les dejamos algunos datos sobre la metalurgia y los utensilios en los que se utilizaba en la época prehispánica.

Por ejemplo, en las costas del Perú y en la parte norte del Ecuador, hay datos que permiten aseverar que 500 años antes de nuestra era, el oro ya se manejaba en el Perú y, por lo que respecta al Ecuador, puede afirmarse que los metales se trataban y conocían desde el siglo I de nuestra era. Las iniciales técnicas metalúrgicas tocaron a Mesoamérica a través de las costas de Oaxaca, y ampliaron sus ondas de influencia en lo que hoy conocemos como las regiones de Guerrero y Michoacán.

 

Metalurgia cocina prehispánica

Metalurgia Mesoamérica

Con antelación a la era cristiana, ya existían explotaciones mineras en lo que actualmente se denomina distrito minero de Soyatal, en la Sierra de Querétaro. Antiguos habitantes de esta tierra obtenían allí la calcita (carbonato cálcico), el ya citado cinabrio (protosulfuro de mercurio), además de la inquietante fluorita, la plata y el plomo. Con denuedo, y apenas instrumentos de piedra, se excavaron grandes socavones e inmensas galerías. Algunos de estos trabajos se llevaron a cabo, con mucha intensidad, a partir del siglo IV a.C. con una duración de casi 2000 años. América y Europa no se habían encontrado, y aquí ya existían minas abiertas en la región del Balsas ¿qué instrumentos se utilizaban para tales trabajos en aquellos lejanos años? Se pueden mencionar entre otros, los martillos de diorita o de andesita, con mangos de madera, o bien se empleaban huesos excepcional y finamente afilados para extraer, actividad sumamente minuciosa, los minerales más puros de las fisuras de las rocas. También se inventaron y se aplicaron en la minería precortesiana cucharas de barro, obsidiana en forma de navaja y resistentes cuñas de madera para así romper la roca.

Es una aventura penetrar en las entrañas de la tierra. Nuestros más viejos ancestros iluminaban los socavones, por medio de teas de ocote y fibras vegetales untadas con resina. Trabajos casi heroicos que requerían, para llevar los minerales a la superficie, de canastas, cuerdas y bateas de barro. Dado el perfil ritual de estas sociedades, su sentido religioso, su inclinación a intensas ceremonias, los metales servían para crear joyas, colorantes, afeites y utensilios de uso diario. Si la deidad principal era el sol en el centro del cielo, para estos hombres, el oro era un fruto luminoso y un legado de la tierra. La pasión por trabajar el oro fue una particularidad de los estados que actualmente conforman Guerrero, Oaxaca y Michoacán. Si fue muy arraigada la pasión por los metales, fueron múltiples las técnicas para tratar con ellos: rebaje, abierto, corte, relleno y torrefacción. Al que conocía los secretos para manipular el oro y la plata era denominado teucuitlahua “el que tiene en su poder la genuina excrecencia” y teucuitlapitzqui, “el que hace fundición de la genuina excrecencia”.

Finalmente, se encuentran los utensilios de cobre, que fue el metal más utilizado para cocinar en esa época. Por ser un excelente conductor del calor y tener más durabilidad que el barro, aunque por su alto costo no fue tan popular como el primero.

En México la explotación minera subterránea formal se inició durante los períodos clásicos temprano y medio, entre el año 1 y 700 de nuestra era, pero debemos recordar que la minería es solamente un arte de la cadena tecnológica para el aprovechamiento integral de los minerales.

Los siguientes eslabones fueron la preparación mecánica, la metalurgia extractiva, la orfebrería, el uso de moldes, de hilos, etc. En México se alcanzó la metalurgia extractiva simultáneamente con la orfebrería a principios del siglo IX de nuestra era, probablemente difundida desde Sudámerica.

El desarrollo de la metalurgia propiamente dicha aparece en México tardíamente, por el año 800 D.C.
Hasta hoy existe un concenso entre los investigadores del tema en aceptar que el conocimiento fue introducido por vía marítima a través de rutas por el océano pacífico, desde centro y Sudámerica. Esto explicaría en gran medida que el desarrollo primario de esta técnica se diera en las regiones de Oaxaca, Guerrero y Michoacán, difundiéndose posteriormente hacia el resto de la seperárea. Es factible pensar en el uso de rutas terrestres entre Centro y Sudámerica con las culturas asentadas en Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán.

Sin lugar a dudas el cobre nativo fue el primer metal que se trabajó y el más difundido durante la época prehispánica. Se utilizó para trabajar objetos de diversos tipos: objetos rituales, adornos, herramientas, etc.  Fue muy común su uso en ligas con oro y plata para dar cohesión a los metales, y con zinc y plomo, o con ambos a la vez, para crear aleaciones de bronce. Los mineros prehispánicos usaron métodos de explotación como los rebajes abiertos, el de salones y pilares, y el de corte y relleno.

Así mismo, se ha elaborado una clasificación de los objetos de metal de acuerdo a su uso en:

A)Objetos de uso práctico, que comprenden: hachas y hachuelas como herramientas y en algunos casos usadas como moneda; coas y azadas para la agricultura; herramientas y utensilios utilizados en la cocina; punzones y cinceles como herramientas; agujas y alfileres; anzuelos, tubos, sopletes, cerbatanas y pinzas para depilar.

B) Adornos: cascabeles, pendientes, diademas, narigueras, orejeras, bezotes, collares, pectorales, cuentas, pinjantes, placas cosidas en los vestidos, brazaletes, pulseras, anillos, uñas falsas, rodilleras, ajorcas, polainas, cactlis, etc.

En orden de importancia, los indígenas prehispánicos conocieron y trabajaron el oro, cobre, plata, estaño y plomo. El oro se obtuvo y trabajó principalmente en múltiples sitios de Oaxaca, Guerrero, Michoacán y la Región Central, y en menor escala también se encontró en la zona maya. El cobre provenía en gran parte de Michoacán.

Durante la época prehispánica, se distinguieron dos áreas por su trabajo en los metales: La Mixteca, región famosa por su joyería en oro y plata; y el Occidente de México, donde los artífices tarascos y otros trabajaron principalmente el cobre, algunas aleaciones y en menor proporción la plata. Encontramos evidencia de la utilización de la plata en diversos documentos. Así, una antigua fuente se refiere a Caltzontzin, señor de Michoacán, como el soberano más rico en oro y plata que el mismo Moctezuma, tlatoani de la gran Tenochtitlan.

La mayor parte de los objetos arqueológicos prehispánicos fabricados en plata, proviene del occidente de México. Entre los que se encuentran: pectorales en forma de cuarto menguante, narigueras en forma de aros abiertos, láminas colgantes, cascabeles, pendientes zoomorfos, discos laminados y repujados con diseños simbólicos. Orejeras tipo carrete, varios pectorales y «tezcacuitlapilli» o espejos de las posaderas, los cuáles iban montados sobre cuero o madera para usarse como adornos posteriores del cinturón, como se puede observar en las cariátides de Tula.


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