Por Elsie Méndez @sabormexico
Sublime, espléndido, esos serian algunos de los dos adjetivos que podría decir del menú de degustación “El Viaje” en Astrid y Gastón, donde uno puede navegar hasta el pasado y vivir la emoción que represento para el personaje que creo este afamado cocinero, y su llegada a este nuevo continente, pensando un día regresar triunfador, sin contar con el amor y la conquista que la tierra peruana y sus habitantes harían sobre el. Un encuentro con las raíces de Gastón Acurio y muchos peruanos, donde la magia de los sabores que integro a cada platillo nos hizo vivir un momento sublime.
A mi llegada al restaurante me encontré a Gastón sentado en la barra del bar, pensativo, viendo el ir y venir de todos los que en el salón comedor interactuaban, quizás tratando de descubrir lo que a cada bocado vivíamos los que en esa vieja casona que alberga, hasta febrero que se mudarán a un nuevo sitio, y enaltece lo que de la mente maestra de Gastón y su brillante equipo de cocina logran crear para llenar de placer a quienes los visitamos.
Un fino estuche de piel colocado en cada lugar con los detalles de “El Viaje”, un diario que describe la aventura desde la partida hasta el retorno, un disco con los sonidos de “El Viaje”, postales, una carta escrita en italiano, fotografías, y el menú, detalles que son solo el comienzo de esta travesía culinaria.
Menu de degustacion El Viaje, Astrid y Gaston, Lima, Peru. Los Sabores de Mexico
En perfecta armonía, desde la música hasta los platos en los que se sirven los platillos, van mostrando el porque se le reconoce y aplaude de pie y con vítores a quien ha revolucionado la cocina peruana, Gastón Acurio nos comparte su vida, sus orígenes, y de donde hereda este espíritu aventurero, luchador y de conquista que lo distingue. Ahora veo de quien saco el arrojo y el coraje para no darse por vencido, y contra viento y marea, y en equipo, ha logrado llegar hasta donde esta.
“El Viaje” es un menú de 26 tiempos y sería muy largo contarlo sin hacer esto casi un libro, porque cada plato que llego a la mesa me dejo sin aliento, sin palabras, mis ojos se llenaban de color y de regocijo al ver la sorpresa que significaba el siguiente tiempo, mi nariz y boca estaban en embeleso absoluto, mientras la suave música llegaba hasta mis oídos como acompañamiento perfecto.
Los italianos y los latinoamericanos tenemos tanto en común, y quedo plasmado al ver como la madre guarda no solo víveres para que el hijo no sufra de hambre en alta mar, lleva ahí un pedazo de su corazón, con la esperanza que eso le haga recordar que siempre estará ahí ella, aguardando, y lanzando plegarias por quien parte con un futuro incierto. Así comienza “El Viaje” con un baúl y el corazón latente de esa abuela que pudiera ser de cualquiera.
Menu de degustacion El Viaje, Astrid y Gaston, Lima, Peru. Los Sabores de Mexico
¡Que guapo era el personaje de Gastón! ¿Qué como lo se? Porque en un plato de fina cerámica blanca esta labrado con detalle el perfil de este aventurero que se imaginaba como sería esa tierra bendita en la que soñaban cada noche, y pude probar sus pensamientos, los sabores genoveses combinados con lo que suponía serian los ingredientes de esa tierra que ya se sentía tan cerca; debo confesar, tome un trozo de pan y limpie el plato con el, porque quería llevarme hasta la última gota de esas papas con leche de piñones y albahaca que me llevaron hasta las lagrimas, me hizo recordar que yo también vengo de italianos y que no tengo la suerte como algunos de tener rastro y memoria de ellos.
Perú sigue siendo tan amoroso hasta el día de hoy, con quienes llegan hasta su Callao y los recibe gustosos, entre palabras que se parecen y confunden a la vez, y con al abrigo del tío, nuestro personaje emprende una nueva aventura, la de los sabores y aromas de este su nuevo hogar, entre sacos de harina de los cuales salen panes primorosos, el descubrir de los cebiches, como se cocina el bonito y que es el chupin y de cómo adornan el delicado sabor de las ostras con caldo de coral y parmesano. Comienza a no extrañar y sentirse parte de este gusto.
Quien trabaja arduamente merece el triunfo, con una familia que ha hecho la fusión de dos culturas, se hermanan dos países a través de la sangre, un corazón peruano con memoria italiana, dos costumbres que se funden entre plato y plato que orgulloso presenta Gastón, aceitunas de bodega, ñoquis de papa amarilla, codorniz y maíz, y el cerdo con chincho, berenjena y manzana. Viendo hacia el mar no olvida que en la otra orilla esta la otra parte de su vida.
Menu de degustacion El Viaje, Astrid y Gaston, Lima, Peru. Los Sabores de Mexico
Frente a una taza de café que me recuerda a mi abuela, de cómo molía su propio grano, y con un embudo hecho de manta de cielo filtraba esta bebida que tanto nos gusta a italianos y latinoamericanos, ahí me cuenta del retorno, porque debía cumplir con su promesa, y frente a la tumba de su madre le cuenta:
“El Perú, la otra orilla, es ahora mi hogar, madre” El afecto nunca resta. Siempre suma, siempre crece. Lo logrado es para compartirlo. “Te devuelvo a tu hijo. Te traigo un país con él”. La celebración honra ausencias y desaparece distancias.
Uno no desea que “El Viaje” acabe, quería que las historias siguieran, era como escuchar las de mi propia familia, pero lo bueno de los viajes es que uno puede regresar, y escuchar y vivir nuevas anécdotas, porque aquí no termina “El Viaje”, solo comienza para unos… y continua para otros.
Gracias Diego, Astrid, Julio, Andrea, por hacer este viaje posible y a Gastón por ser un increible capitán!
